“El inquilino del hielo”
“Rompe el mito de la tradición y de las buenas maneras y vuela
siéntete meteorito o astro o simple avión de papel y
cuando estés en el aire
ingrávido
esparce la semilla de tu nombre sobre los yermos campos del silencio”.
Autoridades y maestros se niegan a hacer el esfuerzo para recibirlos, lamentan
Niños con autismo son víctimas frecuentes de bullying: expertos
Si se explica a compañeros la condición de un menor, lo acogen y dejan de burlarse, confirman estudios
Tabaquismo, consumo de alcohol en el embarazo y contaminación ambiental, elementos de riesgo
Carolina Gómez Mena
La Jornada
Aunque cada vez existe mayor conocimiento sobre el autismo y se han roto paradigmas respecto a este problema, aún prevalece la discriminación y segregación hacia los niños que lo presentan, muchos de ellos son víctimas de bullying, coincidieron expertos en el tema.
Lilia Albores Gallo, jefa de investigación en epidemiología genética clínica y comunitaria del Hospital siquiátrico infantil doctor Juan N. Navarro de la Secretaría de Salud (Ssa), señaló que es lamentable que los menores que presentan esta condición del espectro autista sufran bullying, lo cual está muy reportado; así como la discriminación que se hace en escuelas, lo vemos con frecuencia. A veces las escuelas no quieren hacer el esfuerzo (para recibir a estos infantes). Hay que sensibilizar a los maestros y a los alumnos. Estudios confirman que si se explica a los compañeros la situación del niño, lo acogen y dejan de burlarse.
Marta Soler, coordinadora de la clínica de autismo Elvira Murga, del Centro Integral de Salud Mental (Cisame), dijo que se debe promover el derecho al respeto de estos infantes, pues así se contribuye a mejorar las condiciones de vida de los niños y adultos que viven con autismo, y condenó el bullying hacia este sector.
En el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, que se conmemora cada 2 de abril, las especialistas coincidieron en la importancia de proporcionar atención temprana a estos niños. Al respecto, Virginia González Torres, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental de la Ssa, indicó que en la clínica de autismo le apostamos mucho a la intervención temprana, si es posible, antes de los dos años, así se tiene 50 por ciento de mayor probabilidad para que tengan importances avances, según el nivel de autismo que tengan.
Soler subrayó que estamos intentando que haya una detección cada vez más temprana, para lo cual se dan cursos a maestros”, a quienes se enseña a identificar a los niños con el padecimiento y canalizarlos. Este año se proyecta dar pláticas a pediatras y a directores de guarderías, para que, de ser el caso, puedan detectar estos casos. Remarcó que cuanto antes se identifica y se comienza la terapia, se contribuye a un mejor desarrollo, avanzan notablemente.
Albores Gallo comentó que en el desarrollo de esta condición inciden factores genéticos y ambientales. Se sabe que los genes intervienen, pero también la edad paterna (a partir de los 35 años) y el tabaquismo materno durante la gestación son elementos de riesgo para el autismo, al igual que la exposición a la contaminación, tanto durante la etapa prenatal como en la posnatal, y la ingesta de bebidas alcohólicas por parte de la madre, sobre todo en el primer trimestre del embarazo.
Luego de señalar que sólo 25 por ciento de los autistas presentan discapacidad intelectual, indicó que la prevalencia de autismo en el país es similar a la mundial, de uno por ciento. Un estudio publicado hace un mes refiere que en México se ubica en 0.89.
Ana María Olvera, mamá de Santiago, de tres años y medio de edad, señaló que conseguir ayuda fue muy dificil, pues existe mucha ignorancia e indolencia en las instituciones públicas y privadas, así como entre el personal médico respecto al autismo. Narró que tuvo muchas negativas en su peregrinar para lograr atención para su hijo, hasta que fue canalizada a clínica del autismo del Cisame. Allí obtuvo el diagnóstico (autismo con sintomatología moderada) y el tratamiento. Apuntó que cuando Santiago inició su terapia, en enero, sólo empleaba 10 palabras y ahora usa alrededor de 60.
En México, y en el resto del mundo, la prevalencia del autismo es cercana al uno por ciento. Es complejo, porque pertenece a los trastornos del neurodesarrollo y se caracteriza por alteraciones en la comunicación desde etapas tempranas.
Los niños se ven impedidos para establecer un contacto con el exterior, explicó Jacqueline Cortés Morelos, investigadora con especialidad en Siquiatría de la Facultad de Medicina de la UNAM.
No existe un factor que lo precipite, es multifactorial y tiene un alto índice de heredabilidad; todos los trastornos del espectro autista tienen esta condición muy alta, casi de 100 por ciento, dijo en ocasión del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que se conmemora hoy, 2 de abril.
“Viven en su propio mundo, entonces, al crecer adquieren pocas herramientas de neurodesarrollo, que son habituales para los demás infantes. Pueden llegar a carecer de comunicación verbal, y no verbal; no ofrecen respuestas a señales; tienen movimientos repetitivos (manerismos): se mecen, aletean o acarician su cabello”, describió la académica.
Además, se les dificulta expresar sus emociones, ser empáticos, receptivos o tener conductas enfocadas a la supervivencia. Por ejemplo, golpean la mesa, el plato, el garrafón de agua para solicitar alimento o saciar su sed. Si tienen cambios en su ambiente, tienden a agitarse porque todo se les hace extraño; en consecuencia, tienen conductas desadaptativas que expresan con llanto, gritos o agresiones.
Identificación
Aunque el autismo puro es un trastorno que no se cura, existen métodos de adaptación y aminoramiento, como psicoterapias y medicamentos que pueden lograr mejor calidad de vida, sobre todo en lo social y en lo afectivo, indicó Cortés Morelos.
“Se puede detectar a partir de la etapa de lactante, cuando el niño ya tiene ciertas conductas sociales, como la denominada ‘sonrisa social’, o cuando el bebé ríe con otras personas o juega. Incluso alrededor de los ocho meses tienen algo que nosotros conocemos como “jerga” y hablan sin decir palabras; todavía no pueden frasear, pero balbucean constantemente. Los autistas no lo hacen, no entablan una interacción”, apuntó.
Las alteraciones en la comunicación son las principales características de quienes padecen ese trastorno. “Los padres o la figura de apego lo identificarán de inmediato como algo anormal. Lo ideal entonces es que se acuda con un especialista en psiquiatría infantil (paidopsiquiatra), que se responsabilice del diagnóstico y el tratamiento.
No obstante, será la inclinación afectiva la que facultará la adaptación de una persona con autismo, como lo externó el escritor español Miguel Ángel Lladó Ribas, padre de un hijo con autismo, en su libro “El Inquilino del Hielo”.