Proceso
Pedro Matías
(apro).-
Para evitar que desaparezca la alfarería de Santo Domingo Tonaltepec, una tradición que data de épocas prehispánicas, la Escuela Nacional de Cerámica construyó en el lugar un horno de leña libre de humo.
Además, capacitó a un grupo de alfareras “Yukunchí” de Vista Hermosa Santo Domingo Tonaltepec, en la Mixteca alta, así como a los artesanos de Santa María Atzompa y San Martín Tilcajete, para la construcción de hornos de leña libres de humo, que traen beneficios directos en su salud y, además, se protege al medio ambiente al reducir en 50% el consumo de leña.
Isadora Cuéllar detalló que a tres años de que nació la Escuela Nacional de Cerámica, con “hornos de leña libres de humo” como su programa medular, se ha llevado ya a los estados de Guanajuato (San Felipe), Estado de México (Metepec), Chiapas (Amatenango del Valle), Oaxaca (San Marcos Tlapazola), Jalisco (Tonalá), Michoacán (Santa Fe de la Laguna) y Chihuahua (Ocochochi), y ahora se replica en Guanajuato y otra vez en Oaxaca.
El horno número 12 se hizo en Tonaltepec, municipio de la Mixteca, conocido por su larga tradición alfarera, que data de épocas prehispánicas y se caracteriza por el decorado de “chorreado” (como le llaman), con una tintura a base de taninos provenientes de la corteza del roble.
“Desafortunadamente quedan pocos habitantes en la comunidad que continúen con este oficio; algunos han emigrado, otros han buscado diferentes formas de subsistir. Sin duda alguna, en Tonaltepec la alfarería corre peligro de desaparecer”, puntualizó Cuéllar.
Por esa razón, dijo, se realizó ese horno en la comunidad, donde además de beneficiar la salud de los artesanos y cuidar el medio ambiente, los dotará de nuevos conocimientos y técnicas que podrán aplicar, y contribuirán a recuperar y fortalecer esta tradición para que no se pierda.
La Escuela Nacional de Cerámica, con un proyecto de responsabilidad social de Empresas Tajín S.A. de C.V., construyó el horno número 12 del 23 de septiembre al 12 de octubre, e inició la capacitación de 20 artesanos provenientes de Santa María Atzompa, San Martín Tilcajete y Santo Domingo Tonaltepec, con la finalidad de dar continuidad al programa en el estado de Oaxaca.
La capacitación está a cargo del titular del proyecto, el maestro japonés Yusuke Suzuki, con el apoyo de Empresas Tajín, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO) y la suma de Grupo TRACSA.
La Escuela Nacional de Cerámica inició actividades en 2016 y surgió gracias al interés y preocupación de Empresas Tajín por crear un espacio para la conservación, creación, innovación, investigación y enseñanza de la cerámica en un país como México, con una larga tradición y hasta hace poco sin una escuela dedicada a este ancestral oficio.
A través de Arte Popular, la FAHHO dará seguimiento a los artesanos de Tonaltepec y pretende continuar replicando los hornos dentro del estado de Oaxaca.
“Este gran proyecto tiene como fin estratégico el ir adaptando la forma de quemar y de hacer la cerámica en México, para eso requerimos transformar cuidadosamente y respetuosamente la mentalidad de los alfareros en México, capacitándolos a través de un gran proceso de investigación en el que se implica todo el equipo de la escuela, pero principalmente el maestro Suzuki, quien es el investigador especializado en hornos y procesos cerámicos y quien tiene todo el interés de compartir sus conocimientos con los alfareros de México”.
Será a través del compromiso de la FAHHO con el proyecto como los artesanos obtendrán los recursos económicos necesarios para construir sus hornos, con la finalidad de expandirlos por todo el estado.
¿Cómo llegó este horno a México? La Escuela Nacional de Cerámica inició el proyecto en 2017 y se dio a la tarea de buscar a un experto en la construcción de hornos de leña sin humo a nivel mundial, por lo que contactó al maestro japonés Masakazu Kusakabe (Miharu, Japón, 1946), quien impartió el taller “Hornos de leña sin humo” en las instalaciones de la escuela en Tapalpa, Jalisco, en febrero de ese año.
Durante este taller se construyó en México el primer horno de este tipo en Latinoamérica hasta ese entonces, mientras que el ingeniero Yusuke Suzuki se capacitó en ese taller para adaptar el horno a las necesidades de la alfarería nacional.
Entre las características generales del horno de leña sin humo destaca la posición y el tamaño de la cámara de combustión, así como la gran altura de la chimenea, que permite un excelente tiro para una combustión eficaz y una óptima distribución de la ceniza.