La Sombra de Arteaga
Periódicos y Periodistas
en Querétaro
José Félix Zavala
Dicen los que saben, que se encuentran en las hemerotecas de Querétaro cerca de 300 colecciones de periódicos locales distintos, lo que supone desde luego un numeroso grupo de periodistas, que a partir más o menos de
Es muy claro establecer que en siglo XX la lucha por el periodismo y de los periodistas se da en la clase estudiantil, y de ella surgirán un sinnúmero de periódicos y revistas que darán cuenta de los acontecimientos sobresalientes en nuestra ciudad, y serán los poetas quienes tendrán a través de los años un papel preponderante.
Fernando Díaz Ramírez, fundador y primer rector de la UAQ, nos dice en su “Historia del Periodismo en Querétaro” que por el año de 1822 se establece en la ciudad el impresor Rafael Escandón, subvencionado por el gobierno local y es quien por primera vez edita un periódico sin detrimento de impresores establecidos en esta ciudad en algunos momentos de la historia.
Esta edición periódica tuvo el nombre “Dialoguito entre Tío Luis y Doña Lola”, y posteriormente otro llamado “Diálogo entre el Barbero y su Marchante”, esto suma 185 años de la existencia del periodismo local.
Para 1837 se establece en Querétaro que el impresor Agustín Escandón, quien edita semanalmente la revista “Diálogo entre Severo y Clemente”, para el año siguiente aparece el llamado “La Otra Banda” y “El Pasatiempo”, con este último veremos la formalización de la editorialización en cuyo artículo se critica lo absurdo de las pretensiones francesas que terminarán con la intervención de sus tropas en México para 1861.
Entre Septiembre de 1847 y Marzo de 1848, siendo Capital de la República la Ciudad de Querétaro y el lugar de las “conversaciones” entre los E.E.U.U. y México durante la intervención norteamericana, se edita “El federalista” que hace de sus páginas toda una delicia con las plumas de nada más y nada menos que de Francisco Zarco, Guillermo Prieto, Ponciano Arriaga y Manuel Payno.
Este periódico, editado temporalmente en Querétaro, fue la voz del Gobierno Federal, quien había firmado los Tratados de Guadalupe-Hidalgo, en contra del sentir nacional, signándose éstos en nuestra ciudad y donde México pierde más de la mitad de su territorio, siendo Presidente del País, el queretano Manuel de la Peña.
Ante estos hechos vergonzantes aparecen los periodistas queretanos Próspero C. Vega y Agapito Pozo en franca oposición al gobierno.
Para 1849, se da el pleito entre el Congreso Local y el Gobernador de Estado Francisco Meza, este último a favor del restablecimiento en nuestra ciudad de la Compañía de Jesús, dándose la controversia en el “Federalista”, donde escribían los que estaban en contra y en el naciente “Observador Social” los que estaban a favor.
Otro de los periódicos opuestos a los Tratados de Guadalupe-Hidalgo, fue el llamado “El Progreso”, que circulaba además de Querétaro, en Guanajuato, Toluca, Zacatecas y San Luis Potosí y donde se podían leer las plumas de Ponciano Arriaga y Santos Degollado. La imprenta se ubicaba en la Calle del Chirimoyo.
Después de que sufrimos la intervención norteamericana, se asienta en Querétaro en 1864 El Imperio, último reducto de la intervención francesa y como en la Guerra de Independencia, Querétaro es resguardado celosamente y es la última ciudad en caer.
Se establece Maximiliano en nuestra ciudad en Febrero de 1867 y es sitiado por el Ejército Republicano durante 63 días. Al terminar este sitio y la derrota de los conservadores, el Gobernador del Estado Julio M. Cervantes, funda el Periódico Oficial, un 14 de Junio de 1867, con el nombre de “La Sombra de Arteaga” que prácticamente tiene en sus interiores la historia de Querétaro. Entre sus directores podemos contar el nombre de Luciano Frías y Soto.
Benito Reynoso es un periodista al que le podemos atribuir la creación del grupo literario llamado “El Parnasillo” que se instalara en la botica de los hermanos Altamirano, dándose entre sus beneficios otro periódico, que junto con el anteriormente mencionado, es centenario y vive hasta nuestros días y que desde entonces se llamará “El Heraldo de Navidad”. Su fecha de nacimiento la tendrá al inicio de 1900, siendo su primer director, por 14 años, Alejo Altamirano.
No podemos pasar desapercibido para la historia del periodismo en Querétaro la vida y obra de Carlos Septién García, quien fundó primeramente en el Colegio Civil “El Escolapio”, forjándose posteriormente en la Ciudad de México en el diario “El Universal” e imprimiendo un nuevo estilo al Heraldo de Navidad y quien fuera director de la Escuela de Periodismo que post mortem llevará su nombre hasta nuestros días. Encontró la muerte en el cumplimiento de su deber, cubriendo una gira presidencial en 1953.
Otro hombre de letras cuya memoria es necesaria recordar, es Pablo Cabrera, fundador del “Ateneo Literario”, de la Editorial Cimatario y del Periódico “El Diario”, sin cuya presencia no se puede entender la historia de Querétaro. Murió también en el ejercicio de su profesión, en el Auditorio de las Antiguas Casas Reales, en ese momento ya el Palacio de Gobierno del Estado, hablando a los jóvenes sobre Querétaro. Contó entre sus múltiples ediciones con la obra de Hilarión Frías y Soto, “Costumbres Queretanas de Antaño”
Nos faltaría decir que con el inicio del Diario “El Amanecer” en 1951, de la Cadena García Valseca, da comienzo la historia del periodismo institucional en Querétaro que permanece hasta nuestros días y es respaldada con la Escuela de Periodismo de la UAQ y la Escuela de Escritores de la SOGEM, dejando de lado a los periodistas no sistematizados.