Estados Unidos y pederastia: sale obispo negligente
Se llama Daniel Walsh y hasta ahora guiaba la diócesis de Santa Rosa en Estados Unidos.
En un breve comunicado El Vaticano anunció este día que el Papa Benedicto XVI aceptó su renuncia anticipada al puesto por “causas de fuerza mayor”.
Las verdaderas razones de su salida son un misterio. Una cosa es cierta: el prelado ha tenido un ministerio lleno de tribulaciones, algunas a causa de un sacerdote mexicano pederasta.
La Santa Sede se remitió sólo a informar que la dimisión de Walsh fue acogida según el apartado 401.2 del Código de Derecho Canónico, la ley fundamental de la Iglesia católica, sección que considera las renuncias por enfermedad o problemas graves.
Sobre la salud del obispo saliente poco se sabe, pero no consta que lo aqueje un mal físico, al menos no públicamente.
Aún así desde el 24 de enero pasado la Sede Apostólica nombró a Robert Vasa como obispo coadjutor de Santa Rosa con derecho a sucesión, es decir que desde ese tiempo ya se preparaba un recambio en la guía de la diócesis.
En el pasado Daniel Walsh ha tenido que afrontar inusuales dificultades.
En 2006 debió se hizo cargo de un escándalo causado por el sacerdote pederasta mexicano Francisco Ochoa, quien fue acusado por la justicia estadounidense de 10 cargos de abusos sexuales contra menores.
El obispo fue señalado como negligencia porque tardó varios días en reportar las conductas impropias del cura a los Servicios de Protección de la Infancia del Condado de Sonoma, permitiéndole huir de los Estados Unidos a México, donde actualmente permanece como prófugo.
En junio de ese año el prelado escribió una carta abierta a su feligresía en la cual reveló que el 28 de abril de 2006 Ochoa le confesó haber perpetrado tres abusos sexuales contra niños de entre 12 y 16 años en Somona, en el Condado de Napa y también en territorio mexicano.
Pese a esta confesión el vicario episcopal, Dan Galvin, tardó varios días en informar del caso a las autoridades civiles. Lo hizo apenas el 1 de mayo siguiente, sin considerar la existencia de una línea teléfonica activa las 24 horas, dispuesta por los servicios sociales para casos de emergencia. Al momento de la denuncia Ochoa Pérez ya estaba fuera del país.
Posteriormente Walsh pidió perdón a las víctimas por haber fallado en reportar a tiempo la situación y aceptó “cualquier pena que le fuese impuesta”.
El 27 de agosto de 2007 la diócesis de Santa Rosa alcanzó un acuedo con los ofendidos por cinco millones de dólares mientras el obispo desembolsó personalmente 20 mil dólares y debió completar un programa de cinco meses para evitar cargos criminales en su contra.
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