La Independencia en Querétaro Parte 1

México: Un Bicentenario y Un Centenario
Querétaro: Un Bicentenario y Un Centenario

Mientras la revolución de la Nueva España estallaba en la Isla de León, muy cerca de Cádiz y con la ausencia del Rey de España, se reunían las Cortes Españolas, y pocos días después del inicio de la rebelión encabezada por Hidalgo, más estrictamente el 24 de Septiembre de 1810, inician las asambleas de estas Cortes.

Cercano el final del siglo XVIII, mientras en Querétaro el ente económico denominado Hacienda crecía y se desarrollaba, lo mismo que los obrajes, al amparo de las más crueles esclavitudes que el mundo a conocido, se da a la ciudad la condición de Corregimiento de Letras por Cédula del Rey Carlos IV y se le gobierna a través de tres cuarteles mayores que a su vez se subdividen en tres cuarteles menores. En ese mismo tiempo se amplía la Real Fábrica de Tabaco de Querétaro, cuyo edificio principal lo podemos ver sobre la calle de Hidalgo casi para llegar a la Av. de Ezequiel Montes.

Para 1810, en nuestra ciudad se descubre la junta conspiradora de Querétaro que encabezan el Cura de Dolores Miguel Hidalgo, nuestro ilustre Epigmenio González, el capitán Ignacio Allende y la esposa del corregidor, Josefa Ortiz de Domínguez.

La revolución de independencia en sus inicios fue un movimiento insurgente cuya composición social son los campesinos y la gente más desposeída e inmediatamente se piensa en un congreso compuesto que represente a todas las ciudades, villas y lugares.
Son los campesinos quienes proclaman en Celaya, Generalísimo a Miguel Hidalgo, y es la voluntad de las clases populares la que inspira los decretos de Hidalgo y por ello suprime la distinción de castas y por primera vez en América es abolida la esclavitud.

La intención de repartir todas las tierras entre los indios y adueñarse de los productos de las haciendas no es el propósito de Hidalgo sino de la clase pobre que los cerca y se rebela. Las multitudes fascinadas siguen a Hidalgo, quien no puede retener un programa concreto y sólo se puede lograr en sus inicios la destrucción del orden social que se ve encarnado en los ricos europeos asentados en lo que hoy es el territorio mexicano.

Poco a poco y a través de una lucha que durará de 1810 a 1821, la clase campesina va perdiendo su posición que retomará la oligarquía criolla que consumará la independencia en la persona de Agustín de Iturbide.
Para esa fecha, ya en 1816, se había proclamado la independencia de las Provincias Unidas de La Plata; en 1818 se establecía la independencia de Chile y para 1819 la de Colombia, y por donde quiera fueron los criollos quienes suplantaron a los peninsulares en la dirección del Estado.

Querétaro, en la famosa Constitución de Apatzingán y en el documento Los Sentimientos de la Nación, escrito por José María Morelos, forma parte de una de las diecisiete provincias enunciadas en el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana y será el corregidor Domingo Luaces quien se rendirá y rendirá la ciudad como un último bastión de los peninsulares.

José Félix Zavala
Uno de Cuarenta

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