El Camino Real de Tierra Adentro en Querétaro
Diario de Querétaro
Daniel Valencia
El Camino
Hacia la segunda mitad del siglo XVI se conformó un camino que permitió la expansión del proyecto colonizador y evangelizador español hacia las tierras del norte de la Nueva España. Para su construcción fueron consideradas dos experiencias sobre el conocimiento del territorio donde se desplegó. La primera fue el uso de las centenarias rutas mesoamericanas, utilizadas por las diversas culturas para comerciar objetos elaborados en turquesa, cerámica, concha y plumas, tan sólo por citar los más importantes. La otra fue considerar los recursos ambientales y los asentamientos prehispánicos, aquellas concentraciones de población indígena en donde las incursiones militares se aprovecharían de la mano de obra para la explotación de minas de metales preciosos. Complementariamente se localizaron territorios propicios para la ganadería y la agricultura.
Este camino fue conocido primero como Camino Real de Tierra Adentro y se extendió desde la ciudad de México hasta la de Santa Fe en Nuevo México. A partir del descubrimiento de las minas de plata en Zacatecas hacia la segunda mitad del siglo XVI, el tramo comprendido entre México y Zacatecas fue nombrado como el Camino de la Plata.
A lo largo del trayecto, el cual alcanzó una extensión máxima de 3,700 kilómetros se fundaron los primeros pueblos bajo el modelo novohispano, las primeras haciendas, reales de minas y misiones, así como presidios y ventas, en donde se ofrecía la seguridad y hospedaje requerida por los viajeros, comerciantes y transportistas.
El proceso de colonización del norte de la Nueva España duró cerca de tres siglos, no sin altibajos, pues los ocupantes de este territorio eran diversas etnias identificadas genéricamente como chichimecas, herederos de las milenarias culturas del desierto. Estos grupos se caracterizaron por su nomadismo y belicosidad, por lo que las rebeliones fueron numerosas, generando un estado de guerra en todo el territorio entre los siglos XVI y XVII.
Ante la dificultad de concentrar a esta población en las nuevas villas y misiones, se recurrió a fundar pueblos de indios con indios amigos trasladados del centro de la Nueva España, fue así como fueron llevados al norte tlaxcaltecas, otomíes, purépechas y mexicas. De tal forma en la actualidad podemos encontrar aun en barrios de las principales ciudades norteñas, tradiciones de pueblos indígenas mesoamericanos identificados en fiestas, danzas y comida.
La historia y características del Camino Real de Tierra Adentro requieren de ser tratadas en un trabajo mas amplio, por lo que para los fines de este breve trabajo consideramos importante avanzar en su contexto, definición y en particular señalar su paso por la ciudad de Querétaro.
El Concepto
Desde la década de los noventa del sigo pasado el gobierno de México consideró la inclusión del Camino Real en la Lista Indicativa de bienes mexicanos susceptibles de integrarse al Patrimonio Mundial. La metodología seguida en la integración del expediente técnico planteó su tratamiento en una nueva modalidad o categoría de bien patrimonial: los itinerarios patrimoniales.
En este sentido un itinerario patrimonial es toda vía terrestre, acuática o de otro tipo, físicamente determinada y caracterizada por poseer su propia y específica dinámica y funcionalidad histórica al servicio de un fin concreto, reuniendo las siguientes condiciones: ser reflejo de movimientos interactivos de personas, así como de intercambios continuos y recíprocos de bienes, ideas, conocimientos y valores entre pueblos y regiones, a lo largo de considerables períodos de tiempo.
En consecuencia el itinerario cultural genera una fecundación, en el espacio y tiempo, de las culturas afectadas que se manifiesta tanto en su patrimonio tangible como intangible. De tal forma los elementos sustantivos son las manifestaciones patrimoniales tangibles relacionadas con su funcionalidad como ruta histórica, entre las cuales se encuentran postas, aduanas, lugares de almacenaje, descanso y avituallamiento, hospitales, mercados, puertos, construcciones defensivas, puentes, medios de comunicación y transporte, establecimientos industriales, mineros, comerciales, núcleos urbanos, paisajes culturales, lugares sagrados y de culto.
El camino a su paso por Querétaro
El Camino Real de Tierra Adentro quedó prácticamente establecido hacia 1555, año a partir del cual fue posible el tráfico terrestre desde México hasta las minas de Zacatecas a través de San Juan del Río, Querétaro, San Miguel el Grande, San Felipe, Ojuelos, Las Bocas, Ciénega Grande y el Cuecillo. Por esos mismos años el pueblo de Querétaro adquirió su propia consistencia poblacional y administrativa, pasando a convertirse no solamente en un importante enclave del camino, sino también de caminos transversales. De tal forma Querétaro creció en cantidad y calidad con el camino mismo.
Posiblemente una de las mejores descripciones de los poblados por donde paso el camino entre la ciudad de México y Querétaro, es el Diario del viaje que hizo a la América en el siglo XVIII el padre fray Francisco de Ajofrín. Ajofrín efectuó el recorrido en el año de 1764, partiendo de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe para seguir un transecto que pasó por Santa María Ticomán, Naucalpan, Tlalnepantla, el rancho de Barrientos, la venta de Casablanca, San Pedrito, Cuautitlán, Coyotepec, San Miguel de los Jagüeyes, Tepexi, Atongo, San Francisco, Capulalpa, Arroyo Zarco, venta del Cuervo, venta de las Palmillas, San Juan del Río, la Estancia, la hacienda de la Noria y finalmente Querétaro, hospedándose en el colegio de la Santa Cruz.
Por el camino antes descrito pasaron a lo largo de años personas de diversos estratos sociales y oficios, junto con ellos bienes, pero esencialmente ideas y sueños, muchos de ellos inspirados en la riqueza de las minas de plata y oro de los Zacatecas y Durango. Otros sueños, los más íntimos y personales se siguieron alimentando con la posibilidad de descubrir o conocer lugares ideales como El Dorado.