Algunos Héroes Queretanos De La Revolución Mexicana
General Dr. José Siurob
Seguramente el valor máximo que puede presentar Querétaro en la historia de la revolución mexicana, lo es el Gral. Dr. José Siurob, político eminente, que ocupó los más altos cargos gubernamentales.
Nació en la Ciudad de Querétaro, el 14 de noviembre de 1885, hijo de los señores Emiliano Siurob y Guadalupe Ramírez Gutiérrez.
Su primera educación la recibió en el Liceo Católico de Querétaro, institución fundada por el insigne P. Florencio Rosas, y posteriormente marchó a la capital de la República para inscribirse como alumno de la Escuela Nacional de Medicina, donde obtuvo su título profesional el año de 1912.
Precisamente en su vida estudiantil se inicia también su vida política, pues fue uno de los líderes estudiantiles que organizaron las primeras manifestaciones de repudio a la administración del Presidente Porfirio Díaz.
Regresó a Querétaro al obtener su título profesional, instalando su consultorio médico, donde era pública y admirada su conducta, enormemente caritativa para los pobres, a quienes además de nunca cobrarles, los socorría para que pudieran adquirir sus medicinas.
Se fue al norte a incorporarse al movimiento armado de Venustiano Carranza, y sus servicios fueron aceptados como Médico en el Cuerpo del Ejército del Noreste.
Triunfante el movimiento, reclamó su derecho a la Gubernatura del Estado, que le correspondía conforme al Plan de Guadalupe, pero habiendo sido las fuerzas de Don Pablo González las que ocuparon Querétaro, fue postergado para dar ese puesto al Coronel Federico Montes, guanajuatense.
Cuando se sucedió la escisión Villista, el entonces Tte. Cor. José Siurob estuvo en Veracruz con el presidente Carranza, y al formarse el Ejército de Operaciones que comandó el Gral. Álvaro Obregón y que iba a terminar con el villismo, le fue dado el empleo de Coronel y el mando de la Brigada General Escobedo, agregando sus fuerzas al grupo comandado por el Gral. Fortunato Maicote.
Estuvo en el combate de Peón, cerca de San Juan del Río, y fueron sus soldados los que ocuparon Querétaro la madrugada del 16 de abril de 1916, asumiendo el Dr. Siurob el cargo de Gobernador del Estado.
Posteriormente, razones políticas determinaron que trocase el gobierno de Querétaro por el de Guanajuato, que ocupó hasta el año de 1917.
Desde 1917 hasta 1925 fue Diputado Federal, siempre por el Distrito de Cadereyta. Desde 1926 y hasta 1928 fue Gobernador del Territorio de Quintana Roo, y a él se debe la formación de la magnífica ciudad de Payo Obispo, capital del territorio, y la pacificación absoluta del mismo al ocupar Chan Santa Cruz, la ciudad sagrada de los Mayas.
Dejó el gobierno del territorio para, por poco más de un año, fungir como Gobernador del Distrito Federal, y luego fue Secretario de Salubridad y Asistencia en el gabinete del Presidente Lázaro Cárdenas.
Su paso por ese Ministerio se destacó por la inauguración de grandes obras sociales, construyó en Huipulco el primer hospital para tuberculosos; en Zoquiapan el de leprosos, en 1938 construyó y puso en servicio el Instituto Biotécnico, el primero que tuvo México, en 1939 logró el Instituto para Enfermedades Tropicales, y al final de su encargo, había dejado iniciado y trazados los lineamientos para el Hospital General, alcanzó en el ejército el grado máximo de General de División y falleció en la Ciudad de México, retirado de toda actividad, en el año de 1966.
Coronel Guillermo Rubio Navarrete
Guillermo Rubio Navarrete, queretano, nació en esta ciudad, en la casa No. 8 de la vieja calle del Placer de Capuchinas, ahora magnífica avenida Hidalgo, el día 10 de abril de 1877, hijo de Don Domingo Rubio, quien falleció dejándolo sólo un niño y de la señora Amada Navarrete, a quien tocó formarlo. Fue admirado en toda la República por su comportamiento en la campaña contra Orozco, el General Victoriano Huerta formó la División del Norte y nombró al Coronel Rubio Navarrete como Comandante de la artillería Divisionaria, demostrando sus capacidades castrenses en las batallas de Conejos, el segundo Rellano y Bachimba, que fueron prácticamente, ganadas por él.
Recibió el ascenso sobre el campo de batalla y más tarde un magnífico regalo del Presidente Madero, pero el mejor regalo fue un dije de oro con un brillante en el centro que le obsequiaron, por suscripción, los Jefes y Oficiales de las Brigadas de Infantería, por estimar que su pericia como artillero hizo innecesarios los obligados asaltos de la infantería a las posiciones fortificadas de los Orozquistas, ahorrando, en esta forma, gran cantidad de vidas.
Carlos Ramírez Llaca
Nació en Querétaro el 22 de septiembre de 1885, realizando sus estudios en su ciudad natal.
Su vida se distinguió por un acendrado odio hacia el régimen porfirista, contra el que luchó hasta su derrocamiento, sumándose posteriormente al Ejército Constitucionalista hasta su triunfo, representando posteriormente a Guanajuato en el Congreso Constituyente de 1916 – 1917.
Su actuación en el Congreso fue siempre en defensa del campesino y de la clase proletaria.
Al término de esta trascendental reunión, se dedicó a negocios particulares y a la defensa de sus ideales en pro del bienestar de la patria.
Murió el 26 de julio de 1939.
José A. Bustamante
Como periodista y como político en la primera etapa del antirreeleccionismo, Don José A. Bustamante y Barrón ocupa un lugar prominente y su nombre, por lo mismo, está ligado, íntimamente a la historia de los primeros movimientos revolucionarios del siglo XX.
Nació en Querétaro en el año de 1869, hijo del señor José Bustamante y de su esposa señora Aniceta Barrón.
Las primeras noticias que de él se tienen, son que en el año de 1901 fundó en Querétaro un periódico que llamó “El Fígaro” con tendencia meramente informativa, y que tuvo aceptación, circuló desde 1901 hasta 1913.
Cuando el señor Madero vino en 1909 a fundar un Club Antirreeleccionista, solamente seis personas se atrevieron a ir a esperarlo a la estación de los ferrocarriles, necesariamente sus nombramientos debieron recaer en ellos y el señor Bustamante fue designado Secretario del Partido.
Sus primeras armas políticas las hizo en 1911 en las elecciones para Gobernador del Estado, sosteniendo al señor Rómulo de la Torre y publicando un periódico que llamó “La Voz del Pueblo” sin éxito, debido a que las elecciones las ganó Don Carlos M. Loyola.
Al ser derrocado, en febrero de 1913, el régimen del Presidente Madero por el dictador Victoriano Huerta y éste a su vez puso al General Joaquín Chicarro como Gobernador del Estado de Querétaro, quien persiguió a los desafectos del régimen huertista y aprehendió a Bustamante, consignándolo al servicio de las armas, pero cuando los médicos no pudieron dejar de señalar que su mano derecha rota le impedía ser soldado, fue hecho prisionero y llevado a la Penitenciaría de la Ciudad de México y su familia no volviera a saber de él durante año y medio hasta el derrocamiento de Victoriano Huerta.
Volvió enfermo a Querétaro, colaborando con el Gobierno del General Federico Montes, en la fundación del periódico de la revolución en nuestra ciudad y así nació “La Opinión”.
Y no sólo ello, sino que, dedicándose a tal trabajo, formó la “Imprenta del Gobierno”, donde se llevaron a cabo todos los trabajos del Congreso Constituyente de 1916 – 1917.
Posteriormente hizo un esfuerzo y editó “El Porvenir”, periódico semanario de información y variedades que escasamente pudo publicar durante un año.
Falleció el 14 de agosto de 1943, fue sin disputa, el periodista del primer tercio del siglo XX. Vivió luchando y así murió, pobre, indomable, revolucionario, sincero.
Federico Montes Alaniz
De origen guanajuatense. Una vez que las fuerzas carrancistas conquistaron Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Aguascalientes y San Luis Potosí, la columna al mando del General Francisco Murguía tomó la Ciudad de Querétaro el 29 de julio de 1914.
Poco después cumpliendo órdenes de Venustiano Carranza, el General Pablo González, Jefe de la División del Noreste, nombraba como Gobernador interino y Comandante Militar de Querétaro a Federico Montes, quien asumió el mando del Estado el 2 de agosto de 1914, cargo que duró hasta el 25 de noviembre del mismo año, en que siendo leal a Carranza abandonó la plaza ya que tropas de la llamada “Convención de Aguascalientes”, encabezados por Villa, a su paso ocuparon la Ciudad de Querétaro.
Posteriormente Venustiano Carranza retomaba el control de la Presidencia de la República y a su vez Federico Montes volvía a ocupar el cargo de Gobernador del Estado de Querétaro del 18 de junio de 1915 al 29 de marzo de 1917.
Esta designación obedecía a las intenciones que tenía Carranza de celebrar en Querétaro un Congreso Constituyente que reformara la Constitución de 1857, para lo cual necesitaba a alguien de su absoluta confianza, como lo era Montes en el Gobierno del Estado
Trabajó arduamente para preparar el camino a la Ley del Municipio Libre; además de la creación de la biblioteca “Prospero C. Vega” y la fundación del periódico bimestral “La Opinión”.
Federico Montes falleció en la Ciudad de México el 1° de diciembre de 1950.
Diputados constituyentes por Querétaro
Juan N. Frías
Nació en la ciudad de Querétaro en el año de 1884.
Estudió en el Colegio Civil del Estado hasta obtener el título de Abogado en el año de 1906.
Ejerció su profesión, abriendo un bufete altamente acreditado.
En el año de 1909 en compañía de otras personas formó el «Partido Antirreeleccionista Queretano», que alcanzó gran popularidad, por lo que participó en las elecciones para gobernar su Estado natal, triunfo que no obtuvo cuando el pueblo votó en masa por Carlos M. Loyola.
Después el pueblo lo eligió Diputado pasando a formar parte de la Legislatura llamada Maderista, la que fue disuelta por Victoriano Huerta y por lo que al igual que otros 86 diputados fue conducido a la cárcel.
En el Congreso Constituyente representó a la capital del Estado y al término de esta gestión radicó en la ciudad de México para ejercer su profesión, donde murió el 18 de agosto de 1918.
Ernesto Perrusquía
Nació el 10 de marzo de 1887 en San Juan del Río, Querétaro, de muy joven se trasladó a la Ciudad de México a prestar servicios en la Administración del Timbre de la República, donde alcanzó a ocupar los más elevados puestos.
En 1913, cuando se enteró del asesinato del Presidente Francisco I. Madero y del Vicepresidente Pino Suárez, y en base a las estrechas relaciones que tenía por su cargo oficial con el Gobernador Coahuilense Venustiano Carranza, se presentó ante él y se sumo al Ejército Constitucional.
Al triunfo de Carranza entró con éste a la Ciudad de México y fue nombrado Administrador Principal del Timbre, siendo Ministro de Hacienda, Don Luis Cabrera.
Fue parte del Congreso Constituyente de Querétaro.
En 1917 fue electo Gobernador del Estado de Querétaro, siendo el primer Gobernador Constitucional del mismo.
En su gestión introdujo el agua potable a San Juan del Río.
Regresó a la Ciudad de México y fue nuevamente Director General del Timbre en el que permaneció hasta 1920 cuando Carranza abandonó la capital.
Posteriormente del traslado del Gobierno de Carranza a Veracruz, Perrusquía salió del país y se refugió en los Estados Unidos regresando hasta 1923, retirándose a la vida privada.
Falleció el 15 de junio de 1946, siendo sepultado en la Ciudad de México en el lote de Constituyentes del Panteón de Dolores.
Lic. José María Truchuelo
El Lic. José María Truchuelo, por su saber y los puestos judiciales que sirvió, es, sin duda el abogado más valioso que haya dado el Estado de Queretano.
Su vida constituye un ejemplo que cualquier abogado se sentiría orgulloso de poder imitar.
Nació Don José Ma. Truchuelo en Querétaro ciudad, el 29 de abril de 1886. Fueron sus padres don Juan Manuel Truchuelo y doña Lucía Ruiz, su educación primaria la cursó en la Escuela que regenteaba el insigne Maestro Don Andrés Balvanera; posteriormente pasó al Colegio Civil del Estado para lograr en ese establecimiento su educación media y profesional, recibiendo su título de abogado el año de 1913.
Abogado postulante, abrió su bufete en unión del Lic. Jesús M. Vázquez, al que fueron llevados algunos de los mejores negocios de Querétaro, pero, a pesar de la posición desahogada que esto le proporcionaba, al llegar la revolución a Querétaro se sumó a sus postulados, abandonando una clientela que ya era muy buena.
En la lucha armada de 1915 y 1916 fue Secretario de Gobierno del Gral. Teodoro Elizondo, designado Comandante Militar de Querétaro por la Convención de Aguascalientes, lo que le originó una situación que pudo costarle la vida, cuando el General Francisco Villa rompió con la misma, siendo Truchuelo afortunado de que el Gobernador Villista, Gustavo M. Bravo, pudo detener la ya dada orden de fusilamiento.
Restablecidas las autoridades de don Venustiano Carranza, en el mes de abril de 1916, fue designado Director del Colegio Civil, cargo que aceptó, pero que desempeño muy pocos meses, ya que en noviembre del mismo año lo renunciaba, para aceptar el de Síndico del Primer Ayuntamiento Libre de Querétaro.
Al efectuarse las elecciones para Diputados Constituyentes, jugó su candidatura por el Tercer Distrito, ganando la elección, y tuvo el honor de ser designado Diputado Secretario del Congreso Constituyente de 1917.
Al restablecerse el orden constitucional, fue nombrado Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Contendió y ganó las elecciones de 1920 para Gobernador del Estado de Querétaro, pero le fue negado el triunfo que se adjudicó a Don Salvador Argain.
Al consolidarse la rebelión del plan de Agua Prieta, que derrocó al Presidente Venustiano Carranza, se reconocieron sus derechos a la Gubernatura, ocupando el cargo de octubre de1920 al 30 de septiembre de 1923.
Durante su corto tiempo en el gobierno, fueron expedidas la Ley del Trabajo, indudablemente la primera que tuvo la República, y también la Ley Agraria de Querétaro, dejando, con esas leyes, cumplidos en el Estado los dos grandes postulados revolucionarios.
Embelleció la Ciudad de Querétaro, formando el Jardín Guerrero, sobre el enorme predio en el cual se pretendió en 1914 construir la catedral y que había quedado abandonado, y también mandó construir el jardín en el templo de la Cruz de su gran explanada frente a él, amén de otras muchas obras materiales.
En el año de 1926 fue nombrado Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, y posteriormente electo Presidente de dicho Cuerpo; durante su encargo, inició el aumento de Sala y la división en el trabajo de los Magistrados, dando al Tribunal una organización muy semejante al actual de la Suprema Corte de Justicia.
Concluido su mandato de seis años, volvió a la vida del abogado postulante, pero en 1939 el Presidente de la República volvió a designarlo Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Falleció en la Ciudad de México en el año de 1951.
En su testamento dejó su biblioteca a la recién formada Universidad de Querétaro, y para la beneficencia pública del Estado, una gran parte de sus bienes.