¿Y, qué piensan los profesores?
Lo que sigue muestra muchas de las preocupaciones que la prueba Enlace genera en profesores y profesoras de educación básica en distintos estados del país. Son fragmentos editados de opiniones representativas de los cientos que han llegado a EDUCACIÓN y CAMBIO, que autoriza su publicación para que nuestros lectores se den cuenta de que, a pesar de sus diferencias, coinciden: no es coherente con el modelo pedagógico planteado, es una simulación y tiene efectos desfavorables en la formación y avance de las y los estudiantes.
Profa. Cecilia. Secundaria, Chihuahua
Estoy en desacuerdo con “vamos por 600”. Es totalmente contrario a lo que supuestamente se pretende con la aplicación y desarrollo del enfoque de competencias. Desafortunadamente, existe algo peor en las escuelas que intentar al menos trabajar con prácticas memorísticas y repetitivas: la simulación.
Prof. Héctor. Primaria rural, Chiapas
Con tristeza veo las paradojas de nuestro sistema educativo en donde se pide enseñar a los niños a comprender lo que leen, aprender a resolver problemas para enfrentarse a su vida cotidiana. El examen Enlace es arbitrario, contrario a tomar en cuenta la enseñanza en el contexto de los niños y demás; es igual para todas las escuelas del país.
Profa. Alicia. Primaria, Estado de México
En las escuelas primarias debemos aplicar el Enlace “de mentiritas” para ir robotizando a los niños y que respondan adecuadamente; por supuesto, en cada junta de consejo técnico viene la sutil invitación a mejorar el promedio y se nos recuerda la evaluación docente, carrera magisterial, etc. ¡…Auxiliooo! ¿Cómo quieren calidad educativa?.
Prof. Mauricio. Primaria rural, Estado de México
De dos o tres años a la fecha, “mejorar” los resultados obtenidos en el examen se ha convertido en la prioridad de la política educativa en todos los ámbitos y niveles. La consecuencia es que todos los esfuerzos y energías se concentren en “preparar” a los alumnos para que se conviertan en expertos en llenar bolitas…Todos, en mayor o menor medida, somos responsables al formar parte y tolerar este tipo de prácticas en nuestras escuelas. Quienes nos oponemos o resistimos a formar parte de esto, nos sentimos impotentes al darnos cuenta de que la mayoría de las veces no queda otra alternativa que “adaptarnos al contexto y al sistema”, formando parte de esta simulación en que se ha convertido la educación en nuestro país.
Profa. Emma. Primaria, DF
La prueba Enlace es una simulación porque sus resultados no sirven para mejorar. La escuela no sabe cómo analizar e interpretar los resultados ni menos proponer estrategias metodológicas para mejorar los resultados de los alumnos. Esta cultura de la evaluación no mejora el producto en educación porque existen múltiples factores que entran en juego en la enseñanza y aprendizaje: el factor económico es importante porque algunos maestros –históricamente mal pagados– recurren a trampas para que sus alumnos no salgan mal. El examen afecta el proceso de enseñanza-aprendizaje: el maestro dedica tres meses a resolver exámenes que compra de otros años. Además, es un distractor, no es incluyente, no atiende la diversidad del alumnado, tampoco desarrolla habilidades, no es acorde con los nuevos programas que buscan desarrollar competencias y valores.
Prof. Ricardo Kalderaz. Primaria, Estado de México
No dudo que el examen Enlace sea una herramienta excelente para medir el aprendizaje de los alumnos, para observar cómo aprenden los niños y cómo enseñan los maestros, lo que está en duda es la honestidad de muchas instituciones en la aplicación de dicho examen; se habla de que algunas reciben los exámenes con antelación, teniendo así la oportunidad de prepararlos o intervenir en su resolución. Este examen debe ser aplicado por personas ajenas a las instituciones para evitar estas anomalías.