Sangre de cristianos en Filipinas, Nigeria, Irak y Egipto
Con motivo de las festividades de Navidad y del año nuevo
«En este tiempo de la Santa Navidad, el deseo y la invocación de la paz se han hecho aún más intensos. Pero nuestro mundo sigue estando marcado por la violencia, especialmente contra los discípulos de Cristo», dijo Benedicto XVI el pasado domingo 26 de diciembre con ocasión del rezo del Ángelus, expresando «gran tristeza» por los ataques anticristianos que han ensangrentado la noche de la Natividad del Señor en algunas partes del mundo, de modo particular en Filipinas y en Nigeria. Días después, esta oleada de sangre de cristianos azotaba Irak y Egipto.
Filipinas
En Filipinas, una bomba explotó la mañana del 25 de diciembre durante la Misa navideña que se estaba celebrando en la capilla dentro del cuartel de la policía de Jolo, en la región autónoma del Mindanao musulmán. La explosión de la bomba, lanzada sobre el tejado de la capilla del Sagrado Corazón por algunos hombres en motocicleta, provocó, según la agencia Asianews (27 de diciembre) al menos once heridos, entre los cuales al menos un sacerdote.
Aunque el ataque no ha sido reivindicado, los expertos señalan al grupo extremista musulmán de Abu Sayyaf. Fundado a principios de los años 90, el grupo armado ha llevado a cabo numerosos raptos con el fin de extorsionar, y atentados, entre los cuales el incendio de un ferry que se dirigía a la capital, Manila (febrero de 2006), el cual provocó 116 víctimas. También Jolo, capital de la provincia de Sulu, ha sido anteriormente teatro de ataques anticristianos, entre los cuales el asesinato, en febrero de 1997, del vicario apostólico, monseñor Benjamín D. de Jesús, O.M.I.
Han condenado el ataque el presidente Benigno «Noynoy» Aquino, que hablando con los periodistas expresó su temor a que comience una nueva campaña terrorista, así como la Conferencia Nacional de los Ulemas de Filipinas. «Los continuos secuestros y los ataques en diversas partes de Mindanao son actos bárbaros y muestran crueldad y falta de respeto, y deben ser condenados», se lee en un comunicado de los sabios musulmanes.
Por su parte, monseñor José Colin Bagaforo, obispo auxiliar de Cotabato (Mindanao), pidió a los fieles oraciones de «reparación» por la «profanación» de la capilla del Sagrado Corazón. «Todos los lugares de culto son sagrados y por ello deben ser respetados», dijo el prelado, lanzando también palabras de reconciliación.
«Aunque condenamos los absurdos atentados contra fieles inocentes, deseamos expresar nuestro mensaje de paz y de esperanza a todos los pueblos de diversas culturas y tradiciones religiosas», afirmó en declaraciones recogidas por la agencia UCA News (28 de diciembre).
Nigeria
En Nigeria, en cambio, la enésima ola de violencia anticristiana ha causado, según la agencia responsable para la gestión de emergencias nacionales, la NEMA, al menos 86 víctimas en el centro-norte del más poblado país africano, que en el próximo mes de abril acudirá a las urnas para elegir un nuevo Presidente.
La «masacre de Navidad» comenzó en la Nochebuena con el asalto contra dos iglesias cristianas en los alrededores de la capital del Estado de Borno, Maiduguri, siendo asesinadas al menos seis personas, entre las cuales un pastor baptista, el reverendo Bulus Marwa, según informa Compass Direct News, el 28 de diciembre. La violencia continuó con una serie de atentados contra objetivos cristianos en las cercanías de Jos, capital del Estado de Plateau, definido por Avvenire (28 de diciembre) el «muro divisorio» entre las dos Nigerias; la musulmana, formada por pastores de ganados, en el norte, y la cristiana, animista y agrícola del sur».
«Es la primera vez en mi vida que no celebro la Misa de Navidad con la gente. He tenido que hacerlo solo, en el arzobispado», explicó en una entrevista al mismo diario el arzobispo de Jos, monseñor Ignatius Kaigama, el cual habló de una «progresión inquietante» de la violencia. «Por primera vez – subrayó el prelado – se han utilizado bombas. En el pasado se usaban armas rudimentarias, no había una auténtica preparación crimina. Ha sido, además, un ataque al corazón de la cristiandad. Se ha elegido atacar precisamente en los días de Navidad, una fiesta sagrada para la comunidad».
Como ha informado la agencia AFP (28 de diciembre), ha reivindicado la violencia en Internet un movimiento extremista musulmán, el Jama’atu Ahlus-Sunnah Lidda’ Awati Wal Jihad, es decir, el «Pueblo devoto a las enseñanzas del Profeta para la propagación y la guerra santa». En el comunicado, el grupo promete además continuar sus ataques «contra los infieles y sus aliados y todos aquellos que les ayudan, hasta el triunfo de Alá». Pero la reivindicación no convence a la policía nigeriana. «Cualquiera puede subir cualquier cosa a Internet», afirmó un representante de la policía del Estado de Jos, el comisario Abdulrahman Akano.
Tras el grupo parece esconderse la secta fundamentalista y anti occidental Boko Haram (el nombre significaría «la educación occidental es ilícita»), protagonista de una revuelta en julio de 2009, aplastada de forma sangrienta por las fuerzas del orden. Como explicó a Avvenire (29 de diciembre ) el periodista Camille Eid, los miembros de la secta, conocidos también como los «talibanes de Nigeria», piden la aplicación de la ley islámica o sharia en todo el país y son hostiles a la democracia y al sistema educativo laico. El pasado mes de febrero, otro grupo radical emergente, Al Qaeda en el Maghreb Islámico (AQMI), había ofrecido su ayuda a los fundamentalistas nigerianos para luchar contra «la hostilidad de la minoría de los cruzados».
IrakDespués de una Navidad relativamente tranquila, la furia anticristiana golpeó nuevamente a la martirizada minoría iraquí el 30 de diciembre. Según un responsable del Ministerio del Interior, la explosión de diez bombas colocadas en ante casas de cristianos ha provocado en la capital, Bagdad, al menos dos muertos y dieciséis heridos. «En total», declaró el 31 de diciembre a la agencia AFP, «catorce bombas habían sido colocadas cerca de casas de cristianos», diez de las cuales saltaron por los aires. «Las otras cuatro fueron halladas antes de que estallaran y las fuerzas de seguridad provocaron su explosión en seguridad», preciso esa misma fuente.
Las dos víctimas de la ráfaga de atentados, que no ha sido reivindicada pero que lleva la firma de una rama iraquí de la red terrorista de Al Qaeda, perdieron la vida en el bario de al-Ghadir, en el centro de la capital, a causa de la explosión de una bomba artesanal, a las ocho de la noche, hora local. Tras el sangriento asalto a la catedral sirocatólica de Bagdad, el 31 de octubre, que provocó más de 50 muertos, Al Qaeda había anunciado que todos los cristianos se han convertido en objetivos legítimos.
«Atacar a los cristianos se ha convertido en un fenómeno normal en Irak. Somos un objetivo fácil», declaraba el 31 de diciembre a la agencia Asianews el arzobispo caldeo de Kirkuk, monseñor Louis Sako. «Aquí, en Irak, se comprende que la fe no es una cuestión ideológica, o una especulación teológica, sino una realidad mística, añadía el prelado, quien ha revelado que está teniendo un éxodo de cristianos a Kurdistán.
«Cada día llegan nuevas familias», informa monseñor Sako, que ha invitado a los cristianos de todo el mundo a «renovar su fe y su compromiso manteniendo el contacto con los cristianos perseguidos de Irak».
Egipto
La última locura anticristiana tuvo lugar poco después de la Nochevieja y golpeó a la comunidad copta de Alejandría de Egipto. Según las últimas informaciones, la explosión de una bomba ante la Iglesia de los Santos (Al-Qiddissine), situada en el barrio de Sidi Bishr, provocó 30 minutos después de la medianoche al menos 21 muertos y 79 heridos entre los fieles, al salir de la función religiosa con motivo del año nuevo. Si bien algunos algunos testigos hablan del estallido de un coche-bomba, el Ministerio del Interior egipcio considera que se ha tratado más bien de un atentado suicida. «Es probable que la bomba haya sido detonada por un kamikaze, que ha muerto junto a los demás», afirma un comunicado del Ministerio enviado a la agencia AFP.
En un discurso transmitido por la televisión egipcia, el presidente Hosni Mubarak ha condenado el atentado y el «terrorismo ciego», que «no distingue entre un copto y un musulmán». Según el jefe de Estado, se trata de un «acto criminal odioso» de origen extranjero que ha tomado como objetivo «a todo Egipto». El atentado ha tenido lugar después de las recientes amenazas por parte de militantes de Al Quaeda en Irak contra los cristianos egipcios. Según Associated Press, su participación directa sería un duro golpe para el gobierno de Mubarak, que siempre había negado una presencia significativa de Al Qaeda en Egipto.
También el patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, ha afirmado que «esta nueva masacre debería hacer reflexionar sobre nuestra vocación de cristianos en esta región, que no puede dispensarse de abrazar la cruz. El discípulo no es más que su maestro».
Durante la homilía de la misa celebrada en la sede del patriarcado, concluyó dirigiéndose a Jesús: «Si nos mandas algo de cruz, danos la valentía para seguirte».
Por Paul De Maeyer