Los acústicos: Jonathan Wilson, la brisa californiana del telonero de Wilco
Manuel Cuéllar
Jonathan Wilson lleva acompañando a Wilco durante toda su gira europea y dio su primer concierto en solitario en España el pasado día 1 de noviembre en el Circo Price de Madrid. Acompañado ya había tocado en España. Fue por primera vez el pasado verano en el Heineken Jazzaldia de San Sebastián, en la playa de la Zurriola apoyando primero al grupo de California Dawes, del que ha producido sus dos trabajos, North Hills y Nothing is wrong; y esa misma increíble noche tocó junto a Jackson Browne en el mismo escenario.
Wilson a sus 36 años ha sabido rodearse muy bien. Por ejemplo, hace un par de años él y Chris Robinson de The Black Crowes se hicieron tan amigos que decidieron institucionalizar los ‘miércoles de jam sesion’ en casa de Wilson. De ahí, por su vida, sus colaboraciones y su estudio de grabación en Los Ángeles (Five Star Studio) han pasado nombres como Gary Louris, Elvis Costello y Jonathan Rice entre otros muchos.
Antes de su concierto para presentar su primer disco Gentle Spirit, Wilson quiso regalarnos un par de temas en acústico Ballad of the pines (del álbum Gentle Spirit) y Just for love, una versión de los Quicksilver Messenger Service…
[Mira aquí el vídeo en calidad normal]
Además, hablamos con él, y esto fue lo que aquello dio de sí:
T. Este no es su primer disco. Tenías terminado otro, Frankie Ray. ¿Qué pasó?
J. W. El primer álbum estaba a punto de salir, teníamos toda la campaña de promoción y todo, pero decidí ‘desenchufarlo’… Era un álbum que tiraba más hacia el folk y puede que lo edite en un futuro. Tal vez tomé esa decisión porque se trataba de un trabajo que trataba íntegramente sobre una chica. Hablaba exclusivamente sobre el amor y eso es difícil
T. Este año has actuado en el concierto benéfico Musicians United for Safe Energy (MUSE) junto a Dobbie Brothers, Crosby, Stills & Nash, Tom Morello y Jackson Browne entre otros. Así que supongo que estás involucrado en esa lucha de años de Browne. ¿Cuál es la actitud para defender el planeta?
J. W. Tenemos que empezar por ser más sensibles los unos con los otros. Lo que yo hago es recoger pistas de personas como Jackson Browne o Bonnie Raitt que llevan tanto tiempo involucradas en esto. Lo que podemos hacer es esparcir sus palabras, hacer a la gente consciente de que hay un problema si no se cuida lo que tenemos.
T. Y, ¿qué le parece el movimiento Occopy Wallstreet?
J. W. Siempre que la gente decide unirse y unirse para intentar cambiar algo, es una buena noticia. La idea de cambiar las cosas es muy poderosa, pero hay que tener cuidado en la forma en la que los que están involucrados, puedan utilizar ese poder colectivo. Pero tampoco hay que engañarse. Ahora que estoy girando por todo el mundo y viajando tanto, veo que en la mayoría de las personas hay un poso muy conservador. Creo que es un momento en el que debe de haber un cambio de mentalidad y de ideales como la hubo en la década de los sesenta. Hay una necesidad de políticas sociales y acciones políticas para acercar a las personas.
T. Uno de los proyectos en los que estás más volcado es realizar una colección de canciones que has titulado What You Need Is What You Have, The Songs of Roy Harper. ¿Por qué honrar tanto a Harper?
J. W. Roy Harper es el maestro completo. Sin lugar a dudas es uno de los músicos que ha escrito las mejores canciones de la historia. Pero lo más importante es que creo que se podría decir que ha sido el último artista comprometido.
T. En su disco Gentle Spirit se adivina mucho el sonido Laurel Canyon, pero mezclado con mucha psicodelia…
J. W. Eso que llamas psicodelia, que realmente está en el disco, yo lo defino como una paleta de colores y de matices. Lo que intento es llegar a introducir elementos en mi trabajo que consigan que el oyente no se aburra de escuchar, que encuentre una y otra vez caminos nuevos dentro de la obra. Es como darle a alguien un trabajo en el que podrá constantemente descubrir cosas nuevas. Y espero que esto esté no solo en el sonido, sino en las letras también.