Juan Caballero y Osio…
benefactor de Querétaro
Es creíble que desde que dejó el importante puesto de Alguacil Mayor de Querétaro, para prepararse a recibir las órdenes sacerdotales, cambia radicalmente su sentido de la vida y comienza a prodigarse a sus semejantes, no solo en lo económico sino fundamentalmente en lo espiritual.
En los diferentes retratos que de él existen, acusan rasgos de bondad, de sencillez y amabilidad, pero también dejan ver a un hombre con carácter y de gran personalidad.
Quien vea a este sacerdote enfundado en una austera sotana, alzacuello y bien cortada capa española y se entere que por largos años fue apuesto militar, quizá no lo creerá pero así fue.
Al pié del retrato que se encuentra en el Museo de Querétaro se traduce del latín: “Ilustre benefactor bachiller D. Juan Caballero Y Osio; padre de los pobres, ornato de Querétaro, Eminente fundador, consejero y sostén”.
En su tiempo se construyeron la Venerable Congregación Guadalupana y el Beaterio de Santa Rosa.
Murió en 11 de abril de 1707 a la edad de 63 años.
Pintado por Nicolás Rodríguez Juárez.
En este mismo museo hay otro retrato de cuerpo entero0 que estuvo por mucho tiempo en el Palacio de La Corregidora y la inscripción dice:
“El licenciado Don Juan Caballero Y Osio, presbítero, originario de la ciudad de Querétaro, Comisario de los tribunales de la Inquisición y Cruzada, Juez eclesiástico, Prefecto de La Venerable Congregación de N. S. de Guadalupe, su principal fundador y del Seminario de San Francisco Xavier, del Colegio de Santa Rosa de esta ciudad, de Las Misiones de Las californias y de otras muchas útiles y magníficas y piadosas obras; en que gastó más de seiscientos mil pesos de su caudal. Ciudadano ilustre, padre de los pobres, honor de su patria”