Quinto centenario del natalicio de Teresa de Avila
Era de muy buena estatura, y en su mocedad hermosa, y aun después de vieja parecía harto bien: el cuerpo abultado y muy blanco, el rostro redondo y lleno, de buen tamaño y proporción; la tez color blanca y encarnada, y cuando estaba en oración se le encendía y se ponía hermosísima, todo él limpio y apacible; el cabello, negro y crespo, y frente ancha, igual y hermosa; las cejas de un color rubio que tiraba algo a negro, grandes y algo gruesas, no muy en arco, sino algo llanas; los ojos negros y redondos y un poco carnosos; no grandes, pero muy bien puestos, vivos y graciosos, que en riéndose se reían todos y mostraban alegría, y por otra parte muy graves, cuando ella quería mostrar en el rostro gravedad; la nariz pequeña y no muy levantada de en medio, tenía la punta redonda y un poco inclinada para abajo; las ventanas de ella arqueadas y pequeñas; la boca ni grande ni pequeña; el labio de arriba delgado y derecho; y el de abajo grueso y un poco caído, de muy buena gracia y color; los dientes muy buenos; la barba bien hecha; las orejas ni chicas ni grandes; la garganta ancha y no alta, sino antes metida un poco; las manos pequeñas y muy lindas. En la cara tenía tres lunares pequeños al lado izquierdo, que le daban mucha gracia, uno más abajo de la mitad de la nariz, otro entre la nariz y la boca, y el tercero debajo de la boca. Toda junta parecía muy bien y de muy buen aire en el andar, y era tan amable y apacible, que a todas las personas que la miraban comúnmente aplacía mucho.
Al llegar a Alba de Tormes un 20 de septiembre, su estado empeoró. Recibido el viático y confesada, murió en brazos de Ana de San Bartolomé la noche del 4 de octubre de 1582, día en que el calendario juliano fue sustituido por el calendario gregoriano en España, por lo que ese día pasó a ser, viernes, 15 de octubre.
Su cuerpo fue enterrado en el convento de la Anunciación de esta localidad, con grandes precauciones para evitar un robo.
Exhumado el 25 de noviembre de 1585, quedó allí un brazo y se llevó el resto del cuerpo a Ávila, donde se colocó en la sala capitular; pero el cadáver, por mandato del Papa, fue devuelto al pueblo de Alba, habiéndose hallado incorrupto (1586).
Se elevó su sepulcro en 1598;
Se colocó su cuerpo en la capilla Nueva en 1616,
En 1670, todavía incorrupto, en una caja de plata.
Beatificada Teresa en 1614 por Paulo V
e incluida entre las santas por Gregorio XV el 12 de marzo de 1622, fue designada (1627) para patrona de España por Urbano VIII.
En 1626 las Cortes de Castilla la nombraron copatrona de los Reinos de España, pero los partidarios de Santiago Apóstol lograron revocar el acuerdo.
Fue nombrada Doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca
Posteriormente fue designada patrona de los escritores.
En 1970 se convirtió junto con Santa Catalina de Siena en la primera mujer elevada por la Iglesia Católica a la condición de Doctora de la Iglesia, bajo el pontificado de Pablo VI.
La Iglesia Católica celebra su fiesta el 15 de octubre.
En La ciudad de Ávila en España comienza mañana su Año grande.
Con motivo del V Centenario del nacimiento de su ciudadana más insigne, Santa Teresa, se celebrará una Misa presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal española, monseñor Ricardo Blázquez.
Comienza así un año jubilar en el que se multiplicarán las actividades, como por ejemplo un Encuentro Europeo de Jóvenes en el que se esperan más de 9.000 personas de todo el continente; distintas peregrinaciones, entre ellas las de los obispos españoles y multitud de congresos y exposiciones en los que se mostrará la espiritualidad, la vida y la importancia de la oración en Santa Teresa.
Pero el acontecimiento por antonomasia, el que más esperan todos los ciudadanos de Ávila es la posible visita del Papa Francisco, que aunque aún no está confirmada tiene “posibilidades muy fundadas”, explica el secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo.
Para facilitar la visita del Pontífice, desde la CEE se está trabajando en una visita de un solo día y muestran que su presencia podría suponer «un soplo en la renovación espiritual y un empujón en el trabajo pastoral».
El viaje podría resumirse en visitas a Ávila y Alba de Tormes (Salamanca), los lugares donde nació y murió la religiosa. Ya lo anticipaba el Papa Francisco a los periodistas en su vuelo de Corea del Sur a Roma: “Los Reyes me han invitado, el Episcopado me ha invitado… pero hay una lluvia de invitaciones para ir a España. Que si Santiago de Compostela, que si… A lo mejor (es posible, pero no digo más porque no está decidido), ir por la mañana a Ávila y Alba de Tormes y regresar a primera hora de la tarde. Sería posible. Esta es la respuesta. Gracias»
El Papa Francisco tiene una especial devoción a Santa Teresa de Jesús lo que podría ser el desencadenante final de su visita a España.
Lo explica en una entrevista en ABC el prepósito general de los Carmelitas Descalzos, Saverio Cannitrá, quien habló con el Papa recientemente: “Tuve la oportunidad de tener un encuentro personal con el Papa y por supuesto él tiene un cariño especial a Santa Teresa de Jesús. Él además conoce muy bien el carmelo y lo aprecia mucho. Esa ha sido mi impresión”.
El Papa Francisco recuerda en numerosas ocasiones, en sus homilías de Santa Marta a Santa Teresita del Niño Jesús, quien precisamente quiso seguir a Teresa de Ávila a su manera, es decir en pequeñita.
Una influencia, la de la santa andariega en el pensamiento y la vida de Santa Teresita que también queda marcada en el pensamiento y la espiritualidad del Papa Francisco.
Si bien el Papa Francisco no ha hecho alusión en sus homilías a la santa andariega, sí que hace alusión frecuentemente a una espiritualidad a la que se acercó Santa Teresita gracias a la Madre Santa Teresa, a Teresa “la grande”.
Su Santidad escondida en la vida ordinaria, la sencillez, la confianza, la mística y la capacidad de la santa andariega por acercarse a las periferias de su tiempo pueden ayudar a que finalmente el Papa Francisco pueda visitar España.
Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada,
Teresa de Cepeda y Ahumada o Santa Teresa de Jesús o Teresa de Ávila
Ávila, 28 de marzo de 1515
Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582
Religiosa, doctora de la Iglesia Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas del Monte Carmelo o carmelitas.
Padre Alonso Sánchez de Cepeda, descendiente de familia judía conversa.
Madre Beatriz Dávila y Ahumada emparentada con muchas familias ilustres de Castilla
Entró el 2 de noviembre de 1533 en el convento de la Encarnación, en Ávila
Profesó el día 3 de noviembre de 1534.alla de Ávila.
Hay una estatua de Santa Teresa al lado de la Puerta del Alcázar
Según relata la propia Teresa en los escritos destinados a su confesor y reunidos en el libro Vida de Santa Teresa de Jesús, desde sus primeros años mostró Teresa una imaginación vehemente y apasionada.
Su padre, aficionado a la lectura, tenía algunos romanceros; esta lectura y las prácticas piadosas comenzaron a despertar el corazón y la inteligencia de la pequeña Teresa con seis o siete años de edad.
En dicho tiempo pensó ya en sufrir el martirio, para lo cual, ella y uno de sus hermanos, Rodrigo, un año mayor, trataron de ir a las tierras de infieles, es decir, tierras ocupadas por los musulmanes, pidiendo limosna, para que allí los descabezasen. Teresa escribe:
En una huerta que había en casa, procurábamos como podíamos, hacer ermitas, poniendo unas piedrecitas, que luego se nos caían, y así no hallábamos remedio en nada para nuestro deseo… Hacía (yo) limosna como podía, y podía poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones, que eran hartas, en especial el rosario… Gustaba (yo) mucho cuando jugaba con otras niñas, hacer monasterios como que éramos monjas.
Aficionada a la lectura de libros de caballerías,
Comencé a traer galas, y a desear contentar en parecer bien, un mucho cuidado de manos y cabello y olores, y todas las vanidades que en esto podía tener, que eran hartas, por ser muy curiosa… Tenía primos hermanos algunos… eran casi de mi edad, poco mayores que yo; andábamos siempre juntos, teníanme gran amor y en todas las cosas que les daba contento, los sustentaba plática y oía sucesos de sus aficiones y niñerías, no nada buenas… Tomé todo el daño de una parienta (se cree que una prima), que trataba mucho en casa… Con ella era mi conversación y pláticas, porque me ayudaba a todas las cosas de pasatiempo, que yo quería, y aun me ponía en ellas, y daba parte de sus conversaciones y vanidades. Hasta que traté con ella, que fue de edad de catorce años… no me parece había dejado a Dios por culpa mortal.
Luchando consigo misma, llegó a decir a su padre que deseaba ser monja, pues creía ella, dado su carácter, que el haberlo dicho bastaría para no volverse atrás. Su padre contestó que no lo consentiría mientras él viviera. Sin embargo, Teresa dejó la casa paterna
Tras entrar al convento su estado de salud empeoró. Padeció desmayos, una cardiopatía no definida y otras molestias.
Así pasó el primer año. Para curarla, la llevó su padre (1535) a Castellanos de la Cañada, con su hermana. En dicha aldea permaneció Teresa hasta la primavera de 1536.
En Castellanos de la Cañada habría logrado en 1535 la conversión de un clérigo concubinario
Entonces pasó a Becedas
De vuelta en Ávila, el Domingo de Ramos de 1537, sufrió un paroxismo de cuatro días en casa de su padre, quedando paralítica por más de dos años.
Antes y después del parasismo, sus padecimientos físicos fueron horribles.
Existe una Santa Teresa de Jesús, pintada al óleo de Alonso del Arco, siglo XVII.
A mediados de 1539 Teresa recuperó la salud
La clausura sólo se impuso como obligatoria a todas las religiosas a partir de 1563.
En esa época Teresa de Ávila vivió nuevamente en el convento de la Encarnación, donde recibía frecuentes visitas.
Afligida un tiempo después, abandonó la oración en 1541
Según su testimonio se le apareció Jesucristo en 1542) en el locutorio con semblante airado, reprendiéndole su trato familiar con seglares.
No obstante, la monja permaneció en él durante muchos años, hasta que se movió a dejar el trato de seglares en 1555 a la vista de una imagen de Jesús crucificado.
El padre de Teresa falleció en 1541.
Teresa enmendó su conducta y estuvo dispuesta a corregir sus faltas.
Teresa se confortó con la lectura de las Confesiones, de San Agustín.
Los jesuitas Juan de Prádanos y Baltasar Álvarez fundaron en Ávila un colegio de la Compañía en 1555
Teresa se confesó con Prádanos y al año siguiente 1556 comenzó a sentir grandes favores espirituales y poco después se vio animada por San Francisco de Borja.
Tuvo en 1558 su primer rapto y la visión del infierno
Tomó por confesor por 1559 a Baltasar Álvarez, que dirigió su conciencia durante unos seis años, y disfrutó, dice, de grandes favores celestiales, entre los que se contó la visión de Jesús resucitado.
Hizo voto 1560 de aspirar siempre a lo más perfecto
San Pedro de Alcántara aprobó su espíritu
San Luis Beltrán la animó a llevar adelante su proyecto de reformar la Orden del Carmen, concebido hacia dicho año.
Teresa quería fundar en Ávila un monasterio para la estricta observancia de la regla de su orden, que comprendía la obligación de la pobreza, de la soledad y del silencio.
Por mandato de su confesor, el dominico Pedro Ibáñez, escribió su vida en 1561
Trabajo que terminó hacia junio de 1562
Añadió, por orden de fray García de Toledo, la fundación de San José
Y por consejo de Soto volvió a escribir su vida en 1566.
Aquí es oportuno copiar al biógrafo francés Pierre Boudot:
En todas las páginas del libro de su vida se ven las huellas de una pasión viva, de una franqueza conmovedora, y de un iluminismo consagrado por la fe de fieles.
Todas sus revelaciones atestiguan que creía firmemente en una unión espiritual entre ella y Jesucristo
Veía a Dios, la Virgen, los santos y los ángeles en todo su esplendor, y de lo alto recibía inspiraciones que aprovechaba para la disciplina de su vida interior.
En su juventud las aspiraciones que tuvo fueron raras y parecen confusas
Sólo en plena edad madura se hicieron más distintas, más numerosas y también más extraordinarias.
Pasaba de los cuarenta y tres años cuando por vez primera vivió un éxtasis.
Sus visiones intelectuales se sucedieron sin interrupción durante dos años y medio de 1559 a 1561
Sea por desconfianza, sea para probarla, sus superiores le prohibieron que se abandonase a estos fervores de devoción mística, que eran para ella una segunda vida, y le ordenaron que resistiera a estos arrobamientos, en que su salud se consumía.
Vi a un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal… No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parece todos se abrasan… Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas: al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento… Los días que duraba esto andaba como embobada, no quisiera ver ni hablar, sino abrasarme con mi pena, que para mí era mayor gloria, que cuantas hayan tomado lo criado.
Vida de Santa Teresa, cap. XXIX
Para perpetuar la memoria de dicha misteriosa herida, el Papa Benedicto XIII, a petición de los Carmelitas de España e Italia, estableció en 1726 la fiesta de la transverberación del corazón de Santa Teresa.
Hasta exhalar el último suspiro Teresa gozó la dicha de conversar con las personas divinas, que la consolaban o revelaban ciertos secretos del cielo; la de ser transportada al infierno o al purgatorio, y aun la de presentir lo venidero.
Fundaciones
El Convento de San José en Ávila.
A fines de 1561 recibió Teresa cierta cantidad de dinero que le remitió desde el Perú uno de sus hermanos, y con ella se ayudó para continuar la proyectada fundación del Convento de San José. Para la misma obra contó con el concurso de su hermana Juana, a cuyo hijo Gonzalo se dice que resucitó la Santa.
Descontenta con la relajación de las normas que en 1432 habían sido mitigadas por Eugenio IV, Teresa decidió reformar la orden para volver a la austeridad, la pobreza y la clausura que consideraba el auténtico espíritu carmelitano.
Pidió consejo a Francisco de Borja y a Pedro de Alcántara que aprobaron su espíritu y su doctrina.
Después de dos años de luchas llegó a sus manos la bula de Pío IV para la erección del convento de San José, en Ávila, ciudad a la que había regresado Teresa. Se abrió el monasterio de San José el 24 de agosto de 1562, tomaron el hábito cuatro novicias en la nueva Orden de las Carmelitas Descalzas de San José
Las religiosas reformadas dormían sobre un jergón de paja; llevaban sandalias de cuero o madera; consagraban ocho meses del año a los rigores del ayuno y se abstenían por completo de comer carne. Teresa no quiso para ella ninguna distinción, antes bien siguió confundida con las demás religiosas no pocos años.
La reforma propugnada por Teresa junto a San Juan de la Cruz, que, como se verá, comprendió también a los hombres, se llamó de los Carmelitas Descalzos, y progresó rápidamente
No obstante los escasos recursos de que disponía la santa. Por entonces se empezó a tratar de la reforma para hombres.
En 1562 llegó a Malagón y fundó otro monasterio de la reforma.
El monasterio fue bendecido en su inauguración el día de Ramos
Se afirma que vio Teresa milagrosamente el martirio del Padre Acevedo y otros 40 Jesuitas asesinados en 1570 por el pirata protestante Jacobo Soria. Tras una visita a Pastrana, de donde regresó a Toledo, entró en Ávila en agosto.
En 1572, año en que Teresa recibió muchos favores espirituales en el convento de la Encarnación tales como su desposorio místico con Jesucristo y un éxtasis en el locutorio cuando conversaba con San Juan de la Cruz.
Teresa, que en el transcurso de su vida escribió muchas cartas
Estuvo en Salamanca en 1573, allí, obedeciendo a su director, el jesuita Ripalda y redactó el libro de Las fundaciones.
El éxtasis de Santa Teresa en escultura de Gian Lorenzo Bernini.
Se denunció a la Inquisición por vez primera la autobiografía de Teresa,
En Beas recibió una denuncia que puso la princesa de Éboli a la Inquisición española por el Libro de su Vida.
Delatada a la Inquisición por una religiosa salida del convento, eligió para su residencia el convento de Toledo.
En Toledo en compañía de Ana de San Bartolomé, a la que había tomado por secretaria concluyó el libro de Las fundaciones, las cuales se suspendieron en los cuatro años que duraron las persecuciones y conflictos entre calzados y descalzos.
Propaladas muchas calumnias contra Teresa, se trató de enviarla a un convento americano.
Hizo la santa un viaje de Toledo a Ávila (julio de 1577), para someter a la Orden del Carmen el convento de San José, antes sujeto al ordinario. Miguel de la Columna y Baltasar de Jesús, desertores de la reforma, extendieron las calumnias contra los descalzos, a los que con tal motivo persiguió el nuncio Felipe Sega. Acudió Teresa al rey, que tomó en sus manos el asunto.
Las monjas de la Encarnación, en Ávila, la eligieron priora, a pesar de las censuras del padre Valdemoro (octubre de 1577).
La santa escribió en julio a noviembre el libro de Las moradas
Sostuvo luego en 1578 una polémica con el padre Suárez, provincial de los Jesuitas, y el nuncio redobló sus persecuciones hasta el punto de pretender destruir la reforma, desterrando a los principales descalzos y confinando a Toledo a Teresa, por él calificada de fémina inquieta y andariega.
En Sevilla un confesor delató a la Inquisición las supuestas faltas de la priora de las descalzas y de Teresa misma, sobre lo cual se formó un ruidoso expediente que puso en claro la inocencia de ambas.
Aquel año de (1578) la santa lo pasó en Ávila, y fue el más triste para Teresa, pues en una de sus cartas decía que le hacían guerra todos los demonios.
Por entonces se hizo otra denuncia del Libro de su Vida.
Desde principios de 1579 comenzó a calmarse la tempestad contra Teresa y su reforma
La santa escribió en Ávila (6 de junio) los cuatro avisos que dijo haber recibido del mismo Dios para aumento y conservación de su orden, los cuales publicó Fray Luis de León al fin del libro de la Vida
De Ávila salió para visitar sus conventos.
Regresó a Toledo, a pesar del mal estado de su salud y de los dolores de un brazo que se había roto (1577) resultado de una caída.
En Toledo tuvo una parálisis y fallas cardíacas, que la pusieron a las puertas de la muerte.
El Papa Gregorio XIII expidió las bulas para la formación de provincia aparte para los descalzos.
Teresa visitó Medina y Valladolid, donde cayó gravemente enferma.
Nueve meses después de su muerte abrieron el ataúd y comprobaron que el cuerpo estaba entero y los vestidos podridos. Antes de devolver el cuerpo al cofre de enterramiento le diseccionaron una mano que envolvieron en una toquilla y la llevaron a Ávila. De esa mano cortó el padre Gracián el dedo meñique y, según su propio relato, lo mantuvo con él hasta que fue hecho prisionero por los turcos. Lo rescató a cambio de unas sortijas y 20 reales de la época.
Reliquia del corazón de Santa Teresa. Carmelitas de Alba de Tormes.
Reunido el capítulo de los descalzos, acordó que el cuerpo de Teresa debía volver a Ávila y ser custodiado en el convento de san José. Se hizo el traslado un sábado de noviembre de 1585, casi en secreto. Las monjas del convento de Alba de Tormes pidieron quedarse con un brazo como reliquia. Cuando el duque de Alba se enteró del traslado, envió sus quejas a Roma e hizo negociaciones para recuperarlo. El cuerpo volvió de nuevo a Alba de Tormes.
Después de estos hechos no la volvieron a trasladar más, pero se sacaron varias reliquias:
El pie derecho y parte de la mandíbula superior están en Roma.
La mano izquierda, en Lisboa.
El ojo izquierdo y la mano derecha, en Ronda (España). Esta es la famosa mano que Francisco Franco conservó hasta su muerte, tras recuperarla las tropas franquistas de manos republicanas durante la Guerra Civil Española.
El brazo izquierdo y el corazón, en sendos relicarios en el museo de la iglesia de la Anunciación en Alba de Tormes. Y el cuerpo incorrupto de la santa en el altar mayor, en un arca de mármol jaspeado custodiado por dos angelitos, en dicha iglesia.
Un dedo, en la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto en París.
Otro dedo en Sanlúcar de Barrameda.
Dedos y otros restos santos, esparcidos por España y toda la cristiandad.
Vidriera del Convento de Santa Teresa.
Cultivó además Teresa la poesía lírico-religiosa.
Las obras místicas de carácter didáctico más importantes de cuantas escribió la santa se titulan:
Camino de perfección 1562–1564
Conceptos del amor de Dios
El castillo interior o Las moradas.
Vida de Santa Teresa de Jesús (1562–1565) escrita por ella misma y cuyos originales se encuentran en la biblioteca del Monasterio de San Lorenzo del El Escorial;
Libro de las relaciones
Libro de las fundaciones (1573–1582)
Libro de las constituciones 1563
Avisos de Santa Teresa
Modo de visitar los conventos de religiosas
Exclamaciones del alma a su Dios
Meditaciones sobre los cantares
Visita de descalzas
Avisos; Ordenanzas de una cofradía;
Apuntaciones
Desafío espiritual y Vejamen
También escribió poesías, escritos breves y escritos sueltos sin considerar una serie de obras que se le atribuyen.
Teresa escribió también 409 Cartas, publicadas en distintos epistolarios.
Los escritos de la santa se han traducido a varios idiomas.
El nombre de Santa Teresa de Jesús figura en el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Real Academia Española.
El retrato más fiel a su apariencia, es una copia de un original pintado de ella en 1576 a la edad de 61 años.
Fray Juan de la Miseria pintó el rostro de Santa Teresa sobre lienzo, que es el cuadro más parecido al aspecto original, por realizarlo con la protagonista delante de sus ojos, y con los pinceles en la mano.
Su confesor, Francisco de Ribera, trazó así el retrato de Teresa:
Los capítulos 11 a 23 del libro de La Vida son un tratado de oración clásico y único, donde compara los niveles de oración con cuatro formas de regar un huerto. Las flores que este dará son las virtudes:
1. Riego acarreando el agua con cubos desde un pozo.
Corresponde con la oración mental, interior o meditativa, que es un discurso intelectual sin repetición de oraciones aprendidas. Se trata de recoger el pensamiento en el silencio, y evitar las continuas distracciones. La definición de Teresa de oración mental está recogida en el Catecismo de la Iglesia católica: «[…] que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (Vida, 8, 5). Es la etapa que más esfuerzo personal requiere para tomar la decisión de iniciar este camino.
2. Riego trasegándola con una noria.
Oración de quietud: también llamada contemplativa. La memoria, la imaginación y razón experimentan un recogimiento grande, aunque persisten las distracciones ahonda la concentración y la serenidad. El esfuerzo sigue siendo personal, se comienza a gustar de los frutos de la oración, lo que nos anima a perseverar.
3. Riego con canales desde una acequia.
Oración de unión: el esfuerzo personal del orante es ya muy pequeño: memoria, imaginación y razón son absorbidas por un intenso sentimiento de amor y sosiego: «el gusto y suavidad y deleite es más sin comparación que lo pasado» (Vida 16,1).
4. Riego con la lluvia que viene del cielo.
Éxtasis o arrobamiento: se pierde el contacto con el mundo por los sentimientos. «Acá no hay sentir, sino gozar sin entender lo que se goza» (Vida 18, 1), se pierde incluso la sensación de estar en el cuerpo y cualquier posible control sobre lo que nos acontece. Corresponden con las descripciones de levitación.
En el libro Camino de Perfección (también llamado el Castillo Interior o Las Moradas) detalla las etapas de la oración en 7 pasos. Describiendo el alma como un castillo de cristal o diamante al que se entra por medio de la oración y en el que se van recorriendo diversas moradas.
Teresa insiste en perseverar en la oración con humildad frente a Dios sin exigir o buscar experiencias sobrenaturales: … importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino; y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo está más alto … (Camino de Perfección 27,2).
O dicho de otra forma: «el verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor» (Camino de Perfección 15, 2).
Capitana de los Reinos de España.
Este título fue proclamado por las Cortes en 1626 pero los partidarios de Santiago apóstol consiguieron revocar el acuerdo.
Doctora Honoris Causa por la Universidad de Salamanca.
Patrona de los escritores en lengua española.
Alcaldesa de la Villa de Alba de Tormes (título honorífico) desde el año 1963.
Doctora de la Iglesia Católica, declarada en 1970.
La película Santa Teresa de Jesús, dirigida en 1961 por Juan de Orduña, versó sobre la vida de la Santa.
En 1984 Josefina Molina rodó una nueva película de igual título, protagonizada por Concha Velasco, que en ese mismo año, en una versión más extensa