Misión de Nuestro Señor Santiago de Jalpan
Jalpan que quiere decir “Sobre la arena del cerro”
Un reloj ocupa actualmente el lugar de honor en la fachada, sustituye a la escultura del patrón, el Señor Santiago El Mayor, ya que el cacique Rafael Olvera en 1898 lo sustituyó por un reloj público.
Los Pames construyeron un templo que había de ser la sede principal de la nueva fe. El Convento, el templo con su fachada, la capilla del Santo Sepulcro, el bautisterio, los retablos, debían conservar viva la fe, defenderla, protegerla y robustecerla.
Su basamento tiene una águila hispano mexicana en ambos lados de la entrada, inmediatamente un friso con flores y guirnaldas, cuatro granadas en las bases de arranque de las columnas estípites, entre las que hay dos nichos, es el primer cuerpo, donde se admiran a Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís y a los lados de la magnífica concha que enmarca el portón de entrada se encuentran a los apóstoles Pedro y Pablo, pilares de la Iglesia y está rematada por el escudo franciscano.
Una cornisa divide el segundo cuerpo, donde en el centro la ventana que ilumina el coro en forma octagonal y una cortina descubierta da paso a ambos lados a cuatro columnas estípites y a dos nichos, donde están las imágenes tanto de la Virgen del Pilar como la Virgen de Guadalupe, al centro el nicho encortinado con el reloj en el medio y remata con dos águilas.
La torre es de dos cuerpos con arcos de medio punto con columnas salomónicas y almenas barrocas con un remate en forma de poliedro prismático. Se estima fue erigida en 1750, siendo la primera y la que le tocó a Fray Junípero Serra. Angeles, pámpanos, follajes y flores acompañan a esta fachada.
“…El mayor milagro que Dios hiciera durante la conquista fue que los pames amaran desde entonces a una religión que los bárbaros españoles les trajeron en la punta de la espada y la boca del cañón…”
Misión de Nuestra Señora de las Aguas de Landa
Landa quiere decir lugar cenegoso
El detalle arquitectónico más sugestivo de esta fachada, son los nichos en los estípites, que pertenecen a la última modalidad del barroco mexicano, donde abriga de manera simbólica a los cuatro santos franciscanos llamados columnas de la observancia.
Landa señala el final de la conquista de la Sierra Gorda. Representan a Cristo, La Virgen, Los arcángeles en San Miguel, los apóstoles en Pedro y Pablo, los mártires, los monjes y los escritores. Dejaron un testimonio imperecedero de la evangelización franciscana.
La fachada tiene tres cuerpos y un remate, en el basamento no hay ningún motivo ornamental. En el primer cuerpo la puerta de entrada tiene un arco de medio punto y en los lados cuatro columnas estípites barrocas y en las entrecalles dos nichos donde aparecen Santo Domingo y San Francisco, ambos con banderines y sus respectivos escudos de las órdenes por ellos fundadas.
En las cuatro columnas estípites se abren a la mitad para dar cabida a sendos nichos donde resaltan los santos franciscanos, llamados columnas de la observancia: Jacobo de la Marca, Bernardino de Siena, Juan Capistrano y Alberto de Sarzana.
Sobre la columna que enmarca la puerta de entrada y rematándola aparece una hermosa inmaculada concepción con florones en la parte inferior y en la superior cortinajes abiertos por dos ángeles y otros dos con turiferarios en forma de adoración.
En el segundo cuerpo separadas del primero por una cornisa aparecen cuatro columnas que en sus entrecalles dan paso a los nichos que guardan las esculturas de San Pedro y San Pablo, en el centro una ventana octagonal rica en simbolismos, donde en sobrerelieve y en forma sedente, frente a mesas con paño aparecen el teólogo Juan Duns Scoto y la vidente Sor María de Jesús de Agreda, también a ambos lados se ven los escudos de la orden y ángeles escuchando las voces del coro.
En el tercer cuerpo aparecen otras cuatro columnas que en el medio dan cabida a cuatro sirenas, en las entrecalles aparecen los nichos que guardan a San Esteban de Zaragoza y a San Vicente de Jerusalén, también encontraremos dos medallones de la vida de Jesús, uno con la entrada triunfal al Jerusalén y otro de la flagelación, en el centro el mártir San Lorenzo de Huesca.
Remata la fachada una escultura de San Miguel Arcángel, la torre es de dos cuerpos, con columnas estriadas y un remate cónico.
Misión del Señor San Miguel de Concá
Concá quiere decir lugar de ranas
La trinidad, tema principal de la fachada, tan fundamental en la teología católica, era uno de los dogmas más difíciles de exponer a los naturales, que confunden a la Trinidad con la divina providencia.
Aparece dentro de la fachada un conejo, símbolo inequívoco de la mitología prehispánica y que Jacques Soustille, nos dice que aparece en los códices como la alternancia de las estaciones y la vegetación.
Concá es el más pequeño de los cinco templos, el más macizo y el menos espiritualizado y el menos lírico, en su fachada. La originalidad de Concá es saber sabido subordinar el patrón de la iglesia, San Miguel y una noción teológica fundamental, materia del credo católico: La Trinidad.
Tiene un marco de entrada elíptico rebajado y compuesto, a su lado cuatro columnas dóricas mixturadas y en sus entrecalles a San Francisco y a otro santo, por su mutilación no identificado.
En el segundo cuerpo aparecen cuatro columnas salomónicas adornadas con racimos de uvas en sus entrecalles dos nichos uno para el rey San Fernando y otro para San Roque, ambos de la orden tercera de San Francisco.
Sobre la puerta se ve una cornisa mixtilínea que remata en el centro con armoniosos róleos, que dan nacimiento a una ménsula decorada con hojas de acanto que sostienen el escudo franciscano en el que parece se clavan un cetro y una espada, enmarcado todo con el cordón franciscano aunado rematan dos ángeles sosteniendo una corona, apareciendo la ventana del coro donde dos ángeles descorren una cortina.
Remata esta portada una trinidad “herética”, donde las tres divinas personas en edad joven, están en actitud de diálogo, sentadas sobre el mundo.
En los márgenes de la portada hay dos contrafuertes que coronados por columnas, donde aparecen dos changos de origen mitológico prehispánico.
La torre es de un solo cuerpo con columnas pareadas, con arcos de medio punto y almena en la parte superior, rematando con un cupulín
Misión de Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol
Tancoyol quiere decir lugar de coyoles.
El nicho que ocupa el sitio de honor en la fachada de Tancoyol, esta vacío y descabezadas las imágenes de San Pedro y San Pablo, se trata indudablemente de un acto premeditado, de cuyo dato no tengo referencia probada.
Una hermosa cruz debió de existir en el remate de la fachada en donde dos ángeles la inciensan, por ahora existe una de madera, es posible que se trate de la exaltación de la Santa Cruz, cuya liturgia es el 14 de septiembre.
Vamos a encontrar una capilla abierta, y cruces como, la Cruz de Calatrava, emblema dominico y la Cruz de Jerusalén, emblema franciscano y otra de madera que sustituye a la que estaba en el nicho principal. Esta fachada deja en claro que para el catolicismo la cruz es señal de la redención del género humano.
La fachada de Tancoyol ya no pugna por nada, se desentiende de esta vida y se plantea el problema angustioso de la salvación. Se accede al templo por una escalinata de cinco peldaños, en el basamento y como decoración en relieve dos floreros entre las bases de las columnas y en la entre calle hay dos nichos de arcos conopiales adornados por el cordón franciscano, sin nudos, columnas dóricas estilizadas y preciosas repisas, donde están colocados Pedro y Pablo.
La entrada tiene un arco de medio punto y a los lados los escudos franciscanos. Entre el primer y segundo cuerpo hay dos cornisas que limitan un hermoso friso decorado con flores que se interrumpe en el centro para dejar espacio al nicho que una vez albergara a la Virgen de La Luz En el segundo cuerpo en las entrecalles que dejan las columnas, existen dos nichos de arcos lobulados, con conchas, columnas salomónicas y repisones decorados uno para San Joaquín y otro para la señora Santa Ana, en el nicho vacío dos ángeles recorren una hermosa cortina.
Entre el segundo y tercer cuerpo hay cornisa y friso, lo mismo que cuatro columnas, dos nichos con arcos de medio punto, repisas que sostienen a San Antonio de Padua y a San Roque.
En el arco que limita la ventana del coro se encuentra un relieve, que recuerda el momento en que San Francisco sufrió la estigmatización de las llagas de Jesús aparece Fray León, testigo del suceso, del lado izquierdo y del derecho se encuentra un árbol.
En el remate un nicho en forma de cruz y de cada lado la Cruz de Calatrava y la Cruz de Jerusalén, la torre tiene dos cuerpos y un remate. En los márgenes de cada lado de la fachada aparecen follajes, ángeles y símbolos de la pasión.
Misión de Nuestro Padre San francisco de Tilaco
Tilaco quiere decir “en el agua negra”.
Es la única que conserva su atrio de tres entradas, cruz atrial, capillas pozas, capilla abierta.
El barroco de Tilaco es toda vitalidad, su fachada es pequeña y más de alguno la ha llamado risueña y encantadora.
En su fachada en la medida en que uno asciende la vista, se multiplican los ángeles, las flores, el follaje, los pámpanos, el decorado hasta volverse un jardín. Del escudo franciscano formado por la mano llagada de Cristo y la de San Francisco desciende el Espíritu Santo en forma de paloma.
Consta la fachada de tres cuerpos, del basamento sobresalen los pedestales que soportan las cuatro columnas salomónicas con remates corintios, con bellas hornacinas y arcos lobulados y ménsulas alargadas donde descansan San Pedro y San Pablo.
La puerta de acceso tiene un arco de medio punto formado por una concha delicada, los ángeles limitan el encuadramiento de esta entrada y aparecen dos querubines.
Del primero al segundo cuerpo hay un friso y cuatro sirenas con oficio de cariátides, sostienen las columnas estípites del segundo cuerpo, que enmarcan otros dos nichos con arcos de medio punto decorados con conchas, columnas dóricas y repisas, uno para la Inmaculada Concepción y otro para San José con el Niño.
Al centro del segundo cuerpo aparece la ventana del coro en forma de concha y con una hermosísima cortina que la abren dos robustos ángeles y dos ángeles ofrecen racimos de pámpanos.
En el tercer cuerpo hay dos plintos en los extremos con águilas que sirven de zócalo a los ángeles y al centro surgen dos columnas estípites formando el balcón donde aparece San Francisco contemplando el hermoso Valle de Tilaco, donde cuatro ángeles musicantes completan el ambiente. Remata un jarrón.
Tiene una torre de tres cuerpos y remate.