Por las heladas, el kilo de romeritos sube hasta 500% y “no de muy buena calidad”
La fruta para el ponche se ubica en 80 pesos kilo de pasa o 100 pesos la ciruela
“no de muy buena calidad”, según consumidores.
Sus tallos amarillos y rojos “hacen que se pierda más de la mitad de lo comprado y se necesiten, por lo menos, tres kilos para dar de comer a una familia de seis. Y, eso sin contar que se requiere un kilo de mole, cuyo precio va de 150 a 200 pesos, según su calidad, además de nopales y camarones, que están por las nubes”
, comentaron amas de casa que acudieron ayer al mercado de San Juan.
El año pasado, recordaron, los montoncitos de siete nopales estaban en 10 pesos. Hoy son tres por 10 y “pequeñitos, que no rinden”
; mientras el kilo de polvo de camarón está en 150 pesos y los camarones grandes secos van de 180 a 250 pesos, según el local o supermercado donde se compren. En éstos, “lo bueno es que te aceptan los vales de despensa y eso nos ayuda, pero no resuelve nuestra raquítica situación”
, coincidieron en señalar las señoras Consuelo López, Silvia Sánchez y Heidi Torres.
Una situación similar se observó en los mercados Río Blanco, Rastro Viejo y Casas Alemán, donde la posibilidad de preparar el tradicional ponche se esfumaba ante lo caro de los kilos de tejocote, entre13 y 25 pesos; canela, 60; guayaba, de 20 a 28; caña, 15 a 20; pasitas, 80; ciruela con hueso 85 y sin hueso, 100, y piloncillo 30 pesos el kilogramo.
Locatarios de esos mercados explicaron que el incremento de los productos se debe a que “gran parte del romero se perdió con las heladas, el que se vende está muy feo y poca gente lo compra, y traerlo de La Merced significa pagar el doble de lo que cobran los taxis, si queremos que nos lleven. Así que no tenemos de otra, más que repercutir estos gastos y con ello nuestra ganancia merma también, porque las ventas están por los suelos”
, dijeron.
Ante esta situación, algunas amas de casa comentaron que los tradicionales romeritos, el pavo, la pierna o el bacalao “no estarán en nuestras mesas. No por falta de ganas, sino porque no hay dinero. Así que ahora los sustituiremos por pollo rostizado, enchiladas verdes o pizzas acompañadas de refresco, café y, si alcanza, ponche, pero sin fruta, pues no hay para más. Y si bien nos va, medio vasito de sidra”
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