Cumbre Tajín, a punto de levantar el vuelo
El espectáculo nocturno «Tajín vive» será una experiencia inolvidable para los visitantes.
Fotos: Cortesía Cumbre Tajín
Organización Editorial Mexicana
Cindi E. Islas Miranda
El Sol de México
Con el objetivo de preservar y difundir la riqueza cultural y arqueológica de la ciudad sagrada de Tajín y del pueblo totonaca, desde hoy y hasta el domingo 21 de marzo, en el parque Takilhsukut, al norte de Veracruz, se llevará a cabo el esperado Festival de la Identidad, Cumbre Tajín 2010, que este año celebra a los Voladores de Papantla, declarados en el 2009 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
«Una celebración de altos vuelos» es el eslogan que enmarca la onceava edición de Cumbre Tajín, donde se contarán con más de cinco mil actividades culturales, gastronómicas, artísticas y de entretenimiento que darán prueba de la gran riqueza del pueblo anfitrión.
A través de cursos, talleres, conferencias, exhibiciones, muestras, espectáculos, conciertos y muchas actividades más, los visitantes podrán conocer más acerca de las costumbres, historia y tradiciones de una de las etnias más importantes de nuestro país.
Para los más atrevidos, se contará con actividades deportivas como descenso de ríos, bicicleta de montaña, rappel, cabalgatas, caminatas, pared de escalada, tirolesa y eurobungee, por mencionar algunas.
Este año se espera una asistencia de más de 150 mil visitantes provenientes del interior de la República Mexicana y del extranjero.
Por su compromiso con la comunidad totonaca, Cumbre Tajín se ha convertido en uno de los 100 mejores festivales a nivel mundial, donde se celebra la diversidad y el amor por nuestros ancestros.
Como desde hace algunos años, el espectáculo nocturno de luz y sonido «Tajín vive», en la zona arqueológica, se realizará para transportar a los asistentes al pasado con la ayuda de la tecnología, a fin de brindar una experiencia única a través de danzas y rituales prehispánicos.
En el marco del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana, así como el centenario de la fundación de Papantla como ciudad, se resaltará el papel de las etnias a través de un análisis.
Para abrir boca, el pasado 15 y 16 de marzo, en la «Celebración de altos vuelos» se realizó el Tercer Encuentro Internacional de Voladores, que buscó reforzar la identidad del Totonacapan, con la participación de más de 500 representantes del antiguo ritual, quienes provienen de distintas regiones de Veracruz, San Luis Potosí, Puebla y Guatemala.
En este mismo sentido, el festival se une a los esfuerzos encabezados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al declarar a 2010 como el Año de la Diversidad Biológica y el Año Internacional de Acercamiento de las Culturas.
El gobernador del estado de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, en compañía de su esposa Rosa Burunda, realizará la inauguración del Festival de la identidad en el Nicho del Encuentro-Kantillán a las 17:00 horas.
Una gran diversidad de géneros musicales convergerán en el Nicho de la Música. Para esta noche se contará con las actuaciones especiales de Banda Tajín, Los Cojolites, Monocordio, La Negra Graciana, Amandititita y, para cerrar con broche de oro, la veracruzana Yuri.
Para mayor información puedes acceder a la página electrónica www.cumbretajin.com
* CEREMONIA RITUAL DE LOS VOLADORES
La ceremonia ritual de los voladores es una danza asociada a la fertilidad que ejecutan diversos grupos étnicos de México y Centroamérica, en particular los totonacos del estado de Veracruz. Su objeto es expresar el respeto profesado hacia la naturaleza y el universo espiritual, así como la armonía con ambos.
La ceremonia inicia cuando cuatro jóvenes trepan por un mástil de 18 a 40 metros de alto fabricado con el tronco de un árbol cortado en el bosque, tras haber implorado el perdón del dios de la montaña. El caporal, un quinto hombre sentado en la plataforma que remata el mástil, toca con una flauta y un tambor melodías en honor del sol, así como de los cuatro vientos y puntos cardinales.
Después del acto de invocación, los danzantes se lanzan al vacío desde la plataforma a la que están atados por largas cuerdas, giran imitando el vuelo de los pájaros mientras la cuerda se desenrolla y van descendiendo paulatinamente hasta el suelo