Pier Paolo Pasolini y los demonios en la piel
José Félix Zavala
Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo:
horas y horas de soledad son el único modo
para que se forme algo, que es fuerza, abandono,
vicio, libertad, para dar estilo al caos.
Yo, ahora, tengo poco tiempo: por culpa de la muerte
que se viene encima, en el ocaso de la juventud.
Pero por culpa también de este nuestro mundo humano
que quita el pan a los pobres, y a los poetas la paz.
El 2 de noviembre de 1975 Pasolini apareció muerto en un vertedero de la ciudad costera de Ostia, en las cercanías de Roma. Se habló de un asesinato, pero nunca se consiguió probarlo.
El rumor se debió, seguramente, a que Pasolini fue un personaje muy controvertido, homosexual, marxista, artista de enorme talento, comprometido siempre con los avatares políticos y sociales de su tiempo. Su cuerpo apareció desfigurado.
Fue un personaje relevante de la cultura europea de la segunda mitad del siglo XX. Y en todos los campos en los que se desarrolló: poesía, novela, dirección y guionismo, ensayo, crítica cultural y social. Su obra constituye un punto de referencia ineludible.
Pier Paolo Pasolini nació el 5 de marzo de 1922 en Bolonia, la ciudad con más tradición izquierdista en Italia, aunque su familia era originaria de Friulí, una región en el noreste del país, donde se habla el friulano, que es el idioma local.
Si regresa el sol, si cae la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una siesta de lluvia parece regresar
de tiempos demasiado amados y jamás poseídos del todo,
ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por ello:
ya no siento delante de mí toda la vida…
El cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, polémico por sus posturas ideológicas y hasta acusado de pornográfico, aspectos que se retratan en la obra Demonios en la piel en la que se expone su vida y obra, será homenajeado a 32 años de su muerte en Nueva York, con varios eventos en su memoria.
El también guionista, escritor y poeta, asesinado el 2 de noviembre de 1975, es recordado con proyecciones cinematográficas, obras de teatro, exposiciones, lecturas y congresos de estudios.
Una muestra de fotografías de «plateau» de Angelo Novi, quien participó en el rodaje de numerosos filmes del director italiano, lo recuerda en su querida Rona. Además de que la rock star Patti Smith realizó el encuentro Las últimas preguntas de Pasolini.
Se estrenó este fin del año pasado en el Auditorio de la Municipalidad de San Isidro Calif., la puesta en escena Demonios en la piel: la pasión según Pasolini, escrita por el dramaturgo peruano Eduardo Adrianzén, bajo la dirección de Diego La Hoz.
Esta obra, con las actuaciones de David Almandoz, Trilce Cavero y Alonso Cano, entre otros, relata la polémica vida de este artista multifacética y controvertido, que nunca tuvo reparos en mostrarse tal como era, ya que odiaba las etiquetas y amaba la libertad.
Otro aspecto que será expuesto, en la que concluirá la puesta en escena, es la censura que sufrió el ganador de tres Silver Ribbon al ser acusado de inmoral, pornográfico y políticamente incorrecto.
Por otra parte, en Argentina, el realizador fue recordado en La Gran Fiesta del Documental al proyectar, el largometraje Escenas de la caza del jabalí, videodiario que muestra el viaje que realizó a Palestina en 1963 para buscar las locaciones de su película El evangelio según San Mateo.
Pasolini desarrolló buena parte de su obra en el más crudo tono y expresión de los mendigos y delincuentes de los suburbios romanos. Estudió historia del arte y literatura en Bolonia y trabajó como profesor desde 1943 hasta 1949.
Su primer libro fue Poesía a casarsa, una colección de escritos que apareció en 1942. Desde joven se afilió al Partido Comunista Italiano y aunque fue expulsado por su homosexualidad abierta y reconocida, siempre se consideró un comunista.
En 1950 se trasladó a Roma, donde escribió poemas y novelas sobre los barrios bajos y los obreros de la capital. Sus dos novelas Chicos del arroyo (1955) y Una vida violenta (1959) le consagraron como novelista.
En los años 50 inició sus vínculos con el mundo del cine. Trabajó como actor y guionista. Pero su primera película como director la rodó en 1961, bajo el título de Accattone, que fue una revisión de su novela Una vida violenta, sobre la vida de una prostituta en Roma.
El tema de la prostitución, una obsesión en la vida de Pasolini, continuó con su sentido homenaje a la actriz Anna Magnani, en la película Mamma Roma (1962), donde el retrato de los bajos fondos romanos resultó excepcionalmente real.
La fama internacional le llegó a mediados de los años 60 y los 70 con una sucesión de filmes de gran impacto como: El evangelio según San Mateo (1964), Teorema (1968), » (1971), Los cuentos de Canterbury (1973) y Las mil y una noches (1974).
Para algunos de los papeles en sus películas, Pasolini requirió los servicios de actores no profesionales y siempre intentaba combinar el realismo, con conceptos revolucionarios, sexo, violencia y sadismo.
Muchas de sus películas tuvieron una rara belleza inclasificable, que le ganó su reputación radical entre amigos y enemigos. Sin embargo, su carácter «católico marxista» le supuso una cierta impopularidad entre sus propios compañeros de izquierda.
Pasolini siempre estuvo en contra de la ley del aborto y de las revueltas estudiantiles de la época. Desde Pocilga (1969), sus películas fueron cada vez más controvertidas.
Su último filme, Saló o los 120 días de Sodoma (1975) relacionaba el fascismo con el sadismo, en el entorno de los últimos años de la Segunda Guerra Mundial en Italia y ha sido tema de interminables controversias y debates debido a su fuerte contenido erótico y violento donde se sospecha que participaron personas menores de 18 años.
Así, la película ha estado prohibida en muchos países aunque actualmente se puede conseguir en DVD, los problemas legales y de licencia de las distribuidoras han hecho una escaza producción que provoca que sea la cinta con menos copias en el mundo.
Paolo Pasolini, autor prolífico, fue más conocido fuera de Italia por sus películas que por sus obras, aunque él siempre se consideró un poeta antes que cualquier otra cosa.
En 2005, el supuesto asesino del cineasta declaró que en realidad fueron tres los jóvenes que estuvieron involucrados en el suceso, por ello la comunidad artística e intelectual italiana pidió la reapertura del caso con el fin de esclarecer la versión.
Un amigo de nombre Sergio Citti indicó que algunas cintas de la película Saló… fueron robadas en 1975, con el fin de extorsionar a Pasolini.
Asimismo, trascendió que algunos policías italianos y burócratas de la División de Asuntos Internos podrían haber estado tras los extorsionadores, aunque realmente nunca se ha esclarecido el caso y las versiones continúan en el aire a 32 años de su muerte.