El último escultor queretano
Poco antes de que el maestro Jesús Rodríguez de la Vega muriera tuve la oportunidad de entrevistarlo para el diario “Noticias” de esta ciudad, pero no hay mejor descripción de su obra que la que hace el maestro en arte de la Universidad Autónoma de Querétaro: Rodolfo Anaya Larios.
Al apagarse la luz de su fecunda vida, el jueves 27 de febrero de 1986, a los 78 años de edad, el maestro Jesús Rodríguez de la vega, dejó un gran hueco que ninguna persona ha podido llenar.
Con su muerte cerró el ciclo de escultores queretanos.
Este destacado imaginero era el último sobreviviente de tantos y tantos que se dieron en estos rumbos. Era el último representante de este oficio en vías de extinción. Oficio lleno de tradición y celebrada fama desde los años del virreinato, en donde los secretos del mismo, se pasaban de padres a hijos.
El maestro Jesús Rodríguez de la vega era hijo de otro gran maestro escultor: Braulio Rodríguez Granda, forjador de una familia de artistas de la plástica, orgullo legítimo de nuestra patria chica, quien cubrió con su abundante producción escultórica la primera mitad del presente siglo.
Don Braulio a su vez se formó en el taller de Diego Almaráz Guillén que a su vez lo hizo en el del famosísimo José Arce.
Jesús Rodríguez de la >Vega entró a la escuela de dibujo bajo la gula de D. Germán Patiño, fue profesor titular de la clase de dibujo por 32 años y de la que fue nombrado maestro emérito.
Algunas obras como las esculturas de José Ma. Arteaga, Ezequiel Montes, Ignacio mariano de Las casas es autor.
Gran conocedor y amigo de la obra de los grandes artistas queretanos de la plástica como José Julio Rodríguez o Abelardo Avila.