Se abre a visitantes La Zona Arqueológica «La Cañada de La Virgen» de origen Otomí en las cercanías de San Miguel Allende, después de diez años de intensos trabajos

Desde el martes 15 se abrirá al público el sitio cercano a San Miguel de Allende

Inauguran Cañada de la Virgen, zona arqueológica en Guanajuato

Después de 10 años de trabajos, se espera recibir 31 mil visitantes al año, informa la responsable del proyecto

Es la quinta área prehispánica habilitada en el sexenio y la tercera en esa entidad

Foto
Vista aérea del sitio prehispánico localizado cerca de San Miguel de Allende
Foto Carlos García
Ana Mónica Rodríguez y Carlos García
La Jornada

 

La zona arqueológica de Cañada de la Virgen, fundada en 540 dC, en la cima de un cerro cerca de San Miguel de Allende, Guanajuato, fue inaugurada este viernes.

 

Se erigió como sitio de medición calendárica y de sacralización del poder de la civilización otomí (ñañú).

El sitio, enclavado a 2 mil 10 metros sobre el nivel del mar, rodeado de cerros y en un clima semidesértico, es un lugar prácticamente inaccesible al que los visitantes podrán ingresar a partir del 15 de febrero.

Para acceder al sitio, hay que trasladarse desde la taquilla en un vehículo y después caminar por una larga vereda hasta llegar al lugar donde se observan los cinco complejos arquitectónicos.

Hace 10 años comenzaron las investigaciones arqueológicas en este lugar, el cual fue ayer inaugurado formalmente por autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del gobierno del estado de Guanajuato, tras un largo proceso de negociación con los propietarios de tierras aledañas, de la construcción de un camino empedrado para acceder al inhóspito lugar y del museo de sitio que está en la segunda etapa.

Hallazgos de entierros

La arqueóloga Gabriela Zepeda García-Moreno, coordinadora del proyecto, explicó que durante las excavaciones se descubrieron entierros, como el del Patriarca y el de La niña guerrero, los cuales corroboran la importancia ceremonial de Cañada de la Virgen, que sucumbió hacia el 1050 dC.

 

“El Templo Rojo fue arrasado en la época de la Nueva España y es el primero en este punto septentrional en el que ha sido descubierto un gran salón con un aposento con pintura mural, en el cual se encontró el enterramiento del jerarca.” Este personaje, abundó la experta, vivió 52 años; medía 1.73 metros de altura y su datación se remonta al 700 aC.

“Tenía fracturas en los huesos, lo cual indica que era un guerrero; pero es el primero bulto funerario, porque indica que fue trasladado a este lugar 10 generaciones (o mil años antes) antes de la fundación de este lugar.”

El recorrido comienza sobre una calzada prehispánica que en la antigüedad fue un lugar de peregrinación y entrada a La Casa de los Trece Cielos, el principal conjunto arquitectónico del sitio, cuyo diseño está asociado a la trayectoria del sol, de tal forma que de los días 4 de marzo y cada veintena hay un ceremonial en torno al ciclo agrario.

A diferencia de otras culturas, en este lugar del Bajío, según analizan los especialistas del INAH, la luna era un referente sustancial para los sacerdotes y jerarcas que miraban desde las alturas hacia la bóveda celeste.

“Era un lugar en que la jerarquización era un aspecto clave, porque allí convergían sacerdotes, matemáticos y científicos, mientras los demás desde abajo se dedicaban a la agricultura y la recolección”, explicó Zepeda.

Esto significa, subrayó, que a diferencia de otras ciudades prehispánicas como Teotihuacán, Palenque o Xochicalco, donde el sol sale por la parte trasera de la pirámide, en Cañada de la Virgen resurge por el frente”.

Por tal razón, la luna, los astros y los movimientos celestes determinaron la simetría del lugar y de los ciclos de agricultura de esta civilización.

La Casa de los Trece Cielos consta de una pirámide de 16 metros de altura, en cuya cúspide está el Templo Rojo, que conserva restos de pintura mural con franjas horizontales en rojo, negro y ocre, que hacen único este lugar.

Otra de las construcciones es la Casa del Viento, cuya estructura circular de 22 metros de diámetro por 2.5 metros de altura, devela que fue un adoratorio dedicado a Ehécatl, dios del Viento.

“El abandono de este sitio ocurre en el 1050 dC , pero es un abandono generalizado en todo el Bajío, debido a la caída de Tula, el cambio ambiental y las presiones poblacionales del norte que propiciaron que los grupos agrícolas se retrajeran hacia Hidalgo, el estado y la cuenca de México que son más favorables para un complejo agrario”, dijo la especialista del INAH.

Cañada de la Virgen se ubica en la cuenca del río Laja, “lugar ro-deado de cerros que a su vez representaron ejes de planeación urbana en la edificación de importantes conjuntos ceremoniales”.

Desde tiempos pasados, explicó Zepeda, ha habido saqueos arqueológicos “hormiga”, pero un hecho más importante fue cuando se colocó dinamita en la pirámide principal.

“Eso aconteció debido a los rituales que se realizaban todavía en los 40 del siglo pasado. La hipótesis remite a que sacerdotes de San Miguel de Allende mandaron dinamitar el lugar, para combatir la hechicería.”

El asentamiento ocupa 16 hectáreas y ha sido relevado en 70 por ciento; además, es el quinto sitio que se abre al público en el presente sexenio y el tercero en la entidad.

En Cañada de la Virgen se espera recibir anualmente a 31 mil visitantes.

Por otra parte, el INAH informó que en la primera semana de marzo será abierta al público la zona arqueológica de Soledad de Maciel (en Ixtapa Zihuatanejo), posteriormente Tancama, en Querétaro.

Después de cinco años de pugnas entre autoridades municipales, estatales y federales con la alemana Regina Thomas von Bohlen, propietaria de 5 mil hectáreas de tierra aledañas a la zona arqueológica Cañada de la Virgen, el martes 15, el complejo prehispánico abrirá sus puertas a los visitantes.

Desde 2005 estaba lista para recibir visitantes, pero no podía abrirse al público porque Thomas impedía la servidumbre de paso argumentando que dañarían el entornó natural de su propiedad.