Bernardino de Sahagún, como investigador de la cultura, caló tan hondo en la de los pueblos nahuas que su desmedrada situación de vencidos no le impidió calibrar su antigua grandeza. En tal convicción expresó:
“Fueron tan atropellados y destruidos, ellos y todas sus cosas, que ninguna apariencia les quedó de lo que eran antes.
Así es que están tenidos por bárbaros y gente de bajísimo quilate, como, según verdad, en las cosas de política o modo de gobernarse, echan pie delante a otras muchas naciones que tienen gran presunción de civilizadas”
Miguel León Portilla