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Washington.
Desde la década de 1970, América del Norte ha perdido tres mil millones de aves, casi el 30 por ciento del total, debido principalmente a la pérdida de hábitats a causa de la actividad humana, que incluso ha propiciado el declive de pájaros comunes como gorriones y mirlos.
Las aves en esa región del continente están desapareciendo de los cielos a un ritmo sorprendente, revelaron esta semana investigadores estadounidenses y canadienses, quienes llevaron a cabo el inventario más complejo jamás realizado de las poblaciones de aves de América del Norte.
Los resultados del inventario “apuntan a ecosistemas en desorden debido a la pérdida de hábitats y otros factores que aún no se han precisado”, afirman los investigadores en un artículo publicado en la revista Science, en el cual advierten que de seguir la tendencia “estaríamos viendo la extinción de especies de aves”.
Los ornitólogos reconocen que los hallazgos aumentan el temor de que varias especies puedan seguir el camino de la paloma migratoria, la cual alguna vez fue tan abundante, que su extinción a principios del siglo XX parecía impensable.
Ken Rosenberg, científico conservacionista del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, y sus colegas comenzaron a estudiar lo que sucedía en los cielos hace cinco años.
Primero recurrieron a la North American Breeding Bird Survey, un censo anual de primavera realizado por voluntarios en Canadá y Estados Unidos, que ha acumulado décadas de datos sobre 420 especies de aves.
Después consultaron al Audubon Christmas Bird Count, otro conteo de aves que se realiza en los dos países a principios de invierno, para obtener datos sobre alrededor de 55 especies encontradas en los bosques boreales y la tundra ártica.
También estudiaron los datos de la International Shorebird Survey para conocer las tendencias en las aves playeras, como lavanderas y chorlitos.
En total, estudiaron 529 especies de aves, aproximadamente tres cuartas partes de todas las existentes en América del Norte, lo que representa más del 90 por ciento de toda la población en la región.
“Francamente esperaba que las especies más raras estarían desapareciendo, pero las especies comunes que tienden a ser más resistentes están disminuyendo”, dice Rosenberg.
Las aves acuáticas y las rapaces están prosperando, gracias a la restauración del hábitat y otros esfuerzos de conservación, pero muchas otras especies, particularmente las que viven a lo largo de las costas y en los pastizales, disminuyeron hasta un 53 por ciento desde 1970.
Las aves familiares que acuden en miles a los suburbios no están exentas. “Hay una baja en el número de aves comunes”, afirma Rosenberg, autor principal del estudio, según el cual 19 especies comunes han perdido más de 50 millones de aves desde el año de referencia.
Doce grupos, incluidos gorriones, currucas, pinzones y mirlos, fueron particularmente afectados. Incluso las especies introducidas que han prosperado en América del Norte, como los estorninos y los gorriones domésticos, están perdiendo terreno, señala el estudio.
“Cuando se pierde una especie común, el impacto será mucho más masivo en el ecosistema y los servicios del ecosistema”, advierte Gerardo Ceballos, ecólogo y biólogo conservacionista de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Diversos especialistas, ecólogos y conservacionistas lamentaron la enorme disminución de las poblaciones de aves en los últimos 50 años en Norteamérica, pero confiaron en que esta mala noticia podría despertar el interés público.