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El Papa Francisco presentó este domingo 29 de septiembre, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, una gran escultura de bronce que representa una barca con migrantes y refugiados de todos los pueblos y épocas.
La escultura, situada junto a la columnata barroca de Bernini, se inauguró al finalizar el rezo del Ángelus con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
El Santo Padre señaló que esta escultura tiene como objetivo subrayar “la necesidad de que nadie sea excluido de la sociedad, ya sea un ciudadano residente desde hace mucho tiempo o uno recién llegado”.
La escultura, según explicó el Pontífice, se inspira en las palabras de la Carta a los Hebreos: “No olvidéis la hospitalidad; algunos, practicándola, han acogido a ángeles sin saberlo”.
“Esta escultura, en bronce y arcilla, representa a un grupo de migrantes de varias culturas y de diversos períodos históricos. He querido que esta obra artística esté aquí, en la Plaza de San Pedro, para que recuerde a todos el desafío evangélico de la acogida”, destacó Francisco.
La escultura, que se encontraba cubierta por una tela blanca que el Papa, ayudado por una familia de cameruneses, retiró para dejar al descubierto la obra. Después, el Obispo de Roma tocó el bronce y bendijo la escultura.