El Colegios Salesiano de Querétaro con el Proyecto de San Juan Bosco fue hecho con la cooperación de los queretanos en el antiguo Panteón del Espíritu Santo, cuya cruz se encuentra ahora fuera del Convento Dominico de esta mism ciudad, siendo el primer salesiano el P. Mauro Garza, regiomontano y de feliz memoria, lo mismo fue el primer rector del templo de Santa Rosa de Viterbo que le fue encomendado por el Vl Obispo de Querétaro, Marciano Tinajero Y Estrada.
En este Colegio se estableció una imprenta que llegó a ser la mejor de la ciudad y donde se capacitaron en este oficio salesianos coadjutores y alumnos.
La intención de Don Bosco fue la de formar en artes y oficios a los hijos de los obreros y con este fín se abrió el colegio Salesiano de Querétaro, comenzando sus primeras clases en la esquina de Arteaga y Ocampo.
La reliquia de Don Bosco en Querétaro
1. El 26 de marzo de 1956, el Excmo. Sr. Dr. D. Marciano Tinajero, Sexto Obispo diocesano, puso la primera piedra del edificio en el que los Padres Salesianos establecerían sus obras apostólicas en esta Diócesis, consistentes en Oratorios Festivos, Escuelas y Talleres para la juventud.
Este acto, que marcó fuertemente la vida de la Ciudad episcopal, tuvo lugar en lo que se llamaba entonces el Panteón del Espíritu Santo, y acompañaron al Excmo. Sr. Obispo el Reverendo Padre Don Renato Zigotti, Quinto sucesor de Don Bosco, el muy Ilustre Sr. Provicario General Arcediano Dr. D. Salvador Septién, el muy Ilustre Sr. Canónigos Dr. D. Cesáreo Munguía, quien leyó el acta del acontecimiento, y numerosos sacerdotes y feligreses de la Ciudad que participaron de manera gozosa y esperanzadora en dicho evento.
2. El Excmo. Sr. Obispo Dr. D. Marciano Tinajero fue el alma de este acontecimiento singular. Como bien sabemos, él fue un gran Maestro y en la obra educativa puso su corazón y todo su esfuerzo a fin de dotar a las nuevas instituciones que iban surgiendo a su paso de los medios necesario para su desarrollo y que la Providencia ponía en sus manos, con la intercesión eficaz de la Virgen María. Así, mediante el Instituto de las Misioneras Marianas, dotó de escuelas prácticamente a todas las parroquias de la Diócesis, en particular a las de la Sierra.
En esta Ciudad Episcopal también la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos, cumplía la promesa que había hecho en sueños al joven Juan Bosco, y que él buscaría de cumplir con toda fidelidad secundado por el celo apostólico de sus hijos.
3. Entonces recibió el Sr. Obispo Don Marciano Tinajero con cariño a los Padres Salesianos y ahora, su Servidor, con grande gozo y gratitud a Dios, recibo en esta santa Iglesia Catedral esta Reliquia Insigne de San Juan Bosco. Se trata del Brazo Derecho de San Juan Bosco, con el cual invocaba la protección de Dios al persignarse cada mañana y con el cual bendecía a sus hijos, especialmente a sus jóvenes, todos los días. Sin duda que la presencia Salesiana ha sido una bendición de Dios para numerosas familias queretanas, para incontables jóvenes y para toda esta Ciudad Episcopal. Le pedimos a San Juan Bosco, en estos tiempos de niebla y oscuridad muy parecidos a los suyos, que nos siga bendiciendo.
Bienvenido Don Bosco, una vez más, a esta Ciudad Episcopal.
1. El 26 de marzo de 1956, el Excmo. Sr. Dr. D. Marciano Tinajero, Sexto Obispo diocesano, puso la primera piedra del edificio en el que los Padres Salesianos establecerían sus obras apostólicas en esta Diócesis, consistentes en Oratorios Festivos, Escuelas y Talleres para la juventud. Este acto, que marcó fuertemente la vida de la Ciudad episcopal, tuvo lugar en lo que se llamaba entonces el Panteón del Espíritu Santo, y acompañaron al Excmo. Sr. Obispo el Reverendo Padre Don Renato Zigotti, Quinto sucesor de Don Bosco, el muy Ilustre Sr. Provicario General Arcediano Dr. D. Salvador Septién, el muy Ilustre Sr. Canónigos Dr. D. Cesáreo Munguía, quien leyó el acta del acontecimiento, y numerosos sacerdotes y feligreses de la Ciudad que participaron de manera gozosa y esperanzadora en dicho evento.
2. El Excmo. Sr. Obispo Dr. D. Marciano Tinajero fue el alma de este acontecimiento singular. Como bien sabemos, él fue un gran Maestro y en la obra educativa puso su corazón y todo su esfuerzo a fin de dotar a las nuevas instituciones que iban surgiendo a su paso de los medios necesario para su desarrollo y que la Providencia ponía en sus manos, con la intercesión eficaz de la Virgen María. Así, mediante el Instituto de las Misioneras Marianas, dotó de escuelas prácticamente a todas las parroquias de la Diócesis, en particular a las de la Sierra. En esta Ciudad Episcopal también la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos, cumplía la promesa que había hecho en sueños al joven Juan Bosco, y que él buscaría de cumplir con toda fidelidad secundado por el celo apostólico de sus hijos.
3. Entonces recibió el Sr. Obispo Don Marciano Tinajero con cariño a los Padres Salesianos y ahora, su Servidor, con grande gozo y gratitud a Dios, recibo en esta santa Iglesia Catedral esta Reliquia Insigne de San Juan Bosco. Se trata del Brazo Derecho de San Juan Bosco, con el cual invocaba la protección de Dios al persignarse cada mañana y con el cual bendecía a sus hijos, especialmente a sus jóvenes, todos los días. Sin duda que la presencia Salesiana ha sido una bendición de Dios para numerosas familias queretanas, para incontables jóvenes y para toda esta Ciudad Episcopal. Le pedimos a San Juan Bosco, en estos tiempos de niebla y oscuridad muy parecidos a los suyos, que nos siga bendiciendo. Bienvenido Don Bosco, una vez más, a esta Ciudad Episcopal.
† Mario de Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro