Leñero y “El Padre Amaro”
(apro).-Para adaptar una obra literaria al cine, “sólo hay que leer una vez el libro y olvidarse de él; de lo contrario, uno no tendría libertad para escribir el guión por querer calcar”, indicó Vicente Leñero en la charla Del guión a la pantalla en el marco de II Encuentro Iberoamericano de Escritores Cinematográficos.
El también periodista y dramaturgo compartió por la tarde una conversación con el director Carlos Carrera, y juntos analizaron el polémico largometraje El crimen del padre Amaro (2002), basada en la novela homónima del escritor portugués José Maria Eca de Queirós, escrita en 1875.
Elías Godoy, uno de los organizadores del II Encuentro… promocionado por el Taller de Escritores Cinematográficos El Garfio AC, efectuado en la Sala Alfonso García Robles del Centro Cultural Universitario-Tlatelolco, fue quien los interrogó en torno a la creación de esta historia que la Iglesia católica y el grupo derechista ProVida intentaron censurar.
Leñero recordó que la idea de llevar al cine la novela de De Queirós fue del productor Alfredo Ripstein, fallecido el 20 de enero de 2007, padre del director Arturo Ripstein:
“Me llamó para ver si me interesaba escribir el guión de la novela y Felipe Cazals iba a dirigir. Entonces hubo una primera versión de Cazals y mía, pero Alfredo Ripstein se arrepintió de filmarla. Nos dijo que, como era judío, podía herir a los católicos con esta película. Entonces, Cazals lo mandó a la chingada.
“Pasó un tiempo, como tres años, y me contó que había pensado de nuevo en rodar el filme, pero como Cazals se la iba a ‘refrescar’, llamó a Carrera, entonces, Carlos y yo afinamos cosas y Alfredo le quitaba partes, como un gran baile en un Grito de la Independencia, porque se le hizo muy caro, era una cinta barata, con poco presupuesto. Era un gran visionario para economizar.”
Godoy hizo énfasis en lo que había en la película, pero no en la novela. Leñero manifestó que “toda adaptación es una obra inspirada en una historia y, por ejemplo, el aborto, uno de los temas de largometraje, no está en el libro.”
En tanto, Carrera, realizador de El héroe y La mujer de Benjamín, argumentó haber aceptado trabajar en el proyecto porque deseaba realizar un filme que retratara la doble moral y el papel de la Iglesia.
Luego ambos coincidieron en que entonces creían que la historia “era muy fresa y nunca nos imaginamos que iba a causar tanta controversia”.
Para el autor de Los periodistas, lo más difícil fue crear las subtramas paralelas al tema central. Y ubicó la película fundamentalmente en torno al amor y la ambición del poder, que son los temas centrales en la obra del lusitano.
Carrera informó haber filmado durante seis semanas “y todo fluyó tranquilo” en esta historia que refleja la realidad, abordada en todo su contexto.
Para mañana se anuncian las mesas “La construcción dramática en el proceso de escritura cinematográfica a partir de la idea original, de la obra por encargo, inspirado y/o con base en hechos reales, y la adaptación literaria”, con la participación de Luis Estrada (México), César Lucena (Venezuela), Laura Santuyo (Uruguay), Fernando Pérez (Cuba), Lucía Gajá y María Novaro (México); “La aportación estética, cultural, política y económica de escritores cinematográficos, dramaturgos y literatos en Iberoamérica”, con Enrique Rentería (México), Silva Caiozzi (Chile), Senel Paz (Cuba), Carlos Henao (Colombia) y Rafael Montero (México); finalmente habrá conferencias de los directores mexicanos Carlos Bolado y Paula Marcovich.