Nos reunimos con gozo para celebrar los 50 años de que jTatic Samuel Ruiz García fue ordenado obispo aquí, en nuestra Catedral, a la edad de 35 años. Damos gracias a Dios por la entrega total de su vida, por su caminar entre el lodo y el barro de las tres regiones que conforman nuestra diócesis: Selva, Fronteriza y Los Altos. Damos gracias a Dios por su compromiso liberador de las cadenas de esclavitud que sufrían la mayoría de los hermanos indígenas. Damos gracias a Dios -y eso es esta Eucaristía: una acción de gracias- por sus permanentes denuncias proféticas contra las situaciones injustas que han padecido nuestros pueblos, no sólo en Chiapas y en México, sino en las estructuras globales generadoras de injusticia y equidad en todo el mundo.
Muchas gracias, Don Samuel, por su entrega generosa a nuestro pueblo. Muchas gracias por sus sacrificios, por su caminar entre nosotros, por su cercanía y su compromiso con los oprimidos. Que todo Usted, con todo su ser, sea una ofrenda agradable al Padre Dios, con la gracia del Espíritu, por Cristo, con El y en El. Que El le conserve con salud, gracia y paz.
Jesucristo nuestro Señor es la manifestación visible del amor misericordioso de nuestro buen Padre Dios, haciendo realidad las promesas antiguas de una evangelización liberadora para los pobres. Jesucristo es nuestra inspiración, nuestro único camino, la fuente de nuestra vida, la meta de nuestro peregrinar, nuestro salvador, redentor, liberador. Por ello, concluimos su Año Jubilar con esta Eucaristía, pues queremos poner en el altar, junto con Jesucristo, víctima y sacrificio, toda su vida y su trabajo, jTatic Samuel, para que sea resurrección y esperanza, vida plena de nuestros pueblos.
Estamos aquí con Usted, para dar gracias, toda su familia eclesial: Ante todo, está su hermano José, sus sobrinos, parientes y amigos (de pie y aplauso). Le y nos acompaña, desde el cielo, su entrañable hermana Luchita, así como sus papás y familiares más cercanos.
Le y nos acompañan hermanas y hermanos de otras confesiones religiosas (de pie y aplauso), en este día tan significativo para Usted y para el movimiento ecuménico, pues hoy concluye en todo el mundo la semana de oración por la unidad de los cristianos.
Le y nos acompañan hermanos obispos: Mons. Rogelio Cabrera, nuestro arzobispo metropolitano, quien viene en representación del Consejo de Presidencia de nuestra Conferencia Episcopal. Nos acompañan Mons. Arturo Lona, emérito de Tehuantepec; Mons. Víctor Corral, de Riobamba, Ecuador; Mons. Raúl Vera, de Saltillo; Mons. Leopoldo González, de Tapachula; Mons. Benjamín Castillo, de Tabasco; Mons. José Luis Mendoza, Auxiliar de Tuxtla Gutiérrez, y nuestro querido hermano Enrique Díaz.
Le y nos acompaña también nuestro Papa Benedicto XVI, quien le hizo llegar una especial Bendición Apostólica, cuyo texto dice: Venerable Hermano nuestro, Samuel Ruiz García, Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas. Nos alegramos mucho con su Jubileo de Oro de Ordenación Episcopal, al mismo tiempo que reconocemos sus actividades en la diócesis confiada a sus cuidados pastorales. Le expresamos nuestra cercanía espiritual y le impartimos
Al final de
Muchas gracias a quienes, para acompañarnos en esta celebración jubilar, han venido de otras diócesis y de otros países (de pie y aplauso).
Muchas gracias, en particular, a la gran cantidad de hermanas y hermanos del Pueblo Creyente, quienes han venido en peregrinación desde todas las parroquias de la diócesis, para expresar su gratitud a jTatic Samuel, así como a manifestar sus dolores y sufrimientos, sus reclamos y exigencias, que se hacen oración y ofrenda unidas al sacrificio redentor de Jesucristo en esta Eucaristía.
Muchas gracias a las comunidades, a los catequistas, animadores, seminaristas, diáconos, religiosas, religiosos y sacerdotes, que pusieron tanto empeño en celebrar el Año Jubilar de jTatic Samuel en las siete regiones pastorales de la diócesis. Muchas gracias, sobre todo, a quienes organizaron el reciente Congreso Teológico-Pastoral, que nos ha ayudado a fortalecer e impulsar el camino de nuestra Iglesia diocesana, para ser, ante los desafíos que este cambio de época nos plantea, una Iglesia autóctona, liberadora, evangelizadora, servidora, en comunión y bajo la guía del Espíritu, como señalan nuestro III Sínodo y el Plan Diocesano de Pastoral.
Continuemos la celebración de este Jubileo, cuya cumbre es el misterio redentor de Cristo, que se prolonga y actualiza en la pasión, muerte y resurrección de su pueblo. Acompañamos a la entrañable Hna. Clemen, quien va de viaje a sepultar a su hermano Elías Becerra, que falleció esta madrugada.
Este día jubilar coincide con la celebración litúrgica de la conversión del Apóstol Pablo, siervo martirial de Jesucristo, evangelizador que abrió las puertas de
Muchas gracias, Don Samuel. Muchas gracias a todas y todos. Gocemos esta fiesta jubilar.