Murió el guitarrista José Luis Domínguez
Esencial del sonido de Arpía y Nine Rain
La escuela DIM, una de las contribuciones del músico, formador de roqueros y jazzistas
De la Redacción
La Jornada
Los grupos Arpía y Nine Rain, además de músicos como Cecilia Toussaint y Jaime López, tuvieron el privilegio de contar con la música del guitarrista mexicano José Luis Domínguez, quien murió este domingo.
Al margen de su labor de músico, Domínguez destacó en la labor de docencia: fundó la escuela Desarrollo Integral Musical (DIM), que ha formado un sinnúmero de cuadros de las nuevas generaciones, sobre todo las encaminadas al rock, jazz y sonidos circundantes.
El Gordo, como sus amigos le decían de cariño, en 2012 comentó en estas páginas: No tengo miedo y enfrento mi realidad. Si mañana me tocara morir estaría conforme, porque he sido un ser humano muy afortunado. No tengo ninguna religión, pero sé que tengo aún varias cosas por hacer.
Ese año se organizó un concierto en su beneficio.
Domínguez era un excelente intérprete, pero mejor ser humano. Generoso, abrió su escuela a principios de 2000. El objetivo esencial de DIM, afirmaba, es no dar a los alumnos fórmulas ni formatos para hacerlos estrellas; no tiene que ser una fábrica de astros, sino de músicos.
Abundaba: “En México, de la mayoría de escuelas de música salen jóvenes que tan sólo hallan trabajo en el hueso (formando parte de un grupo, por ejemplo) o tocando cóvers, pero a la larga eso los frustra”.
Domínguez tocaba desde hace décadas en Arpía, grupo de Cecilia Toussaint, y desde hace algunos años en Nine Rain. En mi generación ser músico era más de actitud, pero ahora hay que sumar conocimiento y lo que sé es como persona.
Negaba que tener formación académica quite el filin, lo emotivo, al tocar. “El filin sin conocimiento no funciona. Hay que prepararse y tener disciplina. En general, el medio es mediocre porque los músicos sólo sobreviven. Tienen que tocar diario para ganar 500 pesos por show, pero uno va dejando la juventud. Creces y no tienes en qué caer muerto. Yo toqué cóvers, pero salí, y los que siguen haciéndolo ganan una miseria”.