Convento de San Francisco en México

Recuperan el exconvento de San Francisco de Asís

El retablo del altar mayor fue realizado por Jerónimo Antonio Gil fue destruido en el siglo XIX y reconstruido en los años 40 del siglo XX.

Foto: José Luis Rubio

El Sol de México

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La fachada de la iglesia de Balvanera de estilo churrigueresco, que perteneció al gigantesco convento de San Francisco, empezó a ser remodelada para preservar la belleza arquitectónica y mostrar un ejemplo de la grandeza de dicho monasterio.

Cercado por la Torre Latinoamericana, comercios donde se refugiaron ambulantes, un cine que exhibe películas pornográficas y otros negocios, son pocos los capitalinos que conocen este lugar histórico.

El convento fue fundado en 1524 por los padres franciscanos, que fue la primera orden religiosa que llegó a la Nueva España con la intención de catequizar a los indígenas, que sobrevivieron a la guerra de la Conquista.

Antes de erigir el conjunto religioso, el terreno fue ocupado por el zoológico del emperador Moctezuma II, conocido como la Casa de las Fieras, posteriormente el conquistador Hernán Cortés lo cedería para que en él se instalase un convento, que en su época tuvo 32,490 metros cuadrados, y ocupaba las calles de San Juan de Letrán, hoy Eje Central; San Francisco, hoy Madero; Gante, y llegaba hasta la calle de Venustiano Carranza.

Sin embargo, con la aplicación de las Leyes de Reforma en el siglo XIXI el convento fue expropiado y luego se le dio el tiro de gracia cuando el alcalde del Distrito Federal, Juan José Báez, fue el primero en tomar el pico para derribar sus muros y abrir la calle de Independencia, hoy 16 de Septiembre.

De esta manera, solamente queda una parte muy pequeña de su atrio al frente y donde ahora se montan exposiciones y el claustro adjunto, y a poca distancia de ambos la capilla de Balvanera.

El retablo del altar mayor fue realizado dentro del mismo estilo del siglo XVIII, por Jerónimo Antonio Gil, pero fue destruido en el siglo XIX y reconstruido en los años 40 del siglo XX.

Finalmente, sus paredes están cubiertas con pinturas alusivas a la vida de San Francisco de Asís.

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