Pedaleando hacia el pasado
La restauración de bicicletas y la venta de modelos retro cobran vitalidad
ANTONIO FRAGUAS
– Madrid –
El País
Hace casi 30 años que Chanquete murió, pero las bicicletas que montaban los chavales de la serie Verano azul vuelven a rodar por las calles. Resucitan la Motoretta de G.A.C, la Bicicross o la California de BH, y diseños clásicos de Torrot, Orbea y Derbi-Rabasa. Ese hierro arrumbado en la casa del pueblo es un diamante en bruto para los retrociclistas, a los que no les importa un poco más de peso si el vehículo que llevan entre las piernas tiene encanto.
«Me compré a Conchita de segunda mano.
Es una Torrot de paseo y debe tener más años que Matusalén», afirma Isabel Ramis, periodista y autora del blog
Isabel apunta a una razón para el auge de lo retro: «Las bicicletas nuevas son carísimas y su diseño deja mucho que desear.
En bicis deportivas tienes toda la variedad que quieras, pero de paseo hay muy poquito».
La fiebre por las pedaladas retro no solo arraiga en España. Cada país tiene sus modelos míticos que están siendo recuperados. «En Chile es la legendaria Mini de la marca CIC; en Argentina tenemos las Auroritas; en Estados Unidos las Sting Ray, de la marca Schwinn; en Reino Unido la Chopper, de Raleigh», señala desde Santiago de Chile, mediante correo electrónico, Hans Alemany, de www.alemanyretrocycles.cl.
Hans recupera bicis, las restaura y también, otra tendencia en auge, las personaliza a gusto del cliente: «Empecé a hacer los primeros trabajos de restauración en el verano de 2007. Entonces muchas de las bicis antiguas eran miradas como basura, por la arremetida de las bicicletas de montaña».
El óxido del olvido y los modelos ultraligeros de última generación no han logrado romper el lazo emocional que une a los actuales retrociclistas con el universo de la infancia.
Quizá estas bicis pesen más «pero se conducen con una postura más cómoda y son más baratas», indican sus partidarios.
Además, no se trata de llegar antes, batir marcas o tragar y tragar kilómetros pedaleando, sino de rodar cada uno a su ritmo y con estilo: subrayando otro modo de vida.
Aparte del recuerdo de la celebrada serie Verano azul, ciertos referentes cinematográficos que pasan por las dos ruedas siguen siendo influyentes en el imaginario colectivo: desde sofisticadas actrices del neorrealismo italiano o de la nouvelle vague francesa (pasando por la elegante Audrey Hepburn a lomos de una bicicleta Schwinn, en Sabrina), hasta títulos de los ochenta como Los bicivoladores o E.T., el extraterrestre.
Alemany sitúa la eclosión retro en 2009: «Actualmente estamos restaurando y vendiendo unas 20 bicis al mes, y va creciendo. A esto hay que sumar los cientos de piezas que vendemos para quienes restauran por su propia cuenta».
También existen marcas que nunca han dejado de fabricar sus modelos clásicos. Es el caso de la portuguesa Órbita, bajo cuyo sello el grupo Miralago fabrica los modelos Eurobici y Sport Confort Classic, ambos de incuestionable aire clásico.
Solo en su distribuidor de Madrid, la tienda Calmera, venden unas 50 unidades al mes, indica por teléfono desde Águeda (Portugal) Aurelio Ferreira, que fundó Órbita en 1971. «Nuestra preocupación es mantener la tradición. Somos la única empresa de Europa que tiene fabricación propia de cuadros, siguiendo el sistema antiguo. Otras marcas europeas se han ido a China. Nosotros mantenemos los modelos tradicionales porque hay un interés del mercado», remacha Ferreira.