Tres puntos de vista sobre Fray Bernardino de Sahagún

BERNARDINO DE SAHAGÚN

José Tudela

 

Fray Bernardino nació en Sahagún (León) el año 1499 ó 1500, y murió en Méjico el año 1590. Se llamó en el siglo Francisco Rivera, que cambió por el de su pueblo natal al profesar en el convento de franciscanos de Salamanca, en cuya Universidad había estudiado antes de hacerse fraile y en cuyo convento fue luego profesor.

 

Marchó a Nueva España en 1529, con otros diecinueve frailes, con la expedición de fray Antonio Rodrigo. Se dedicó al estudio de la lengua mejicana, en cuyo conocimiento sólo pudo comparársele el padre Molina. Residió en los conventos de Tlalmalalco, Tlatelolco, Méjico y Xochimilco. Fue visitador de la Custodia de Michoacán.

 

Dedicó casi toda su larga vida al estudio de la lengua, la historia y las costumbres del pueblo nahua; por eso se le considera el fundador de los estudios de literatura nahua y hasta de la moderna Etnología; pues su técnica de investigación etnológica es la que han empleado después los más modernos etnólogos.

 

Escribió y publicó numerosas obras de carácter catequístico, pues los misioneros aprendían las lenguas indígenas no sólo para entenderse con los indios y poderlos catequizar mejor, sino para escribir en ellas confesonarios, sermonarios, catecismos… para los indígenas a los que enseñaban a leer y escribir y para los jóvenes misioneros a quienes, a su vez, les enseñaban las lenguas americanas.

 

El padre Sahagún escribió y publicó en la primera imprenta de Méjico y en las de España muchas de estas publicaciones catequísticas y, además, vocabulario y gramática del nahua, una Vida de San Bernardino, en mejicano, Evangelios y Epístolas, Sermones, Coloquios y doctrina cristiana. Pralmadia, Exercicios Quotidianos, Manual del Christiano (o vida de casados), Vocabulario trilingüe, en castellano, latín y mejicano…, pero su obra fundamental fue su Historia de las cosas de Nueva España, verdadera enciclopedia, que se ha publicado parcialmente en cinco tomos (ed. P. Robredo en Méjico, en 1938), quedando aún por traducir íntegramente los tres códices, en doble folio, que existen en Madrid, en la Biblioteca de la Academia de la Historia y en la de palacio, de los que sólo se han publicado trozos, aunque se hizo una edición facsimilar por el señor Paso y Troncoso.

 

La traducción del nahua de este manuscrito y su edición crítica es uno de los deberes más apremiantes que en el orden cultural tienen tanto España como Méjico.

 

En la edición citada Historia de las cosas de Nueva España, se publica la versión tomada de labios indígenas de la conquista de Méjico; versión interesantísima, pues narra esta gran gesta desde el lado mejicano, y aunque está narrada por indios conversos, se acusa su especial punto de vista y está ilustrada además con multitud de dibujos, como todo el códice florentino, que se conserva en la Biblioteca Laurenciana de Florencia, que, en su mayor parte, está dedicado a la naturaleza mejicana y a las costumbres de los indios de Nueva España.

 

José Tudela, Fray Bernardino de Sahagún, en AA. VV., Diccionario de Historia de España. Madrid, Revista de Occidente, 1952, Tomo II, pp. 1091-1092.

 

 

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BERNARDINO DE SAHAGÚN

Leandro Tormo

 

Fray Bernardino nació en Sahagún (León) el año 1499, y murió en Méjico el 28 de octubre de 1590. Misionero, padre de la etnología americana. Es una de las más altas personalidades científicas y pastorales del siglo XVI indiano. De familia posiblemente noble procedente de Galicia, marchó a Salamanca y estudió Humanidades en su Universidad. Allí cambió su apellido Ribeira al entrar en religión. Pasó a Méjico en el delicado momento (1529) en que, bautizadas grandes masas indígenas, rebrotaron algunas de sus viejas idolatrías. Los indios habían aceptado el Evangelio como una liberación de sus dioses terroríficos, pero al mismo tiempo habían fundido verdades cristianas con credos paganos. La tarea de Sahagún fue separar el grano de la paja para evitar que la adaptación misionera verificada con naturalidad por los primeros apóstoles de la Nueva España se convirtiese en un sincretismo aberrante. Para ello se propuso conocer a fondo el mundo indígena. Lo consiguió dominando la lengua nahuatl y derrochando cariño entre los antiguos jerarcas de los lugares donde administró los sacramentos, principalmente Tepepulco (hoy Ciudad Sahagún), Tlaltelolco y Méjico, cotejando las versiones que le dieron en cada uno de ellos. En la tamización de las noticias obtenidas le ayudaron eficazmente sus alumnos del célebre colegio de Santa Cruz, del que fue uno de sus fundadores. Hombre de singular inteligencia y preparación, desempeñó cargos importantes en su Orden siendo superior de los conventos de Tlalmanalco (1530), donde fue testigo del éxtasis de Fray Martín de Valencia, y Xochimildo (1534), cuyo edificio conventual construyó; misionero en las regiones de Puebla, Tula y Tepepulco (1539-1558); definidor provincial y visitador de la Custodia de Michoacán (1558).

 

Obras: Psalmodia cristiana y Sermonario de los Santos del año, en lengua mexicana, ordenado en cantares o psalmos para que canten los indios en los areytos que hacen en las Iglesias, Méjico 1583, redactado en Tepepulco para sustituir los cánticos que utilizaban los indios en sus fiestas durante el paganismo; Historia General de las Cosas de la Nueva España, Méjico 1830, obra monumental en doce libros en que se abarcan todos los informes referentes a las ideas, costumbres, instituciones, religión e historia de los antiguos mejicanos y que según Garibay hoy la podríamos llamar más bien «Enciclopedia de la cultura de los mahuas de Tenochtitlan». Escribió además: Incipiunt Epistola et Evangelia; Evangelario en lengua Mexicana; Evangeliarium, Epistolarium et Lectionarium Aztecum sive Mexicanum, Milán 1858; Sermonario de dominicas y de santos en lengua mexicana; Postillas sobre las Epístolas y Evangelios de los Domingos de todo el año, con la colaboración de los colegiales de Tlaltelolco; Tratado de la Retórica y Teología de la gente mexicana, también en lengua nahuatl; Historia de la conquista de México, Méjico 1823, redactada a base de la «versión de los vencidos»; Coloquios y Doctrina Cristiana con que los doce frailes de San Francisco enviados por el papa Adriano VI y por el emperador Carlos V convirtieron a los indios de la Nueva España; Arte de la lengua mexicana, con su vocabulario apéndiz; Vida de San Bernardino de Siena, en lengua mejicana; Manual del Cristiano; Calendario; Arte adivinatoria y Vocabulario trilingüe. Por la amplitud de su obra y el rigor científico de la misma el Consejo Superior de Investigaciones dio su nombre al Instituto de Antropología y Etnología.

 

Leandro Tormo, Bernardino de Sahagún, en Diccionario de Historia Eclesiástica de España. Madrid 1975, vol. IV, pág. 2135.

 

 

 

 

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BERNARDINO DE SAHAGÚN

Carlos Rodríguez Eguía

 

Misionero franciscano en México. Se le considera creador de la Etnología americana y precursor de la Etnología cultural moderna. Nació en 1499 ó 1500 en Sahagún de Campos, villa de la provincia de León que fue centro de la reforma cluniacense en España. Estudió en la Universidad de Salamanca, y hasta ingresar en el convento de los franciscanos en esta ciudad se llamó Francisco Rivera. En 1529 se trasladó a México, en la expedición de los franciscanos encabezada por Antonio Rodrigo. Residió en los conventos de Tlalmanalco (1533-36); Tlaltelolco (1536), donde ocupó la cátedra de Latín en el Colegio de la Santa Cruz (hasta 1540); Xochimilco, Huejotzingo y Cholula (1540-45), volviendo nuevamente al de Tlaltelolco. Ejerció los cargos de guardián, definidor y visitador de los principales conventos de la Orden franciscana en México. Durante este tiempo alternó su ministerio sacerdotal y sus ocupaciones de misionero y profesor con el aprendizaje de la lengua nahuatl, que llegó a dominar totalmente. Desde 1547 se dedicó casi exclusivamente a sus trabajos históricos, lingüísticos y etnográfícos. Murió en el convento de San Francisco, en México, el 23 de octubre de 1590.

 

Su única obra publicada mientras vivió fue Psalmodia christiana y sermonario de los sanctos del año en lengua mexicana, México 1583. En 1578 fueron confiscados sus escritos, por orden real, pues se temía que el valor concedido por Bernardino de Sahagún a la cultura indígena y sus métodos misionales de conservación de las costumbres de los indios, siempre que no se opusieran a la fe y a la doctrina cristianas, pudieran ser un obstáculo a la evangelización de México. En realidad, la campaña levantada contra fray Bernardino que culminó en la confiscación de sus escritos, procedía de sectores religiosos poco conformes con sus métodos misionales y es posible que fueran también celosos de los éxitos conseguidos por aquél. Su sistema de trabajo y de enseñanza no dificultaba la cristianización de los naturales, pero tampoco favorecía su hispanización. Y esto era lo que el elemento civil de la población quería evitar, confundiendo hispanización con cristianización. Por esta razón, el conjunto de su obra no se ha conocido hasta el s. XIX.

 

Su obra principal, Historia general de las cosas de la Nueva España, escrita en castellano y en nahuatl, que en 1780 había dado a conocer Juan Bautista Muñoz, se editó por primera vez, en castellano, en 1829-30 (ed. C. M. de Bustamante), en México. Lord Kingsborough la incluyó en la col. Antiquities of Mexico (1830-48). P. Robredo la editó en México (1938). La mejor edición crítica es de M. Acosta (México 1946), con abundante bibliografía. Se han reproducido en facsímil algunos códices del texto nahuatl. El texto español se ha traducido al francés; parte del nahuatl, al alemán. En 1969 seguían inéditos tres códices que se conservan en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia y en la de Palacio, en Madrid. La obra se compone de 12 libros y es fundamental para el conocimiento de la cultura mexicana. Trata de costumbres, dioses, mitos, creencias, virtudes y vicios de los indígenas; de las plantas, animales y minerales de México; de retórica, astrología y filosofía moral; etc. Para escribir esta obra se informó directamente de los indígenas más ancianos y prudentes. Su método, de gran vigor científico, ha influido en los modernos investigadores.

 

Otras obras: en nahuatl, Epístolas y Evangelios, Sermones mexicanos, Catecismo de la doctrina cristiana, Libro de las Postillas, Exercicios quotidianos; en castellano, latín y nahuatl, Vocabulario trilingüe; en castellano, Manual del cristiano, Calendario mexicano, Arte adivinatorio, Arte de la lengua mexicana, Vida de San Bernardino, etc.

 

Carlos Rodríguez Eguía, Bernardino de Sahagún, en Gran Enciclopedia Rialp. Madrid 1971, Tomo IV, págs. 97-98.

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