22 obras maestras de la literatura que te puedes leer en un par de viajes en metro

22 obras maestras de la literatura que te puedes leer en un par de viajes en metro

Aunque cada uno lee al ritmo que le place (faltaría más), una persona puede terminar una página de un libro en un minuto y medio. Quizá en menos. En dos trayectos largos en un transporte puede llegar a algo más de 100 páginas. Estos textos breves son perfectos para emocionarse y entretenerse

IANKO LÓPEZ

El País

Este ensayo sobre las mujeres y la literatura vive su mejor momento: se ha convertido en una reivindicación de la autonomía femenina. Si consideramos el momento en que se escribió (1929), resulta especialmente valeroso por el modo desprejuiciado con que Virginia Woolf (Londres, 1882- Sussex, 1941) trata temas que, como el lesbianismo, entonces eran tabú fuera del ámbito de la literatura picante. Cabe pensar que la recientemente fallecida crítica de arte feminista Linda Nochlin obtuviera aquí la inspiración para alguno de sus textos más conocidos. 1

‘Una habitación propia’, de Virginia Woolf: 108 páginas

Este ensayo sobre las mujeres y la literatura vive su mejor momento: se ha convertido en una reivindicación de la autonomía femenina. Si consideramos el momento en que se escribió (1929), resulta especialmente valeroso por el modo desprejuiciado con que Virginia Woolf (Londres, 1882- Sussex, 1941) trata temas que, como el lesbianismo, entonces eran tabú fuera del ámbito de la literatura picante. Cabe pensar que la recientemente fallecida crítica de arte feminista Linda Nochlin obtuviera aquí la inspiración para alguno de sus textos más conocidos.

 Qué bella historia la de esa adolescente francesa y pobre que vive su primera relación amorosa con un adulto chino y rico en la Indochina colonial. Qué terrible historia también. Éxito de ventas inmediato en los ochenta, ganó el premio Goncourt y se convirtió en la obra más popular de su autora, la reivindicable Marguerite Duras (Saigón, 1914- París, 1996). Lo más importante en ella es todo lo que no se dice, y que traza el retrato perfecto de la decadencia implícita en toda aventura colonial, que solo emerge de manera evidente en sus últimas fases.

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‘El amante’, de Marguerite Duras: 152 páginas

Qué bella historia la de esa adolescente francesa y pobre que vive su primera relación amorosa con un adulto chino y rico en la Indochina colonial. Qué terrible historia también. Éxito de ventas inmediato en los ochenta, ganó el premio Goncourt y se convirtió en la obra más popular de su autora, la reivindicable Marguerite Duras (Saigón, 1914- París, 1996). Lo más importante en ella es todo lo que no se dice, y que traza el retrato perfecto de la decadencia implícita en toda aventura colonial, que solo emerge de manera evidente en sus últimas fases.

 Aunque al final de su carrera la creatividad le flaqueaba un poco -la frenética vida social tampoco ayudaba-, a Truman Capote (Nueva Orleans, 1924- Los Ángeles, 1984) nunca le faltó ambición. Su idea original era alumbrar un monumento literario al estilo de ‘En busca del tiempo perdido’, pero frente a los siete volúmenes ‘proustianos’ él solo logró terminar cuatro capítulos breves e inconexos que empaquetó en este ‘Plegarias atendidas’. Poco importa: se trata de un precioso ejercicio a mitad de camino entre la novela de vanguardia y el puro cotilleo.

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‘Plegarias atendidas’, de Truman Capote: 172 páginas

Aunque al final de su carrera la creatividad le flaqueaba un poco -la frenética vida social tampoco ayudaba-, a Truman Capote (Nueva Orleans, 1924- Los Ángeles, 1984) nunca le faltó ambición. Su idea original era alumbrar un monumento literario al estilo de ‘En busca del tiempo perdido’, pero frente a los siete volúmenes ‘proustianos’ él solo logró terminar cuatro capítulos breves e inconexos que empaquetó en este ‘Plegarias atendidas’. Poco importa: se trata de un precioso ejercicio a mitad de camino entre la novela de vanguardia y el puro cotilleo.

 No cabe más sofisticación, más inteligencia y mordacidad que la que destilaba la pluma de Sidonie-Gabrielle Colette (Francia, 1873- Francia, 1954). Su vida libre y hedonista fue en sí misma una obra maestra, pero su producción literaria tampoco baja el listón. Y los amoríos –en dos entregas– entre la madura cortesana Léa de Lonval y el avieso joven Chéri en pleno esplendor de la ‘belle époque’ son solo un ejemplo.

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‘Chéri’, de Colette: 176 páginas

No cabe más sofisticación, más inteligencia y mordacidad que la que destilaba la pluma de Sidonie-Gabrielle Colette (Francia, 1873- Francia, 1954). Su vida libre y hedonista fue en sí misma una obra maestra, pero su producción literaria tampoco baja el listón. Y los amoríos –en dos entregas– entre la madura cortesana Léa de Lonval y el avieso joven Chéri en pleno esplendor de la ‘belle époque’ son solo un ejemplo.

 Un joven hipersensible experimenta un terrible sufrimiento emocional. Podría tratarse de una historia de angustia urbana contemporáneo, pero el protagonista vive en la Alemania del siglo XIX. Dado lo conocido del episodio, no creemos estar incurriendo en un destripamiento de la trama (sí, en un ‘spoiler’) cuando desvelamos que Werther termina quitándose la vida –sería como decir lo mismo de Romeo y Julieta-, un final que en su día fue imitado por miles de jóvenes de medio mundo. El romanticismo fue para muchos un juego bastante extremo.

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‘Las penas del joven Werther’, de Goethe: 144 páginas

Un joven hipersensible experimenta un terrible sufrimiento emocional. Podría tratarse de una historia de angustia urbana contemporáneo, pero el protagonista vive en la Alemania del siglo XIX. Dado lo conocido del episodio, no creemos estar incurriendo en un destripamiento de la trama (sí, en un ‘spoiler’) cuando desvelamos que Werther termina quitándose la vida –sería como decir lo mismo de Romeo y Julieta-, un final que en su día fue imitado por miles de jóvenes de medio mundo. El romanticismo fue para muchos un juego bastante extremo.

 Cuando Françoise Sagan (Francia, 1935- Francia, 2004) publicó esta novela en 1954 era una recién llegada de 18 años, lo que sirvió para echar más leña al fuego del escándalo. No faltaron los comentarios a cargo de gente influyente, como el escritor católico François Mauriac, que llamó a la autora «charmant petit monstre» (algo así como «pequeño monstruo encantador»: ¡qué precioso insulto, quién lo pillara!). Hoy esta historia melancólica sobre las ambiguas relaciones entre un ‘play-boy’ y su hija en un ambiente de lujo y frivolidad de la Costa Azul no nos inspira tanto aspaviento, pero a cambio sigue admirándonos por la calidad de su escritura.

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‘Buenos días, tristeza’, de Françoise Sagan: 127 páginas

Cuando Françoise Sagan (Francia, 1935- Francia, 2004) publicó esta novela en 1954 era una recién llegada de 18 años, lo que sirvió para echar más leña al fuego del escándalo. No faltaron los comentarios a cargo de gente influyente, como el escritor católico François Mauriac, que llamó a la autora «charmant petit monstre» (algo así como «pequeño monstruo encantador»: ¡qué precioso insulto, quién lo pillara!). Hoy esta historia melancólica sobre las ambiguas relaciones entre un ‘play-boy’ y su hija en un ambiente de lujo y frivolidad de la Costa Azul no nos inspira tanto aspaviento, pero a cambio sigue admirándonos por la calidad de su escritura.

 Hay novelas que parecen concebidas enteramente como mera excusa para llegar a un determinado final. Este podría ser uno de esos casos, pero no importa en absoluto, porque ese final es tan poderoso, y el camino recorrido hasta él tan apasionante, que damos por bueno el artificio e incluso exclamamos: “¡Bravo!”.

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‘El coronel no tiene quien le escriba’, de Gabriel García Márquez: 104 páginas

Hay novelas que parecen concebidas enteramente como mera excusa para llegar a un determinado final. Este podría ser uno de esos casos, pero no importa en absoluto, porque ese final es tan poderoso, y el camino recorrido hasta él tan apasionante, que damos por bueno el artificio e incluso exclamamos: “¡Bravo!”.

 Un nuevo ejemplo de que la muerte y la pérdida del amor son temas literarios imbatibles. Sobre todo cuando se tratan desde la prosa más exquisita. La afición de los irlandeses por los cánticos y el alcohol también son elementos indispensables en este hermoso libro, para qué vamos a negarlo. John Huston adaptó el libro al cine en la maravillosa ‘Dublineses’ (1987), que sería su última película.

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‘Los muertos’, de James Joyce: 80 páginas

Un nuevo ejemplo de que la muerte y la pérdida del amor son temas literarios imbatibles. Sobre todo cuando se tratan desde la prosa más exquisita. La afición de los irlandeses por los cánticos y el alcohol también son elementos indispensables en este hermoso libro, para qué vamos a negarlo. John Huston adaptó el libro al cine en la maravillosa ‘Dublineses’ (1987), que sería su última película.

 Con este fascinante ensayo, Junichiro Tanizaki (Japón, 1886-1965) no solo nos enseña que muchas de las cosas que consideramos verdades universales son en realidad prejuicios culturales, sino que mediante su dominio de la palabra escrita logra recrear imágenes inolvidables, como la de esa mujer que en la oscuridad nos presenta un rostro níveo en el que se incrusta una sonrisa de dientes lacados de negro

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‘Elogio de la sombra’, de Junichiro Tanizaki: 96 páginas

Con este fascinante ensayo, Junichiro Tanizaki (Japón, 1886-1965) no solo nos enseña que muchas de las cosas que consideramos verdades universales son en realidad prejuicios culturales, sino que mediante su dominio de la palabra escrita logra recrear imágenes inolvidables, como la de esa mujer que en la oscuridad nos presenta un rostro níveo en el que se incrusta una sonrisa de dientes lacados de negro.

 Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936) nos regaló esta curiosa historia de represión sexual sobre un personaje producto de las expectativas que la sociedad depositaba –que en gran medida aún deposita- en las mujeres. También cabe interpretarla como la historia de una mujer que se las arregla para conseguir lo que quiere –la maternidad– sin atravesar por los trámites –matrimonio y sexo- que se suponían obligatorios para ello. En suma, una heroína. 10

‘La tía Tula’, de Miguel de Unamuno: 176 páginas

Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936) nos regaló esta curiosa historia de represión sexual sobre un personaje producto de las expectativas que la sociedad depositaba –que en gran medida aún deposita- en las mujeres. También cabe interpretarla como la historia de una mujer que se las arregla para conseguir lo que quiere –la maternidad– sin atravesar por los trámites –matrimonio y sexo- que se suponían obligatorios para ello. En suma, una heroína.

 Muchos vieron en este pequeño libro una especie de ensayo de lo que años después sería ‘Plataforma’, uno de los más polémicos libros del polémico autor francés Michel Houellebecq (Isla Reunión, 1956). Pero sería injusto entender esta pequeña joya como el prólogo de nada. Aquí, en poco más de 100 páginas, Houellebecq nos presenta un retrato casi impecable de los anhelos del turista occidental, seducido por el entorno (en este caso lunar) y por sus compañeros de viaje (en este caso humanos que parecen marcianos). Aparecen dudas existenciales, análisis del concepto posmoderno de ocio, sectas y algunas obsesiones que definirían más tarde la literatura y la imagen pública de Houellebecq. 11

‘Lanzarote’, de Michel Houellebecq: 112 páginas

Muchos vieron en este pequeño libro una especie de ensayo de lo que años después sería ‘Plataforma’, uno de los más polémicos libros del polémico autor francés Michel Houellebecq (Isla Reunión, 1956). Pero sería injusto entender esta pequeña joya como el prólogo de nada. Aquí, en poco más de 100 páginas, Houellebecq nos presenta un retrato casi impecable de los anhelos del turista occidental, seducido por el entorno (en este caso lunar) y por sus compañeros de viaje (en este caso humanos que parecen marcianos). Aparecen dudas existenciales, análisis del concepto posmoderno de ocio, sectas y algunas obsesiones que definirían más tarde la literatura y la imagen pública de Houellebecq.

 Absurdo + Costumbrismo = Terror. Resulta difícil no identificarse con el pobre Gregorio Samsa, que amanece una mañana convertido en un insecto gigante, a pesar de que el sentido común nos diga que algo así nunca nos ocurrirá a nosotros, al menos literalmente. Todos nos hemos sentido alguna vez bichos raros en un mundo en el que no encajamos y que nos rechaza instintivamente, aunque negocie con nosotros una coexistencia pacífica que por otro lado puede saltar por los aires en cualquier momento. El genio que lo escribió fue Franz Kafka (Praga, 1883- Kierling, 1924). 12

‘La metamorfosis’, de Franz Kafka: 100 páginas

Absurdo + Costumbrismo = Terror. Resulta difícil no identificarse con el pobre Gregorio Samsa, que amanece una mañana convertido en un insecto gigante, a pesar de que el sentido común nos diga que algo así nunca nos ocurrirá a nosotros, al menos literalmente. Todos nos hemos sentido alguna vez bichos raros en un mundo en el que no encajamos y que nos rechaza instintivamente, aunque negocie con nosotros una coexistencia pacífica que por otro lado puede saltar por los aires en cualquier momento. El genio que lo escribió fue Franz Kafka (Praga, 1883- Kierling, 1924).

 Uno de los mejores relatos del ‘boom’ latinoamericano es esta novela breve que nos hace pensar en un improbable cruce mexicano entre Henry James y Edgar Allan Poe. La narración en segunda persona es una astuta argucia de Carlos Fuentes (Panamá, 1928- México, 2012) para convertir su lectura en una sesión de hipnosis. 13

‘Aura’, de Carlos Fuentes: 80 páginas

Uno de los mejores relatos del ‘boom’ latinoamericano es esta novela breve que nos hace pensar en un improbable cruce mexicano entre Henry James y Edgar Allan Poe. La narración en segunda persona es una astuta argucia de Carlos Fuentes (Panamá, 1928- México, 2012) para convertir su lectura en una sesión de hipnosis.

 “Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé”. Así empieza la primera novela del existencialista Albert Camus (Mondovi, 1913- Borgoña, 1960), protagonizada por un hombre, Meursault, antihéroe –perdón por el cliché- que parece vivir bajo los efectos de una anestesia emocional permanente. Pronto comprendemos que su actitud es en realidad un escudo frente a la agresión de la insensata existencia humana. Por supuesto. 14

‘El extranjero’, de Albert Camus: 116 páginas

“Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé”. Así empieza la primera novela del existencialista Albert Camus (Mondovi, 1913- Borgoña, 1960), protagonizada por un hombre, Meursault, antihéroe –perdón por el cliché- que parece vivir bajo los efectos de una anestesia emocional permanente. Pronto comprendemos que su actitud es en realidad un escudo frente a la agresión de la insensata existencia humana. Por supuesto.

 Aseguran los expertos que Sigmund Freud (Príbor, 1856- Londres, 1939) está desfasado, y que la mayor parte de sus conclusiones hay que cogerlas con pinzas. Sin embargo, cuando los profanos nos enfrentamos a sus escritos nos seduce tanto la belleza y sencillez del verbo, la secreta poesía que el padre del psicoanálisis insufla al lenguaje científico, que nos parece estar ante la verdad eterna de la vida. 15

‘Tres ensayos sobre teoría sexual’, de Sigmund Freud: 128 páginas

Aseguran los expertos que Sigmund Freud (Príbor, 1856- Londres, 1939) está desfasado, y que la mayor parte de sus conclusiones hay que cogerlas con pinzas. Sin embargo, cuando los profanos nos enfrentamos a sus escritos nos seduce tanto la belleza y sencillez del verbo, la secreta poesía que el padre del psicoanálisis insufla al lenguaje científico, que nos parece estar ante la verdad eterna de la vida.

 Se publicó originalmente por entregas, como los folletines del siglo XIX, pero ningún folletín de esa especie habría concebido a un extraterrestre que se pierde en el maremágnum de la Barcelona preolímpica tras adoptar la apariencia de la estrella del pop Marta Sánchez (“perímetro craneal, 57 centímetros; número de ojos, dos; longitud del rabo, 0.00 centímetros”) y a otro alienígena que va en su busca y por el camino descubre su adicción a los churros mezclados con whisky. Solo se le podía ocurrir a Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943). 16

‘Sin noticias de Gurb’, de Eduardo Mendoza: 160 páginas

Se publicó originalmente por entregas, como los folletines del siglo XIX, pero ningún folletín de esa especie habría concebido a un extraterrestre que se pierde en el maremágnum de la Barcelona preolímpica tras adoptar la apariencia de la estrella del pop Marta Sánchez (“perímetro craneal, 57 centímetros; número de ojos, dos; longitud del rabo, 0.00 centímetros”) y a otro alienígena que va en su busca y por el camino descubre su adicción a los churros mezclados con whisky. Solo se le podía ocurrir a Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943).

 Lejos del sentimentalismo o la hinchada épica de los poetas románticos de su tiempo, Rosalía de Castro (Santiago de Compostela, 1837- A Coruña, 1885) publicó este monumento de las letras gallegas donde no hay nada que no suene a verdad. Es íntimo, es profundo, es bellísimo. Es, sin duda, oro puro. 17

‘Follas novas’, de Rosalía de Castro: 112 páginas

Lejos del sentimentalismo o la hinchada épica de los poetas románticos de su tiempo, Rosalía de Castro (Santiago de Compostela, 1837- A Coruña, 1885) publicó este monumento de las letras gallegas donde no hay nada que no suene a verdad. Es íntimo, es profundo, es bellísimo. Es, sin duda, oro puro.

 Solo alguien con la brillantez de María Zambrano (Málaga, 1904- Madrid, 1991) podía alumbrar la idea de que existe una relación muy estrecha entre lo poético y lo filosófico, el pensamiento y la creación. Pensar que se trata de corrientes opuestas, viene a decirnos Zambrano en esta obra publicada durante su exilio, es una falacia. Qué mujer tan inteligente y tan necesaria… 18

‘Filosofía y poesía’, de María Zambrano: 123 páginas

Solo alguien con la brillantez de María Zambrano (Málaga, 1904- Madrid, 1991) podía alumbrar la idea de que existe una relación muy estrecha entre lo poético y lo filosófico, el pensamiento y la creación. Pensar que se trata de corrientes opuestas, viene a decirnos Zambrano en esta obra publicada durante su exilio, es una falacia. Qué mujer tan inteligente y tan necesaria…

 “A mí no me da asco de mi hijo”. ¿No es esta una de las frases más gloriosas de la literatura en castellano? Esta obra teatral telúrica y llena de poesía sobre una mujer que desearía tener hijos pero no puede nos remite a una de las grande neurosis contemporáneas –que es en realidad la gran neurosis de todas las sociedades obsesionadas con la natalidad-, y llega a soluciones bastante radicales para abolir el heteropatriarcado. “Yo misma he matado a mi hijo”, acaba diciendo Yerma. 19

‘Yerma’, de Federico García Lorca: 128 páginas

“A mí no me da asco de mi hijo”. ¿No es esta una de las frases más gloriosas de la literatura en castellano? Esta obra teatral telúrica y llena de poesía sobre una mujer que desearía tener hijos pero no puede nos remite a una de las grande neurosis contemporáneas –que es en realidad la gran neurosis de todas las sociedades obsesionadas con la natalidad-, y llega a soluciones bastante radicales para abolir el heteropatriarcado. “Yo misma he matado a mi hijo”, acaba diciendo Yerma.

 Contra lo que pueda pensarse, este texto del siglo XV se lee en un suspiro y sin especial dificultad, porque su lenguaje apenas ha envejecido en quinientos años. El negro sentido del humor, la agudeza con la que se caracteriza a los distintos personajes y el ritmo implacable son algunas de sus virtudes. Admitamos que el final resulta algo moralista, pero es una concesión de su autor que hay que comprender en una época en la que la Inquisición funcionaba a todo trapo. De todos modos, esto no lo salvó de la censura y el escándalo. 20

‘La Celestina’, de Francisco de Rojas (atribuido): 160 páginas

Contra lo que pueda pensarse, este texto del siglo XV se lee en un suspiro y sin especial dificultad, porque su lenguaje apenas ha envejecido en quinientos años. El negro sentido del humor, la agudeza con la que se caracteriza a los distintos personajes y el ritmo implacable son algunas de sus virtudes. Admitamos que el final resulta algo moralista, pero es una concesión de su autor que hay que comprender en una época en la que la Inquisición funcionaba a todo trapo. De todos modos, esto no lo salvó de la censura y el escándalo.

 Obra anónima del Siglo de Oro español que a través del protagonista, un pobre buscavidas que recibe palos por todas partes, retrata la larga decadencia de un imperio. El ciego maltratador que acaba probando su propia medicina, el hidalgo con muchas pretensiones pero sin un real, los clérigos de sexualidad disoluta, la avaricia eclesiástica, la supervivencia a toda costa… Muchos pensarán que de aquellos polvos vienen estos lodos, y quizá no se equivoquen. 21

‘El Lazarillo de Tormes’, Anónimo: 96 páginas

Obra anónima del Siglo de Oro español que a través del protagonista, un pobre buscavidas que recibe palos por todas partes, retrata la larga decadencia de un imperio. El ciego maltratador que acaba probando su propia medicina, el hidalgo con muchas pretensiones pero sin un real, los clérigos de sexualidad disoluta, la avaricia eclesiástica, la supervivencia a toda costa… Muchos pensarán que de aquellos polvos vienen estos lodos, y quizá no se equivoquen.

 El último libro del argentino Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970) fue de los más grandes y sorprendentes fenómenos literarios en España en 2017. Novela breve narrada con un estilo cercano pero nunca barato, narra una jornada en la vida de un literato argentino que coge el ferry de Buenos Aires a Montevideo con el fin de sacar una cantidad notable de dinero del banco. Casado y con hijo, el protagonista pasa una jornada frenética junto a una uruguaya que le hace sentir vivo hasta que le hace desear estar muerto. Narrada con ritmo y llena de ideas ingeniosas, ‘La uruguaya’ triunfa por su enorme capacidad de empatizar con el lector, quien no puede más que ver todas las malas decisiones que ha tomado en su vida pasar por las páginas del libro. Menos mal que es corto. 22

‘La uruguaya’, de Pedro Mairal: 144 páginas

El último libro del argentino Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970) fue de los más grandes y sorprendentes fenómenos literarios en España en 2017. Novela breve narrada con un estilo cercano pero nunca barato, narra una jornada en la vida de un literato argentino que coge el ferry de Buenos Aires a Montevideo con el fin de sacar una cantidad notable de dinero del banco. Casado y con hijo, el protagonista pasa una jornada frenética junto a una uruguaya que le hace sentir vivo hasta que le hace desear estar muerto. Narrada con ritmo y llena de ideas ingeniosas, ‘La uruguaya’ triunfa por su enorme capacidad de empatizar con el lector, quien no puede más que ver todas las malas decisiones que ha tomado en su vida pasar por las páginas del libro. Menos mal que es corto.