Carestía de hortalizas y frutas,
a causa de la especulación
Lourdes Rudiño
El encarecimiento continuo de las hortalizas y las frutas –casi en línea con el alza de precios de granos y cárnicos- se ha originado fundamentalmente por la especulación de intermediarios y por la falta de controles en los minoristas, en particular de los supermercados, según consideraciones de productores que abastecen a la Ciudad de México y alrededores.
De acuerdo con Felipe Casas, representante de la Unión de Productores de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, factores climáticos, como heladas, granizadas, sequía, influyen para que las hortalizas se encarezcan, pero esto ocurre históricamente, y por temporadas. “Normalmente este no es el caso y como productores tenemos hoy día muy buenos precios; cuando las hortalizas y las frutas pasan a manos de los intermediarios es cuando se encarecen”.
Como miembro de la Unión de Productores y Comerciantes de Hortalizas de la Central de Abastos –que abastece alrededor de 70 por ciento de las hortalizas que se consumen en el Distrito Federal-, Casas comenta que el producto que ellos entregan es de una calidad y frescura óptima, y esto es algo que no se ve en los supermercados, los cuales se abastecen vía intermediarios, vía importaciones y vía grandes agricultores (como manzaneros de Chihuahua, hortaliceros del Bajío y productores de jitomate de Sinaloa).
“Para nosotros estas tiendas son una competencia desleal. Ellos inducen al encarecimiento de los productos, y se han encargado de que los mercaditos tianguis tiendan a acabarse”.
Comenta que él en el pasado buscó abastecer a los supermercados, pero resultaron muy malas experiencias, pues esas tiendas aplican formas de pago “depredadoras”, con lapsos de espera de dos meses. “En alguna ocasión les quisimos entregar por medio de sus proveedores, pero son muy mala paga”.
Fortino López Barrera, miembro del Grupo, Tlalnopali, que integra a 55 productores de nopal de Morelos, comenta que las restricciones de horario de circulación de automotores con carga que llegan a la Central de Abastos propicia encarecimiento y especulación con el nopal. El hecho de que no puedan circular entre 11 de la noche y cinco de la mañana, los obliga a iniciar la cosecha del nopal demasiado temprano (con oscuridad que limita el rendimiento de los peones) y los obliga a apresurar su estancia en la Central de Abasto. “Los coyotes saben que nos debemos retirar cuando mucho a las cinco de la mañana para llegar al campo a organizar la cosecha del nopal, y regresar luego a México. A esa hora no hay clientes y terminamos entregando toda la mercancía a los coyotes”.
Gonzalo Tapia Martínez, presidente de la Unión de Productores e Introductores y Comerciantes de San miguel de Xochitecatitla, Tlaxcala, comenta por su lado que la oferta que traen al DF ha cambiado en parte por la demanda de los consumidores. Es el caso de la lechuga tradicional, que ha sido desplazada por las lechugas finas de diversas variedades que ahora producen los agricultores. “La mayor parte del año ofertamos las hortalizas, que son acelgas, espinacas, cilantro, perejil, epazote, hierbabuena, rabanitos, y ahorita estamos produciendo otro tipo de productos que pide el consumidor como el brócoli y las lechugas finas”.
Coincide con Felipe Casas en que la demanda de hortalizas en el DF ha caído. Según Casas, esto se debe a la creación de nuevas centrales de abasto en entidades alrededor de la Ciudad. Y de acuerdo con Tapia, la Central de Abastos ha ampliado mucho sus giros, permitiendo el acceso a alimentos procesados, lo cual genera una saturación de oferta en esta central, que limita la compra de hortalizas. A ello hay que agregar que la Central de Abastos –donde se abastecen recauderías, pequeñas tiendas, intermediarios de los supermercados y consumidores en general- presenta problemas por ejemplo la falta de estacionamientos, servicios, limpieza en los sanitarios, vigilancia, y “eso nos afecta, provoca caída en nuestras ventas”.