La Parroquia Mayor de Santiago, ubicada desde 1771 en el templo que fuera de la Compañía de Jesús, quien contiene uno de los archivos más importantes sobre la ciudad de Querétaro, ha dejado de tener la importancia que debiera.
Su Párroco ya no tiene un sitio en El Cabildo de Catedral, no tiene precedencia sobre los otros parrocos.
Su fiesta es modesta, cuando debiera ser el centro de las fiestas religiosas de la ciudad y de la diócesis.
Por ahora se esta renovando su órgano, cuya Caja del siglo XVlll esta bastante deteriorada y el órgano inservible, su costo de reparación será de más de un millón de pesos, pero creo que vale la pena.
Los antiguos Colegios Jesuitas de San Ingnacio y el de San Francisco Javier le hacen un marco inmejorable en la ciudad lo mismo que el templo de la Congregación y las casonas que van de Pasteur norte hasta Próspero C. Vega. Pocos rincones como este en nuestra ciudad y pocos abandonos de la primera Catedral que tuvo nuestra diócesis y en cuyo templo se leyó la Bul Papal de la erección de la misma.
Regresemos su decoro tanto al Cura como a La Parroquia para bien de la Iglesia y de la cultura de nuestra ciudad.
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