Las 100 mejores obras literarias
Organización Editorial Mexicana
Wolfgang Vogt
El Occidental
¿Cuáles son las cien mejores obras de la literatura universal, de España e Hispanoamérica? Creo que eso depende de cada lector, porque no todos tenemos la misma sensibilidad y los mismos gustos literarios. Sin embargo, todos necesitamos cierta orientación que nos ofrecen manuales de literatura y los suplementos literarios de periódicos y revistas. En algunas universidades se entrega a los estudiantes de letras una lista de obras importantes, cuya lectura es imprescindible para un licenciado en letras. Es obvio, un estudiante de letras hispánicas debe conocer el «Lazarillo de Tormes», «El Quijote», los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz y las obras de Borges, Octavio Paz, Rulfo y muchos otros escritores de lengua española. Los estudiantes de letras francesas o alemanes tienen que estar familiarizados con Molière, Flaubert o Proust y con el teatro de Goethe, la poesía de Heinrich Heine y Rainer María Rilke. Hay tantos nombres ilustres que es difícil orientarse.
Por eso algunos maestros de letras y críticos literarios quieren ayudar al público con listas de libros que por lo general comprenden 100 títulos. Hace más de veinte años el prestigioso semanario de Hamburgo Die Zeit publicó una lista de los 100 mejores libros de la literatura universal basándose en una encuesta realizada entre escritores y críticos alemanes. Obviamente la mayoría de los títulos eran de literatura alemana y algunos lectores se extrañaron que no se recomendara ningún libro latinoamericano. Un miembro del jurado había tratado de incluir en la lista «Cien años de soledad» de García Márquez, pero no consiguió la mayoría necesaria.
En 1999 el mismo semanario invitó a escritores de renombre a escribir sobre el libro del siglo XX que más los impresionó. En cada número del año se publicó esta columna con el título «Mi libro del siglo». Así el italiano Claudio Magris comentó las novelas de su compatriota Italo Svevo y el checo Milan Kundera «El hombre sin atributos» del austriaco Robert Musil. Un crítico español critica la ausencia de las obras de García Márquez y Borges. Sin embargo, en verano de 1999, el narrador suizo de lengua alemana Urs Widmer comentó «Pedro Páramo» como el libro del siglo XX que más le gustó. Así, por lo menos un latinoamericano tuvo presencia en esta serie.
También en 1999, el diario madrileño El País trató de presentar las mejores obras literarias del siglo XX, pero se limitó a los libros escritos en español. Pidió a 17 colaboradores de su suplemento literario una lista de las 10 mejores obras escritas en español. La mayoría de ellos incluyen en sus listas libros de Borges y «Pedro Páramo». García Márquez, Pablo Neruda, César Vallejo, Octavio Paz y Juan Carlos Onetti aparecen con cierta frecuencia en las listas de los libros preferidos. Unamuno, Ortega y Gasset y García Lorca como autores españoles gozan también de cierta popularidad. Un lugar especial ocupa Ramón del Valle Inclán, cuya novela «Tirano Banderas» sobre las dictaduras latinoamericanas es uno de los libros preferidos de algunos críticos. Otros prefieren su obra de teatro «Luces de Bohemia», que es uno de los libros de la literatura española del siglo XX que más me ha impresionado. Curiosamente ninguno de estos 17 críticos menciona a Agustín Yáñez. Eso se explica, porque este gran narrador jalisciense no ha recibido la difusión que merece su obra. Se nota también la ausencia del nombre de Carlos Fuentes, cuya obra tiene una gran difusión internacional. Fernando del Paso falta también en la lista.
Tampoco El País se escapa a la tentación de hacer una lista de los 100 mejores libros de la literatura universal. En el año 2008, basándose en una votación de 100 escritores de España e Hispanoamérica, publica una lista de los 100 mejores libros. «El Quijote» con 214 puntos la encabeza y «El segundo sexo» de Simone de Beauvoir con 10 la concluye. A Cervantes le sigue Proust, con 192 puntos, Homero con 85 y Kafka con 62. «Pedro Páramo» con 46 puntos ocupa el lugar número 16. Flaubert con «Madame Bovary» tiene el lugar 19, «Las flores del mal» de Baudelaire el 30, Hamlet de Shakespeare el 49. Lo que nos asombra es la ausencia de clásicos como Molière, Rousseau, Voltaire, Goethe o Heine. No podemos creer que «Las confesiones» de Rousseau o los poemas de Heine sean menos importantes que la novela «Lolita» de Vladimir Nabokov que ocupa el lugar 24 de la lista.
Obviamente toda lista que se limita a 100 títulos debe tener notables ausencias. Sin embargo, la Biblioteca Universal de la Literatura (2002) que escogieron 100 autores de diferentes partes del mundo, es más equilibrada y representativa que la de El País. Los únicos autores de lengua española de esta lista son: Cervantes, García Lorca, Borges, García Márquez (dos obras) y Rulfo. J. Guimaraes Rosa de Brasil también está presente. Pocos autores aún vivos en 2002 figuran en la lista. Una de las excepciones es José Saramago. El orden de la lista es alfabético. Allí encontramos el «Gilgamesh» de la antigua Mesopotamia al lado del «Fausto» de Goethe, Rulfo al lado del místico persa Rumi del siglo XIII. Encontramos también libros infantiles como «Las aventuras de Huckleberry Finn» de Mark Twain y «Pipi Medias Largas» de Astrid Lindgren.
De las tres listas de 100 libros, la de la Biblioteca del Mundo es mucho más universal que la alemana o española. Las instituciones de Noruega y Suecia que la publican se basan también en el juicio de autores quienes no forman parte del mundo occidental. Hay escritores de países árabes, Irán, Indonesia, Afganistán, Turquía, Nigeria, China, etcétera. La única escritora mexicana de este jurado es Marta Cerda de Guadalajara.
Las listas de las 100 obras literarias más grandes son juegos muy interesantes, pero en el fondo no satisfacen a nadie. Creo que cada lector debe componer su propia lista. La lista de un español o mexicano contiene mucho más títulos hispánicos que la de un lector sueco o anglosajón. Un lector ruso disfruta mucho menos la poesía de Leopardi que un italiano. Los versos de Goethe impresionan más a un lector alemán que a un español. Sólo el que sabe francés disfruta realmente la musicalidad de los versos de Verlaine. Es más fácil traducir narrativa que poesía. Pero una mala traducción puede dificultar bastante el acceso a una novela de un gran autor.
Con respecto a la literatura latinoamericana, me gusta mucho la lista de grandes obras que presenta en forma de cuento el poeta Raúl Aceves en su libro. En «Un cuento latinoamericano» que forma parte del libro «Más acá del más allá» juega con títulos de novelas, cuyos autores el lector tiene que adivinar. Allí tenemos otro juego literario interesante que orienta a los lectores.