AMECAMECA,
Proceso
En los límites del Estado de México con Puebla, 57 kilómetros al suroeste del Distrito Federal, se encuentra este pueblo con encanto abrigado por los majestuosos volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
Amecameca tiene un esplendoroso pasado prehispánico y colonial, con una ubicación privilegiada con imponentes paisajes nevados y una arquitectura que es vivo testimonio de su historia.
Precisamente en este lugar Sor Juana Inés de la Cruz vivió junto con su abuelo hasta los ocho años y fue también aquí donde escribió sus primeros poemas.
En esta región se localizaban los centros ceremoniales más importantes, por el culto a las montañas.
Hoy, entre un cúmulo de tradiciones y cultura, es posible descubrir el pasado a través de sus haciendas, conventos y capillas.
Otra parte primordial de la identidad de Amecameca es su gastronomía. Precisamente, con una fiesta al paladar, aquí se celebra la Feria de la Nuez de Castilla entre los meses de julio y agosto, cuando se instalan decenas de locales que ofrecen verdaderas delicias como dulces, repostería y licores de nuez.
Pero para conocer sus leyendas e historia, es necesario adentrarse en cuatro míticos lugares de Amecameca:
Santuario del Señor del Sacromonte: Ubicado muy cerca del centro. En la época prehispánica en la cima de este cerro había una cueva donde se adoraba al dios Tezcatlipoca. Posteriormente los frailes franciscanos del siglo XVI colocaron ahí la escultura de un Cristo negro y erigieron una ermita que en la actualidad alberga al Señor del Sacromonte, considerado muy milagroso y que congrega a miles de peregrinos cada año. La noche del Viernes Santo se realiza una procesión en la cual todo el pueblo participa llevando al Cristo por las calles. Todo el conjunto que conforma el Sacromonte, incluidas las estaciones del Viacrucis, fue construido hacia 1835. Es todo un desafío subir a pie, pero vale la pena observar todo el pueblo desde la cima.
Templo y exmonasterio de la Virgen de la Asunción: El templo es de estilo dominico (1554-1562), de una sola nave, hecho de cantera rosa, con una bóveda de cañón corrida. En su interior hay unos retablos barrocos y neoclásicos con imágenes bíblicas. El claustro de dos pisos tiene una fisonomía de tipo medieval que inevitablemente transporta al pasado. En la fachada destaca una escultura de la Virgen de la Asunción con rostros de ángeles a sus pies. Este exmonasterio del siglo 16 deja ver también vestigios de pinturas murales.
Capilla de la Virgen de Guadalupe: Es una de las construcciones más antiguas del municipio, localizada muy cerca del Santuario de Sacromonte. En el interior hay un retablo barroco con ornamentos vegetales, y en el atrio hay un cementerio donde destacan antiguas tumbas y mausoleos bellamente labrados.
Hacienda de Panoaya: A unos pocos minutos de Amecameca se encuentra la Hacienda de Panoaya, considerado un monumento histórico porque ahí vivió la niña Juana Ramírez de Asbaje, conocida después como Sor Juana Inés de la Cruz, con su abuelo Pedro Ramírez de Santillana. La hacienda fue remodelada y actualmente en su interior hay un museo dedicado a la poetisa. En este lugar también se ubica el Museo Internacional de los Volcanes, que en espectaculares fotografías y modelos muestra la extraordinaria belleza de los colosos. En los campos de la hacienda hay un pequeño lago para remar, juegos infantiles, tirolesa, laberinto, restaurante y un área de venados acariciables que incluye un zoológico donde se puede tocar a animales de todo tipo, entre otros atractivos.
[El camino al santuario del Señor del Sacromonte. Foto: Armando Gutiérrez]
[La iglesia de la Virgen de Guadalupe. Foto: Armando Gutiérrez]
[El templo y exmonasterio de la Virgen de la Asunción. Foto: Armando Gutiérrez]
[La Hacienda de Panoaya en Amecameca. Foto: Armando Gutiérrez]
[El templo y exmonasterio de la Virgen de la Asunción. Foto: Armando Gutiérrez]
Amecameca es también una de las puertas de entrada al Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, una reserva natural ideal para realizar días de campo, caminatas y campamentos entre bosques alpinos, caídas de agua, barrancas y desfiladeros.
La visita a Amecameca estaría incompleta si no se recorre su mercado municipal, donde se ofrecen productos con los olores y sabores más característicos de la región.
Cómo llegar
En vehículo, desde la Ciudad de México, tomar el bulevar Puerto Aéreo y luego la Calzada Ignacio Zaragoza. Después, la autopista 190 y luego, en la desviación a Chalco ingresar a la carretera 115, hasta llegar a Amecameca.
En autobús, desde la terminal Tapo (metro San Lázaro) las empresas de transporte que ofrecen corridas son Volcanes, Autobuses del Sur y Cristóbal Colón.
Twitter: @armandogtzrdz