Roma, siglo XVII:
ha nacido el paisaje
El Museo del Prado recupera un género esencial en la historia del arte para una de las grandes citas del verano
ÁNGELES GARCÍA
– Madrid
El País
La pintura realizada en Italia a lo largo del XVII marcó el nacimiento de un nuevo género artístico: el paisajismo. Roma era entonces un auténtico laboratorio de experimentación e intercambio de ideas en el que todos los artistas europeos querían participar.
La espectacular arquitectura de la ciudad atrajo a pintores no solo nacidos en Italia sino también en Francia, Holanda, Alemania o España.
Los artistas quisieron llevar a las telas lo que sus ojos contemplaban en el exterior y los jardines pasaron a ser los auténticos personajes de unos cuadros en los que los pintores se entregaron devotamente a la naturaleza. Annibale Carracci, Rubens, Nicolas Poussin, Claudio de Lorena y Velázquez son algunos de los grandes maestros europeos que se dejaron seducir por esta nueva forma de entender el arte.
El Museo del Prado abre el martes Roma. Naturaleza e Ideal. Paisajes 1600-1650, una exposición, procedente del Grand Palais y montada en colaboración con el Museo del Louvre, en la que por primera vez se enhebran las piezas maestras del género. Ochenta y cuatro pinturas y 19 dibujos de 36 autores , colgados en orden cronológico, conforman lo que será una de las grandes citas del verano.
Paisaje fluvial, de Annibale Carracci (Bolonia, 1560-Roma, 1609), uno de los fundadores del género, contiene los elementos esenciales de esta nueva forma de entender la pintura. La vegetación ocupa el primer plano y las dos minúsculas figuras que aparecen en la tela solo sirven de referencia para definir las distancias y ensalzar el frondoso entorno de la escena, en palabras del comisario español Andrés Úbeda.
El recorrido por la muestra es una luminosa lección por los mejores cuadros del género que se adentra en el paisaje boloñés, sigue por el nórdico y su proyección europea y se detiene con especial atención en dos autores fundamentales: Claudio de Lorena y Nicolas Poussin.
La galería de los paisajes del palacio del Buen Retiro parte en dos el colorido montaje para centrar la atención del visitante. Realizadas por encargo de Felipe IV para decorar el palacio del Buen Retiro, los artistas fueron obligados a trabajar con unos tamaños inusuales, capaces de cubrir los huecos de los grandes ventanales del edificio. Hasta entonces, el paisaje se trabajaba en pequeño y medio formato. Las deslumbrantes vistas de exteriores realizadas por De Lorena, Poussin o Salvador Rosa dieron un radical giro al género.
Las joyas de la exposición son muchas pero una de las más fascinantes sale del propio Museo del Prado: Vista del jardín de la Villa Médicis, pintado por Velázquez hacia 1630 y de pequeñas dimensiones (48,5 cm × 43 cm). Es una obra que, en opinión de Gabriele Finaldi, director adjunto del Prado, constituye una manera diferente y radical de entender el paisaje que marcó nuevos rumbos en la historia del arte.