Obispos mexicanos en malas compañías
“No hagas cosas buenas que parezcan malas”.
Recuerdo a la perfección esa frase que, a manera de consejo, un querido amigo me dijo en mis primeras épocas universitarias.
Comentario utilísimo no sólo para los cristianos de a pie, sino también para los pastores de la Iglesia católica que en México han desatado un escándalo por su cercanía a figuras poco recomendables, las llamadas “malas compañías”.
Apenas hace unos días el ejército mexicano detuvo en Tijuana (frontera con Estados Unidos) a Jorge Hank Rhon, excéntrico millonario y político de muy mala fama. En su casa se encontraron 88 armas de fuego, varias de ellas de alto poder y de uso exclusivo de las fuerzas de seguridad.
Este personaje es conocido, sobre todo, por su padre: “el profesor” Carlos Hank González. Una especie de monje gris del sindicato magisterial mexicano a quien se le atribuye la cínica frase: “estar fuera del presupuesto es estar en el error”. Bajo esa premisa amasó una módica fortuna.
Por eso la detención de Hank Rhon no sorprendió, su reputación lo precedía. Empero, hay que decirlo, aún en México está vigente la presunción de no culpabilidad hasta que se demuestre lo contrario. De la inocencia de este cristiano parecen estar convencidos varios obispos del país quienes no tardaron demasiado en salir públicamente a expresar su solidaridad y su amistad con quien ahora es un huésped distinguido de la cárcel del Hongo, en Tecate.
Como resulta que los millones de Hank no son suficientes para defenderlo en la justicia, bien pensó el pastor de la diócesis de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías, en publicar un desplegado en la prensa local (con fecha del 10 de junio) para expresar su fraternidad “en esta tribulación por la que está pasando”.
“Quiero, a través de la presente, manifestarle mi aprecio y amistad, una amistad que hemos compartido en las alegrías y que seguiremos compartiendo también en las pruebas dolorosas. Hoy más que nunca le pido a Dios para que los ilumine y pueda usted seguir adelante en sus sueños y proyectos”, escribió Guerrero.
“Como obispo creo en la justicia y en quien ejerce la autoridad en nuestro estado de Baja California, confío en ellos y sé que serán capaces de discernir e interpretar los acontecimientos que se han suscitado. Pido a Dios por ellos para que se dejen iluminar y conducir con apego a la ley y buen juicio como siempre lo han esforzado por hacerlo”, agregó.
Guerrero no fue el único. A muchos prelados parece no importar que Hank Rhon sea dueño del mayor emporio de apuestas en México o que en sus fiestas ponga a pelear a caballos con tigres. Cositas de nada dirían por ahí. En su calidad de feligrés necesita ser defendido ¡faltaba más! Así lo hizo el arzobispo de Tijuana, Rafael Romo Muñoz.
La relación entre el empresario y el pastor tijuanense viene de lejos. Romo fue uno de los tres obispos que presidieron la boda de una de sus hijas, Mara Hank, en diciembre de 2006. Los otros fueron Onésimo Cepeda, de la diócesis de Ecatepec y Abelardo Alcántara, auxiliar de la Ciudad de México. Como el millonario está acostumbrado a hacer las cosas por todo lo alto la ceremonia, que tuvo lugar en la iglesia del Espíritu Santo de Tijuana, no podía ser oficiada por un simple sacerdote. La ocasión exigía más, para estar a tono con la fiesta en la cual cantó Luis Miguel.
Por las dudas y para asegurar que no se cometa una injusticia, intervino el representante eclesiástico de San Cristóbal de las Casas (Chiapas), Felipe Arizmendi. Se mostró muy preocupado por los motivos de la detención y deseó que esta no tenga fines electorales, porque “sería lo peor que nos podría pasar, subir los votos de alguien a costa de denigrar a otros siendo inocentes”.
“Desde hace tiempo lo andaban buscando por si había enriquecimiento ilícito o algún otro tipo de cosas, yo no soy quien para juzgar, pero desde luego que ojalá que nunca estas cosas sucedan como una cacería o como una metodología electoral”, apuntó.
“Se dice que le encontraron 88 armas”, cuestionó un periodista. Rápido Arizmendi replicó: “pues eso es lo que hay que ver porque a veces ya no tenemos suficiente confianza en lo que a alguien le encuentran; si es que se lo sembraron. Por eso repito, ojalá que haya veracidad en los hechos y no se manipulen para otros fines”.
Derecho a réplica en: andresbeltramo@hotmail.com