Relata autor el esplendor del hotel Regis y memorias de la capital del país
Ese protagonista del siglo XX figura en un libro
Ahí se cerraron diputaciones y senadurías, dice Sergio Peralta a La Jornada
Las cosas estaban más centralizadas que ahora y todo se tenía que hacer en la ciudad de México
Sergio Peralta Sandoval convierte al hotel Regis, que estaba en el centro de la ciudad de México, en un personaje, testigo de desfiles revolucionarios y manifestaciones, quizás algunas similares a las de hoy; vio pasar el avión de Amelia Earhart, la desaparecida piloto estadunidense, explica a La Jornada
Reyes Martínez Torrijos
La Jornada
El hotel Regis, ubicado en el corazón de la ciudad de México durante 70 años, albergó a políticos encumbrados, reconocidos intelectuales y actores; fue testigo de hechos históricos que ocurrieron dentro y ante sus puertas y fue destruido por el terremoto de 1985. Este es el tema de la memoria que con el mismo nombre publica Sergio Peralta Sandoval.
El libro Hotel Regis: un protagonista del siglo XX (Diana) recorre los años de esplendor del conocido sitio de hospedaje, con decenas de anécdotas sobre sus espacios como el Capri, billares, baños de vapor, su fuente de sodas; testigo de la inauguración del Palacio de Bellas Artes, en 1934, y de la Torre Latinoamericana en 1956.
La idea es rescatar esas memorias de la ciudad de México y de este importante punto de reunión del país, mostrarlas a quienes no las conocen y volcar algunos gratos recuerdos de quienes vivieron buena parte de esto, expresa a La Jornada Peralta Sandoval, quien vivió en el hotel mientras su padre lo administraba y luego asumió el cargo que aquel dejó.
Alojó al periódico El Imparcial
El edificio, situado a un costado de la Alameda Central, se construyó para albergar el periódico El Imparcial, de Rafael Reyes Spíndola, quien tras sufrir problemas económicos lo vendió. Para 1914, Rodolfo Montes adquirió la propiedad con el nombre de Hotel Regis, que sobrevivió hasta 1985.
Hacia 1944 pasó a manos de Anacarsis Carcho Peralta Díaz Ceballos. Desde entonces, recuerda Sergio Peralta, lo empieza a modificar, lo transforma; ahí nace El Capri, el restaurante Paolo, y la taberna El Greco y estableció una de las primeras fuentes de sodas que hubo en México.
El hotel Regis reunió en la fuente de sodas a actores como “Jorge Negrete, Antonio Badú y Rubén Rojo; al compositor de tango Mariano Mores; a intelectuales y muchas personas de la época y muchísimas historias.
Los baños de vapor del Regis fueron superconocidos por famosos quienes llegaban. Todos los políticos, toreros; ahí se cerraron diputaciones, senadurías. Arreglos políticos y económicos. Muchísimas personas tomaban el Regis como oficina o extensión de su casa, refiere Peralta Sandoval.
Y agrega: La época de esplendor del Regis ocurrió a la par del de la ciudad de México. Estaba en el corazón y eso le permitió vivir una serie de acontecimientos: desfiles revolucionarios, manifestaciones de todo tipo, quizás algunas similares a las que vivimos ahora; vio el avión de Amelia Earhart, la famosa piloto estadunidense.
Resume: Las cosas estaban más centralizadas que ahora. Cualquier persona que deseaba arreglar un asunto burocrático, político, de negocios, lo tenía que hacer en la ciudad de México. ¿Dónde lo hacía? En el Regis, porque sabía que ahí convergía todo.