La Iglesia del silencio…
un nuevo libro de
Fernando M. González
Carlos Enrique Orozco
¿Qué tienen en común los mártires de la guerra cristera, beatificados recientemente, con las conductas de abuso sexual de Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo? En principio, ambos casos involucran a la Iglesia Católica y en particular a su jerarquía, pero la respuesta de fondo va más allá. Según el nuevo libro de Fernando M. González titulado La Iglesia del Silencio. De mártires y pederastas (editado hace unas semanas por Tusquets), estos dos temas tienen que ver con la memoria y el olvido; más concretamente con la capacidad de la Iglesia Católica para producir leyendas que operen como “simulacros colectivos”. En el primer caso para disimular la participación de algunos de los ahora beatos en acciones de apoyo moral a los guerrilleros cristeros y en el caso de Maciel para intentar ocultar sus prácticas de pederastia por las que fue acusado en varias ocasiones (1954, 1956, 1962, 1976, 1997) por algunos de los seminaristas de su orden..
Fernando M. González escribe en la introducción de su libro que busca analizar dos cuestiones problemáticas que cruzan a la Iglesia católica mexicana; ambas tienen que ver con la memoria y el olvido y, más concretamente, con la suplantación y transfiguración de lo que ocurrió, y también con el calculado silenciamiento de ciertos acontecimientos. Todo esto conduce a esta Iglesia a la producción de un tipo de leyenda que opera, efectivamente, como un `simulacro colectivo`. Este simulacro, en principio, sólo puede ser desarmado y apreciado por la operación histórica. Y se lanza con los recursos de la historia, la sociología y en menor medida, del psicoanálisis para intentar comprender y explicar cómo operaron en estos dos casos concretos los mecanismos de la Iglesia del silencio.
El libro consta de dos partes: la fabricación de guerreros mártires de la guerra cristera y la sexualidad transfigurada. La primera parte está compuesta por once apartados, un epílogo, dos anexos y una serie de fotografías de aquellos años (1926-29); la segunda parte tiene una introducción, tres capítulos y tres anexos, uno de ellos, un texto inédito de José Barba-Martín, uno de los ex legionarios que denunciaron a Maciel, titulado “Opacidad, medios y poder: Marcial Maciel”.
Una de las conclusiones del análisis de González sobre el tema de los mártires beatificados es que la Iglesia los trató a todos por igual, exaltando la entrega incondicional a su causa, pero sin reconocer que hubo por lo menos tres maneras de enfrentar el conflicto: quienes optaron por las armas, quienes quedaron en medio de los tiros y tuvieron que ocultarse y los que apoyaron moralmente la lucha armada o no la condenaron siendo líderes de opinión con influencia entre sus seguidores. Y revisa detenidamente varios casos, desde los más famosos como el jesuita Miguel Agustín Pro o Anacleto González Flores, hasta los hermanos Huerta o el joven José Luis Sánchez del Río, quien a sus 14 años quiso darse de alta como soldado cristero a pesar de no saber manejar armas.
Concluye el autor que el conjunto de mártires, amalgamado como si fueron un solo paquete, sirve de “cemento” unificador y simbólico de una Iglesia que está dispuesta a renunciar a la historia para sustituirla por su simulacro, apoyándose en una memoria cristalizada en una leyenda. Una Iglesia que transfigura guerreros en mártires.
Uno de los anexos de la primera parte trata de los significados del santuario de los mártires, que se intenta construir en el cerro del Tesoro y la participación de actores políticos muy destacados como el cardenal Juan Sandoval o el gobernador Emilio González Márquez con su inolvidable discurso de A mi lo que unos poquitos digan, me vale madre. Muy recomendable para entender la manera cómo operan las relaciones entre la jerarquía católica y las autoridades de un gobierno supuestamente laico.
La segunda parte: “la sexualidad transfigurada” es la continuación temática de su anterior libro: Marcial Maciel. Los Legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos (editado por Tusquets en 2006). Fernando M. González actualiza el análisis del turbio personaje y los mecanismos de complicidad y ocultamiento de buena parte de la jerarquía católica. En el nuevo libro ya incluye la información sobre la doble vida de Maciel y el reconocimiento por parte de los legionarios de que su fundador no era el santo en vida que durante años quisieron ver y que fue proclamado Urbe et Orbi como “ejemplo para la juventud”.
Al final del libro, González escribe: el asunto se reduce a que “los ciudadanos sepan qué ocurrió”. En el caso de la Cristiada, tanto los responsables directos como los indirectos están todos muertos. En el segundo – en el de la sexualidad -, en la medida que es más contemporáneo, hay mucha gente viva, ahí los cuerpos sacralizados de los sacerdotes están sujetos a un contencioso legal y moral con la herida expuesta. Por lo tanto, el fragor de las denuncias y los dolores se dan en el presente. Las víctimas vivas, organizadas, trabajan que quienes les “adeudan”, en todo caso, “paguen” lo pagable- porque sin duda habrá algo que no podrán restituir- si en una eventualidad se les hace justicia.
Concluyo esta entrega diciendo que Fernando M. González no es un improvisado en estos temas, ni mucho menos un oportunista que busca fama detrás de la denuncia de un “caso escandaloso”. Es el investigador mexicano que mejor conoce a las instituciones religiosas, en particular la iglesia católica, porque ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a su estudio. Se formó como psicoanalista y después obtuvo su doctorado en Paris en Sociología de las Instituciones con maestros como Michael Foucault, Pierre Bourdeau, Jacques Derrida y Michel de Certeau. Regresó a México para dedicarse a la práctica del psicoanálisis y al estudio de la institución totalizadora por antonomasia: la Iglesia católica, en la versión mexicana. Sobre este tema ha publicado Una historia sencilla. La muerte accidental de un cardenal (1996); La guerra de las memorias. Psicoanálisis, historia e interpretación (1998); Los tiranicidas católicos durante la presidencia de Plutarco Elías Calles (2000); Sociología de las instituciones, psicoanálisis y creencias (2000); Matar y morir por Cristo Rey. Aspectos de la Cristiada (2001); Los orígenes y el comienzo de una universidad católica: sociedades secretas y jesuitas (2003); Un conflicto universitario entre católicos: la fundación del ITESO (2005); Integralismo, persecución y secreto en algunos grupos católicos