El Paseo de la Alameda
José Félix Zavala
Con la celebración de 40 corridas de toros, para recolectar un fondo de cuatro mil pesos, necesarios para la empresa, un terreno donado por Ramón Samaniego, propietario de la hacienda de Carretas, la plantación de 1341 árboles, el permiso del Virrey Miguel De
Se pensó en este paseo, allá por el año de 1793, y en su lujo, estaba planeado, una fachada hermosa, de arcos triunfales, de diferentes órdenes de estilo, cuatro pórticos monumentales, una gran fuente al centro, con esculturas de las nueve musas y de los grandes hombres de la literatura universal.
El proyecto de un paseo arbolado en la ciudad, al estilo del Paseo de Bucareli, en la ciudad de México o al estilo de “paseos arbolados y jardinados” de algunas ciudades europeas, quedó desde el inicio, en solo una ilusión.
De José Mariano Orihuela, maestro agrimensor, de marcada influencia neo-clásica, fue el proyecto original, de cómo sería nuestra Alameda, intento nunca realizado completamente.
El Corregidor de Letras de Querétaro, Ignacio Ruiz Calado, pensó con acierto en la necesidad de este paseo, lo que sería la última obra de importancia en el equipamiento urbano de la ciudad, en pleno apogeo virreinal.
Para tan admirable paseo, se pensó, en más de cien hectáreas, ubicadas entre los cascos de las haciendas de Casa Blanca y Carretas:
Por los jardines y arboledas de
Nuestro paseo, ha tenido en su interior, al paso de su historia, y del tiempo, lo mismo que para nuestra recreación: hipódromo, palenque de gallos, paseos en carretas, bicicletas y en sus alrededores, pista de circo y el famoso tianguis, conocido como “Pueblo Nuevo”.
También han paseado por sus jardines, los emperadores, Maximiliano y Agustín Primero, el dictador Porfirio Díaz, lo mismo que el presidente Francisco I Madero y los diputados constituyentes de 1917.
Ha sido lo mismo, destruida la belleza de nuestro paseo de
Los primeros automóviles y la primera estación del ferrocarril, también estuvieron junto a
Si se consigue formar una alameda y que en ella, como se carece de otro paseo, existan las gentes de toda esfera, no hay duda en que se remediarán muchos excesos.
Existe en nuestra Alameda un conjunto escultórico, obra de Juan Velasco Perdomo, en atención a la anécdota del cronista J. Guadalupe Ramírez Álvarez, quien dice que en ese lugar de
A mediados del siglo XX, en un intento más de darle “su lugar”, a
Lo he alentado haciendo delinear el lugar más plano y de mejores proporciones en que pueda formarse con más de seis mil árboles, comenzando por una calle de ochocientas varas de largo, con sus respectivas carreras para coches y gente de a pie. A rematar en una plazuela que formará unas noventa calles.
Esta obra pensada para darle un mejor equipamiento a la ciudad, tiene entre sus cercanías obras de Manuel Tolsá y Tres Guerras, como es el Convento y Capilla de “Teresitas” y más adelante el templo y convento de Santa Rosa de Viterbo, obra de Mariano de Las Casas, que desde lejos hermosean el Paseo alamedado y dan la oportunidad de verlo, como dice Eduardo Loarca, como un “Hortus Conclusus”, donde la espiritualidad del queretano crezca.
El primer plantío se hizo en este terreno, donado al municipio y que fuera parte de
La escultura de Cristóbal Colón, colocada en 1894, con motivo del cuarto centenario del encuentro de América con Occidente, ahora colocada en el lado sur de
La estatua de Benito Juárez, colocada al norte de
La estatua erigida a Miguel Hidalgo, forma parte de
La portada, estilo toscano, que tiene actualmente
Desde hace mucho tiempo que los queretanos sentíamos en el fondo de nosotros mismos la culpa del pecado de abandono de este lugar, donde pasamos horas inolvidables ya como niños, ya como jóvenes, como adultos o como ancianos. Palabras del maestro Eduardo Loarca Castillo, cronista de la ciudad.
Aquel Querétaro del siglo XVlll, de donde saliera la idea de un Gran Paseo arbolado, una alameda, estaba en su esplendor, sin saber que este llegaría pronto a su fin, al menos por el momento.
En el año de 1700, al cambio de la casa real de los Hasburgo por los Borbones, Querétaro era corregimiento. Con la implantación de intendencias, recibió el nombramiento de Corregimiento de Letras por cédula real de Carlos lV, firmada en Aranjuez el 17 de junio de 1794, con atribuciones este Corregimiento de justicia, policía, hacienda y guerra, el primer Corregidor de Querétaro fue el creador de
En ese entonces había en la ciudad de Santiago de Querétaro, cuarenta mil habitantes entre españoles e indígenas. 23 obrajes de paños finos, además de trapiches de jergas y frazadas, tenerías y comercios de alimentos. 96 haciendas, la real fábrica de tabacos, una alhóndiga, bien abastecida de maíz y trigo.
Por esos días, era el año de 1795, se expidieron Las Ordenanzas, en donde se disponía para el mejor ordenamiento de la ciudad, la división en tres cuarteles mayores y estos a su vez, en tres cuarteles menores cada uno, mas un alcalde de barrio.
A pesar de la prosperidad, bonanza y esplendor de que se disfrutaba en Querétaro, había latente un estado de inconformidad en contra de las autoridades españolas. Señala el maestro e historiador don Manuel Septién.
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on la celebración de 40 corridas de toros, para recolectar un fondo de cuatro mil pesos, necesarios para la empresa, un terreno donado por Ramón Samaniego, propietario de
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e pensó en un paseo alamedado en Querétaro, allá por el año de 1793, y en su lujo, estaba planeado, una fachada hermosa, de arcos triunfales, de diferentes órdenes de estilo, cuatro pórticos monumentales, una gran fuente al centro, con esculturas de las nueve musas y de los grandes hombres de la literatura universal.
El proyecto de un paseo arbolado en la ciudad, al estilo del Paseo de Bucareli, en la ciudad de México o al estilo de “paseos arbolados y ajardinados” de algunas ciudades europeas, quedó desde el inicio en solo una ilusión para nuestra ciudad.
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ara tan admirable paseo, se pensó, en más de cien hectáreas, ubicadas entre los cascos de las haciendas de Casa Blanca y Carretas, tendría una balaustrada y cuatro pórticos monumentales en los estilos: Dórico, jónico, corinto y barroco, una fuente monumental rodeada de las nueve musas, un corredor con las esculturas de los hombres de la literatura universal.
Por los jardines y arboledas de
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uestro paseo,
También han paseado por sus jardines, los emperadores, Maximiliano y Agustín I, el dictador Porfirio Díaz, lo mismo que el presidente Francisco I. Madero y los diputados constituyentes de 1917, los villistas y el famoso compositor López Alavez, además de Guillermo Prieto.
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os primeros automóviles y la primera estación del ferrocarril, también estuvieron junto a
Si se consigue formar una alameda y que en ella, como se carece de otro paseo, existan las gentes de toda esfera, no hay duda en que se remediarán muchos excesos.
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5 de febrero de 1988 fue reinaugurada por el entonces Presidente de
Existe en nuestra Alameda un conjunto escultórico, obra de Juan Velasco Perdomo, en atención a la anécdota del cronista J. Guadalupe Ramírez Álvarez, quien dice que en ese lugar de
El 20 de noviembre de 1988 fue inaugurada en solemne ceremonia y puesta al público esta obra, de Juan Velasco Perdomo.
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e José Mariano Orihuela, maestro agrimensor, de marcada influencia neo-clásica, fue el proyecto original, de cómo sería nuestra Alameda, intento nunca realizado completamente.
El Corregidor de Letras de Querétaro, Ignacio Ruiz Calado, pensó con acierto en la necesidad de este paseo, lo que sería la última obra de importancia en el equipamiento urbano de la ciudad, en pleno apogeo virreinal.