¡Nadal! ¡Nadal! ¡Nadal!
Un día histórico. Por donde se lo mire. El suizo Roger Federer le ganó al serbio Novak Djokovic y le cortó el invicto anual de 41 partidos y el total de 43 que acumulaba. Así, privó a su rival, al menos por hoy, de convertirse en el nuevo N° 1 del ránking de la ATP, lo que conseguirá el serbio si es que el suizo derrota el domingo al español Rafael Nadal, actual rey, en la final de Roland Garros.
Por eso, pasaron muchas cosas en un partido, en la segunda semifinal del Grand Slam de París. Federer, N° 3 del mundo, venció a Djokovic (2°) por 7-6 (7-5), 6-3, 3-6 y 7-6 (7-5) en tres horas y 39 minutos, definido ya en la noche de la capital gala.
Ahora Djokovic debe esperar para desplazar a Nadal de la cima del ránking, tras 98 semanas. El suizo, dueño del torneo de París en 2009, fue el hombre que le cortó al serbio la extraordinaria racha de 43 victorias seguidas. Precisamente, el jugador de Belgrado había perdido por última vez, en noviembre de 2010, en dos sets, ante Federer, en una semifinal de la Copa Masters de Londres, que se adjudicó el helvético (allí venció al español en la final).
Federer superó a Djokovic y le cortó su invicto de 43 partidosIgualmente, Djokovic, ya sin jugar, puede lograr ser el nuevo líder de la ATP. Para eso, para superar el lunes próximo a Nadal en el ránking, necesitará ahora sí una ayuda de Federer, ya que lo conseguirá sólo si el suizo le gana al español en la definición.
Djokovic sabía que, para ser N° 1 y no depender de cómo le fuera a Nadal, el serbio tenía que acceder a la final, más allá de que luego perdiera la definición con el español. Por eso, ahora debe rogar por un triunfo de Federer, su verdugo.
Arribaron a París con una exigua ventaja de Nadal sobre Djokovic, de 405 puntos. Como Nadal ganó el Abierto de Francia en 2010, defiende 2.000 unidades y no puede sumar más puntos aun siendo el campeón. Con su pasaporte a la final, ya acumula 1.200, por lo que dejará 800 en el camino si cae ante Federer. El serbio hizo cuartos de final el año pasado y, con este arribo a semi, apenas logró 360 unidades más. Por eso, ahora ya no depende de sí mismo y sí del suizo.
Como se ve, Federer, que ahora le tendió una mano, sin querer, a Nadal, justo en el día del cumpleaños del español, volverá a ser juez en la contienda por el N° 1 del ránking si el domingo supera justo a su archirrival en la finalísima.
Igualmente, si Nadal triunfa otra vez en Roland Garros, quedará con apenas 45 puntos más que Djokovic. Así las cosas, el serbio podrá superarlo en los próximos torneos. Sin ir más lejos, en Wimbledon, el español intentará defender la corona obtenida en 2010, mientras que el serbio llegó a semis el año último. Allí cayó ante el checo Tomas Berdych, luego víctima de Nadal en la definición.
‘Nole’, con 41 triunfos este año en el circuito ATP, quedó entonces a uno de igualar el mejor comienzo de una temporada en el profesionalismo masculino, que estableció el estadounidense John McEnroe en 1984, con 42 éxitos. Aquella vez, el talentoso zurdo recién perdió en la final del Abierto de Francia contra el checo Ivan Lendl, tras ir 2-0 en sets y caer en el quinto parcial.
En cuanto a lo que pasó en la segunda semifinal, el estadio principal rugió continuamente, con gritos de ánimo, «¡Federer, Federer, Federer!». El suizo realizó un partido fantástico, algo que no quisieron perderse leyendas del tenis, como el brasileño Gustavo Kuerten, los estadounidenses Jim Courier y Martina Navratilova y el croata Goran Ivanisevic, más la actriz Salma Hayek, y el ex primer ministro francés Lionel Jospin.
Federer, corriendo como nunca, motivado especialmente para este duelo, después de perder tres veces este año con Djokovic, salvó dos puntos de set en el primer parcial (4-5) para forzar el desempate y ganar ahí con lo justo.
Con el público jadeando sus golpes, y ante un cierto desconcierto de Djokovic, el suizo se hizo con el segundo parcial, después de que el serbio levantase cinco puntos de set con su servicio (5-2), pero Federer confirmó luego con el suyo. Fue un encuentro fenomenal, con el helvético arriesgando, parándose lo más adelantado posible y sorprendiendo en los intercambios al serbio.
Con ventaja de dos sets a cero, Federer parecía lanzado, pero fue entonces cuando apareció la figura de Djokovic para colocarse 3-0 y apuntarse luego el parcial, dándole más emoción al duelo. Allí repuntó el serbio, se plantó mejor, más decidido, frenando de cierta manera las embestidas del suizo hasta ese momento.
El serbio rompió el servicio de Federer en el noveno juego del cuarto parcial y se adelantó 5-4, tras una doble falta y un golpe con el marco de la raqueta del suizo. Y Djokovic se dispuso a servir para nivelar el cruce y extenderlo al quinto capítulo, ya para el sábado, porque habían pasado las 21 horas en Francia y había escasa luz natural.
Pero otra vez Federer, como un grande en serio, sacó a relucir su determinación y mentalidad ganadora en ese instante crucial, quebrándole el saque a Djokovic. Conectó un revés paralelo impecable, le rompió el servicio e igualó 5-5.
Mantuvieron ambos y fueron directoa otro desempate, que decidió el encuentro. Allí el servicio de Federer fue una pieza clave, letal. Logró dos directos, uno de ellos para cerrar el encuentro, el 18° del partido, y después levantó el dedo índice, en señal de victoria, una gran victoria.
Así, Federer ratificó su racha ganadora en los Grand Slam cuando arranca muy bien, ya que cada vez que consiguió una ventaja de 2-0 en sets siempre ganó. Eso le ocurrió en un total de 175 veces en toda su carrera profesional.
Para Djokovic, Roland Garros sigue siendo una materia pendiente, al punto de que había alcanzado dos veces las semifinales (2007 y 2008) y en ambas cayó ante Nadal, el posterior campeón, en tres parciales. Esta vez, Federer, como el tercero en discordia, había arribado a Francia en silencio y terminó dando el gran golpe, para sorpresa de muchos.
Así, el serbio no pudo convertirse en el primer hombre, desde el estadounidense Jim Courier en 1992, que gana el Abierto de Australia y Roland Garros el mismo año. En 2011, Djokovic había logrado la corona en los siete certámenes jugados, incluyendo el Abierto de Australia, más cuatro Masters 1000 (allí venció a Nadal en las cuatro definiciones, en Indian Wells, Roma, Madrid y Roma).
Federer, dueño del récord histórico de 16 títulos de Grand Slam, venía de perder los tres duelos más recientes contra Djokovic. Pero era él quien había superado por última vez al serbio, en el Masters final del año pasado. Después de aquella caída, ‘Nole’ se impuso en sus dos singles de la final de la Copa Davis, contra Francia, siendo muy valioso su aporte para la primera conquista de Serbia de la ensaladera de plata.
Al volver a la actividad, esta temporada, Djokovic venía siendo imbatible, hasta que otra vez fue Federer su ‘bestia negra’. Y para colmo el suizo volverá a medirse en una gran final de un Grand Slam contra el zurdo de Manacor.
En primer turno, Nadal venció al escocés Andy Murray (4°) por 6-4, 7-5 y 6-4 en tres horas y 17 minutos y se convirtió por sexta ocasión en finalista de Roland Garros, el segundo Grand Slam del año.
En una jornada memorable, ya que es la ocasión N° 12 en la historia que los cuatro mejores del mundo disputaron las semifinales en un Grand Slam y la primera vez en cinco años, Nadal cumplió con su parte al imponerse a Murray en el primer duelo.
En el día de su 25° cumpleaños, Nadal, que busca la sexta coronación en Roland Garros, consiguió un triunfo muy valioso sobre Murray, quien no pudo frenar la mayor solidez del español, jugando el británico su primera semi en París.
Así, Nadal se adelantó 11-4 en sus enfrentamientos contra Murray y venía de superarlo en Monte-Carlo este año, también en semifinales. Ese duelo se resolvió en tres parciales, con la diferencia de que el escocés obtuvo uno.
Murray arrastraba una lesión en el tobillo izquierdo de la que se fue recuperando y llevaba sobre sus espaldas la responsabilidad de convertirse en el primer británico en ganar el título en París desde que lo consiguió, hace 76 años, el legendario inglés Fred Perry.
Con este triunfo, Nadal pretenderá el domingo igualar el récord absoluto de títulos en Roland Garros, que está en poder del sueco Björn Borg, con seis coronas.
Nadal derrotó a Murray y llegó a su 6ª final en ParísNadal se impuso en un día con mucho viento en el estadio Philippe Chatrier. Y, ni bien triunfó, recibió como regalo de cumpleaños de parte de la televisión francesa un CD con las cinco finales de sus Roland Garros ganados.
El primer punto del partido que Murray planteó fue un drop. Quedaba claro desde el principio cuál sería su estrategia. Sacar de la línea de fondo al español y evitar los largos intercambios, donde Nadal es el rey.
Murray practicó esa alternativa durante todo el partido. Casi siempre en el lado izquierdo del juez de silla, donde el viento le llegaba de frente, frenando su impulso y adormeciendo mucho más la bola. Le salió casi siempre bien, pero el escocés debía, además, aumentar la solidez de su juego si quería sacar de su sitio al zurdo español, y quebrarle más veces, y ahí se encontró con una auténtica roca porque Nadal acabó salvando 15 oportunidades sobre 18.
«Golpea de revés, golpea tu p… revés», se le escuchó a Murray desesperado para añadir después «¿por qué te da miedo golpear de derecha?». La desesperación del británico, su frustración, era evidente, la sentía su banco, donde el venezolano Daniel Vallverdú, amigo y consejero de Andy, pagaba las consecuencias del enfado de Murray.
El primer set se resolvió en 62 minutos, después de que Nadal se adelantase 5-1, y después de que estuviera a dos puntos de ganarlo (5-3, 15-30), en un parcial en el que el británico ganó las cinco dejadas que intentó, pero Rafa fue más resolutivo y confirmó a la tercera oportunidad.
El segundo set fue más extraño, con cinco roturas en total. Murray apenas expresó dolor, a pesar del esguince en el tobillo derecho que sufrió en la tercera ronda, y llegó a situarse con ventaja de 5-4, pero Nadal ganó los cinco juegos siguientes, con una gran solvencia para sentenciar el parcial y dominar el tercero por 2-0.
Pese a todo, el británico llegó a inquietar con 4-3 y tuvo tres oportunidades para romper el servicio del español, pero Nadal estuvo inabordable en ese sentido, y en ese juego realizó un drop magistral para hundir al británico y ganarle de nuevo otros tres juegos seguidos para liquidar la batalla.
Ahora, con 43 victorias en su torneo talismán, Nadal está fresco para la final y listo para lograr su 10° torneo de Grand Slam, en este caso otra vez contra Federer, al que ya venció en la definiciones parisinas de 2006, 2007 y 2008.
También será la octava final de un Grand Slam entre los dos mejores tenistas de la última década y, para muchos, quizás los dos mejores de la historia. En definiciones de ‘Majors’, Nadal supera a Federer por 5-2. Y no definen uno de los cuatro máximos campeonatos entre sí desde que ganó el español en el Abierto de Australia de 2009, en cinco sets.
Nadal se impone 16-8 en los enfrentamientos personales con Federer, con el plus de que está 12-6 en finales, también duplicando en cantidad de victorias al suizo. En tanto, el español cuenta con una diferencia mayor en los partidos en polvo de ladrillo: domina 11-2. Por eso, el 25° cruce promete muchísima emoción, una vez más, entre ambos monstruos.
«Quizás fue un buen regalo de cumpleaños haberle ganado a Novak, porque Rafa perdió sus cuatro últimos partidos contra él», comentó Federer. «Voy a jugar contra Nadal, mi gran rival, en otra final de Grand Slam. Vivimos para estos momentos», agregó el suizo.
«Me entrené toda la vida para este tipo de partidos. Novak tenía una presión enorme y jugó muy bien», explicó el helvético, papá de mellizas, quien cumplirá 30 años dentro de dos meses.
Sin dudas, Nadal dejó en claro que ya superó los problemas de la primera rueda, contra el estadounidense John Isner, único partido que este año se le fue a cinco sets, y en toda su carrera en el Abierto de Francia. Los demás, todos los logró en tres sets, a lo campeón.
«Es un sueño estar de vuelta en la final», afirmó Nadal. Y se hizo un lugar para elogiar a su adversario de turno: «Andy es un jugador fantástico y merece ganar un Grand Slam».