Faustino irá «casa por casa» por los fieles abandonados
Diario de Querétaro
José Luis Rodríguez
En mi obispado vamos a ir por lo pobres y por los abandonados por nosotros mismos y si es necesario lo haremos casa por casa, afirmó el Obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, al ofrecer su primera rueda de prensa en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe, en Hércules.
«Se ha debilitado la opción preferencial por los pobres, sin embargo, cuando Jesús habla de ovejas no habla de niveles (económicos), habla de ir por la oveja alejada, perdida, quizás ahora hay que dejar en el templo la que tenemos de ir por todas las que no tenemos, por aquellas que tienen la etiqueta de católicos pero que necesitan mayor evangelización», refirió.
«Si Jesús iba por los pobres, nosotros tenemos que ir con y por los pobres», enfatizó, al ser cuestionado sobre el rumbo que tomará la Iglesia católica y las razones de la pérdida de fieles.
Dijo incluso que «vamos a salir grupos de misioneros a las calles a hablar del amor de Dios casa por casa, y en eso vamos a desembocar para posteriormente llegar a la formación de pequeñas comunidades, siempre con la ayuda de los sacerdotes, de los religiosos que son muchos y de todos ustedes laicos y laicas; yo voy con todos».
Al referirse al alejamiento de los templos por parte de los católicos (El sacerdote Saúl Ragoitia estima que sólo un 12 por ciento de los católicos acuden a la misa dominical), Faustino Armendáriz dijo que «las causas pueden ser múltiples, pero yo veo un escenario de esperanza, nosotros vamos a ir por ellos, ¿por qué ha habido un éxodo silencioso, incluso a otras sectas?, mi percepción es que necesitamos estar con nuestro pueblo, atender a las ovejas, no sólo a las alejadas sino a las abandonadas por nosotros».
No sólo debemos enseñar dogmas, sino desde el enamoramiento de Dios, atraer, recomenzar desde Cristo, estamos conscientes en que es un porcentaje bajo el que va a los templos, pero iremos por ellos en la misión permanente, añadió.
QUERETARO RELIGIOSO
Por otro lado, dijo haber encontrado una Diócesis de Querétaro con mucho potencial y esperanzas, «un escenario que creo favorable para continuar con el trabajo evangelizador, me doy cuenta que el gran orgullo de los queretanos es ser religiosos, en este marco habrá más posibilidades de impulsar los proyectos misioneros que tenemos».
También confirmó que, como todos los obispos, acompañará la peregrinación a pie al Tepeyac que realizan año con año unos 50 mil hombres y mujeres, y que partirá en los primeros días de julio. «En la cultura de los queretanos está este caminar que es un mar de piedad y por supuesto que los estaré acompañando, incluso desde algún punto de la Sierra Gorda cuando ya vengan en camino».
A una semana de haber tomado posesión de la Diócesis de Querétaro, Monseñor Armendáriz anunció tener el plan de recorrer en este año todas las parroquias.
TEJIDO SOCIAL DEBILITADO
Cuestionado sobre las causas de la violencia en el país, el Obispo ubicó tres causas principales: Crisis de moralidad, de legalidad y debilitamiento del tejido social. «La pérdida de valores en la vida de la familia ha sido fundamental para car en la división y debilitamiento. Teresa de Calcuta decía que las obras de amor son la mejor contribución para la paz, tratemos de ayudar a nuestro pueblo y seguramente seremos constructores de paz y de comunidad, responsabilidad que tienen sobre todo aquellos que son líderes», refirió.
En el caso particular del estado, dijo esperar que Querétaro siga siendo muy seguro y en paz en un marco nacional difícil.
NO PEDI MI CAMBIO
En la rueda de prensa a Armendáriz se le pidió confirmar la versión de que pidió su cambio a esta Diócesis debido al clima de violencia que se vive en Matamoros, en donde gobernó la grey católica durante seis años, lo que negó categóricamente.
«Un obispo nunca pide cambio de Diócesis; yo estuve muy contento en la Diócesis de Matamoros, a la que quiero mucho, son seres humanos como ustedes y viví como un pastor en la comunidad y un pastor no tiene derecho a claudicar de su oficio. Nosotros tenemos superiores y cuando nos piden un servicio en otra comunidad, nosotros tenemos que decir sí», respondió.
«Cuando te piden el cambio repentino de una Diócesis a otra lo primero que se experimenta es un dolor porque dejas a un pueblo, pero también una esperanza porque vienes a otro. Entonces, el Obispo nunca pide el cambio, sólo cuando renuncia por edad».