Reflexiones no analizadas por la prensa queretana del discurso inugural de Don Faustino
y que revisten especial importancia
Quiero insistirles y enfatizar que por su generosidad están llamados a servir a sus hermanos, especialmente a los más necesitados con todo su tiempo y vida.
Hermanos y hermanas todos, sepan que una de mis prioridades como nuevo Obispo de Querétaro será ir al encuentro de todos ustedes, hasta donde estén; quiero visitarlos en sus comunidades, conocer sus templos parroquiales y capillas, convivir con ustedes, entrar en contacto con sus familias, trabajos y necesidades, y emprender juntos el recorrido de la misión.
Agradezco la presencia también de representantes de los tres poderes del Estado, especialmente a los Sres. Gobernadores José Calzada Rovirosa de Querétaro y Juan Manuel Oliva Ramírez de Guanajuato, a los Sres. y Sras. Diputados y a los representantes del poder judicial; asimismo a los alcaldes de los municipios de ambos estados que comprende nuestra Diócesis, de modo particular al Sr. Presidente municipal de Querétaro Francisco Domínguez Dren por su hospitalidad y al Sr. presidente municipal de Matamoros Ing. Alfonso Sánchez Garza, valoro de corazón su presencia hoy aquí, este gesto es expresión de su cercanía.
La Iglesia es miembro de la sociedad y juega en ella un papel imprescindible en su desarrollo y desenvolvimiento; estoy seguro que la buena disposición de todos nosotros conducirá a Querétaro y a Guanajuato por caminos de verdadero progreso.
Asimismo a mis hermanos sacerdotes de la amada Diócesis de Matamoros, con quienes he compartido el ministerio por estos seis años;
ya lo hice hace algunos días, nuevamente quiero agradecer a cada uno de ustedes por el don de su persona, por su vocación, por su trabajo, por todos los esfuerzos que cotidianamente realizan a favor de la construcción del Reino de Dios, especialmente hacia los más pobres, aún en medio de peligros y graves riesgos;
Hoy adopto de corazón a Querétaro como mi hogar, consciente que estoy echando raíces en un lugar fundacional, de tradiciones, de dramáticas transiciones y de grandes paradojas;
me vinculo a una tierra en la que la religiosidad popular es todavía parte de la atmósfera y al mismo tiempo a una sociedad de cultura, iniciativas intelectuales, universidades, arte, progreso e industria.
La fundación de Santiago de Querétaro está marcada por la presencia prodigiosa del Apóstol, el pescador llamado por Jesús, e iluminada por la Santísima Virgen de Guadalupe, que apareció al indio Juan Diego unos pocos meses después de ser fundada esta ciudad.
La vocación por la que América entera está ahora en un proceso decidido de evangelización, encuentra en Querétaro su impulso y modelo en nuestros evangelizadores, además de los Franciscanos, también nos enriquecieron Dominicos, Agustinos, Carmelitas y Mercedarios, destacando sin duda la labor del Beato Junípero Serra, evangelizador de la Sierra Gorda y constructor de sus hermosas misiones.
deseo invertir mi tiempo, energía e interés, fomentando un movimiento generalizado en toda la Diócesis, que permita que la Misión Continental Permanente sea efectivamente una Misión Diocesana Permanente, en la que todos, Obispo, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, niños, jóvenes y adultos, estemos seriamente involucrados.