La Jornada
Ciudad de México.
Representada a manera de cine mudo, con máscaras y seis actores que encarnan a 24 personajes, se desarrolla la obra Los olvidados, adaptación de la película de Luis Buñuel, la cual cumplirá 70 años en 2020.
Esta historia cruel y trágica se revitaliza en escena mediante un viaje desde el gesto silencioso de la ma?scara hasta ese lugar u?nico de la intimidad desde donde se interpreta el mundo, explicó la actriz y directora Asur Zágada a La Jornada.
Los actores recurren a la poesi?a sonora y pla?stica que desciende al fondo del hombre: donde todos somos pequen?os he?roes porque nos sabemos irremediablemente solos, hue?rfanos, desamparados y, sin embargo, o quiza? por eso, tomamos aliento y seguimos buscando.
Esta tragedia, precisó Zágada, dirigida en especial a jóvenes, narra, sin palabras, la historia de unos nin?os entregados a su propia fatalidad y a su apremiante bu?squeda de un lugar para volver a ser pequeños, o personas… o algo.
Estos nin?os son mexicanos pero, en cierto modo no viven en Me?xico ni en ninguna parte, son los olvidados, puntualizó.
El teatro de máscara, explicó la actriz ganadora del Ariel, “es muy noble y la silente con la que trabajamos no permite al actor hablar, es absolutamente poética y permite acceder –de manera sublimada– a ciertas imágenes, de una manera muy emocional y sensitiva, dejando de lado el discurso racional y lógico”.
Elementos basura
Los olvidados está configurada como guion de cine mudo, con escenas donde se recurre a elementos basura para sintetizar los espacios que aparecen en la película, lo cual se logra a través de dos paneles, que dándoles vuelta y quitando o poniendo elementos se convierten en distintas cosas. Así el espectador reconoce cuando cambiamos de escenas.
Otros elementos como las luces y la música generan diversas atmósferas. Retomamos el concepto de música enlatada, que no es en vivo, pero toma sonidos de la calle, los distorsiona e inserta dentro de un espacio artístico o poético hasta convertirlo en un discurso sonoro.
Además, señaló, en contraste con la denuncia social inherente a la cinta, en esta adaptación no quisimos un discurso desgastado y hasta neutralizado en ese sentido para esta época, sino nos enfocamos en mostrar el sentido humano, emotivo y universal.
Asur Zágada, quien dirige la puesta junto con Quy Lan Lachino, encarna al niño Ojitos, quien emigra del campo para llegar a la ciudad en busca de oportunidades y es abandonado por su familia y arrancado de su contexto; también interpreto al papá de Julián, un señor alcohólico; además de otros personajes incidentales como un pepenador, el abuelo de Meche y a una rata.
En Los olvidados participan además de Quy Lan Lachino y Asur Zágada, Carlos López Tavera, María M. Shelley, Rosaura Pérez Sanz y Abigail Pulido. Tendrá funciones sábados y domingos a las 13 horas en el teatro Sergio Magaña, localizado en Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María la Ribera. Cerrará temporada el 10 de noviembre.
El montaje tendrá una función especial, el primero de diciembre, en el contexto del 20 aniversario del Centro Nacional de las Artes.