Amealco, municipio indígena por excelencia en Querétaro, los Otomíes dejan sus tradiciones por discriminación y pierden lengua y cultura

La discriminación los orilla a cambiar identidad en busca de aceptación social: sicólogos

Jóvenes ñañús dejan sus tradiciones y adoptan modas de tribus urbanas

Toman la imagen de emos, punks y darks porque los han hecho sentir “indignos”, afirman

Piden apoyo para brindar atención a adolescentes por alcoholismo, violencia y uso de drogas

Mariana Chávez

Corresponsal

La Jornada

En la comunidad de Chitejé de Garabato, municipio de Amealco de Bonfil, jóvenes ñañús (otomíes) han adoptado subculturas como emo, punk y dark como nueva identidad para ser vistos y tomados en cuenta, ante la discriminación, la exclusión y la falta de expectativas en que viven, según especialistas en sicología.

La comunidad se ubica a unos 50 kilómetros de la capital del estado, por una carretera de terracería. Ninguno de los habitantes de la localidad usa ya la vestimenta típica, ni los ancianos.

Tampoco hablan su lengua natal, a diferencia de lo que ocurre en la comunidad de Santiago Mexquititlán, del mismo municipio, donde aún se observan atuendos tradicionales.

Adolescentes y jóvenes de entre 12 y 25 años de edad se reúnen en las calles (algunas de terracería y otras empedradas), principalmente para beber o drogarse con inhalantes o mariguana.

Algunos emigran a la capital del estado o al municipio de San Juan del Río para trabajar y vuelven los fines de semana, explicó un agente de la policía municipal, quien señaló que se ha vuelto frecuente ver jóvenes vestidos de negro, con “aretes, peinados medio raros, pelos parados, botas largas, pantalones entubados”.

En esta comunidad de mil 700 habitantes, paredes y postes de energía eléctrica están pintados con frases como: “para la paz no hay caminos; el camino es la paz”; “entre tantos caminos encontramos la muerte y felicidad en un solo segundo” y “¿para ti qué es la paz?”, así como pintas con mensajes contra grupos rivales y el número l3, que de acuerdo con el presidente del Colegio Estatal de Sicólogos, Juan Carlos García Ramos, significa “muerte” o “mexicano”.

Adiós a la lengua materna

Santiago, de 16 años de edad, es instructor comunitario del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). Viste ropa similar a la usada por la tribu urbana conocida como emo porque “está de moda”, pero asegura que no pertenecer a ninguna agrupación o subcultura.

Recorre en bicicleta el camino de terracería desde el barrio La Cañada, en la comunidad de El Varal, ubicada a unos dos kilómetros de Chitejé de Garabato.

Usa sudadera negra estampada y una correa para teléfono celular morada con cuadros y calaveras, así como pantalón oscuro y una mochila con frases en inglés. Indicó que su mamá no le quiso enseñar a hablar nañú y desconoce la causa.

Relató que cuando recibió capacitación para ser instructor de Conafe y dar clases a niños de prescolar, regresó a Chitejé de Garabato entusiasmado por aprender ñañú.

Insistió en que su mamá le enseñara y aprendió algunas palabras, pero con el tiempo “no sé qué me pasó y ya no le seguí preguntando”, reconoce

Santiago, de 16 años, es instructor comunitario del Consejo Nacional de Fomento Educativo en Chitejé de Garabato, municipio de Amealco de Bonfil, Querétaro. Al igual que numerosos jóvenes de las comunidades ñañús de la región, ha adoptado modas de las llamadas tribus urbanas, aunque asegura que no pertenece a ningunaFoto Mariana Chávez
Según Santiago, en su comunidad hay dos grupos o bandas que no tienen definido a qué subcultura urbana pertenecen o imitan, pues gustan de la música y la vestimenta de grupos punk, dark o emo.

Les llaman “los aviones” y “los de negro”. Los primeros “siempre están en el avión” (drogados) y los segundos acostumbran vestir de ese color, de acuerdo con profesores de la telesecundaria local. Ambos grupos son rivales.

Santiago indicó que los adolescentes y jóvenes que emigran a la capital de Querétaro, a San Juan del Río y a otras ciudades han tenido contacto con expresiones del punk, el dark o el emo, y al regresar a sus comunidades son imitados, e incluso se organizan para enviar grupos al Distrito Federal para comprar ropa de esos estilos porque “sale más barata”, además de que no la encuentran en la comunidad.

Marco Antonio Macías López, Araceli Colín y Juan Carlos García Ramos, especialistas en sicología de la Facultad de Sicología de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), coincidieron en que la opresión, la segregación y la discriminación histórica de la comunidad mestiza hacia las culturas indígenas son algunos factores que influyen para que estos adolescentes adopten subculturas urbanas.

Como indígenas, explicaron, son señalados porque hablan y visten diferente. Eso genera un sentimiento de que son “indignos” y prefieren no destacar su origen.

La falta de servicios básicos, educación y salud provoca migración a zonas urbanas, donde los ñañús son discriminados. Además, la separación de las familias favorece alcoholismo, violencia y falta de expectativas.

Más vale punk que invisible

Los especialistas opinaron que los adolescentes se agrupan porque necesitan un vínculo social, una protección que no encuentran en la familia y tampoco en la autoridad.

Aunque tienen identidad indígena, los adolescentes y jóvenes deciden adoptar otra que sí es reconocida. “Yo te reconozco como emo porque como ñañú no te reconocen, te ignoran, te desprecian”, además, cualquier tribu urbana es socialmente aceptada como identidad; “entonces, estoy a tono con el mundo”, consideró Colín.

Para los jóvenes no es relevante que consumir alcohol o drogas sea dañino para la salud, pues según los especialistas es más lesivo ser discriminados o marginados. “El daño es menor a saber que no existes”

Profesores de telesecundarias dijeron estar preocupados porque el mismo fenómeno se observa en las comunidades indígenas de San Miguel Tlaxcaltepec y El Lindero, también en el municipio de Amealco, donde han solicitado sicológos para orientar a un creciente número de adolescentes que enfrentan problemas de violencia física y sexual, alcoholismo e incluso suicidio.

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