Juan Ibarra
La Jornada
“La música se volvió mi vida porque yo sabía que tenía una vibración que amaba experimentar, tanto fuera como dentro de mi cuerpo, así como en la parte más profunda de mi cerebro. Escogí la música por eso. Ésta básicamente es vibración, por eso en el yoga se dice ‘ohm, ohm’, un movimiento que recorre todo tu cuerpo y te calma. Para mí, además, la música nos mantiene concentrados, ocupados; nos hace esperar algo, evolucionar, crecer y sentir alegría”. Así explica Gino Vannelli la pasión por su trabajo.
Con casi 50 años de carrera, el cantautor canadiense asegura encontrar alicientes en mantener su proceso creativo en constante cambio, pero también en la búsqueda de inspiración. Ésta “es la clave para escribir música durante toda la vida, y el quid para inspirarte es seguir cavando para hallar nuevas cosas, nuevos poetas, nuevos músicos”, afirmó Vannelli.
El intérprete de I just wanna stop, entre otros éxitos, dijo en entrevista que hacer música es como un pasatiempo permanente, y aunque se ha dedicado a ésta desde que tenía 17 años, considera que no implica únicamente practicar todos los días.
Es un trabajo muy grande. Es una búsqueda y una prueba constantes. Tienes que escucharte a ti mismo, y eso incluye estés en constante cambio, y como el mundo también está transformándose, esto lo hace tan complicado, explicó.
Asimismo, el músico indicó que el objetivo tanto de la vida como de la música es proporcionar alegría, aunque aclaró que para ello es necesario experimentar diferentes circunstancias porque la vida también es miserable. Para el cantante, la única manera de encontrar la verdadera felicidad es comprenderte a ti mismo, y hallar tu centro.
Vannelli, igual que un agricultor que ve sus hortalizas crecer, tiene cariño a cada parte del proceso de hacer música. Amo ir al estudio y pensar que durante 45 minutos estaré con intérpretes que son fantásticos tocando. Me gusta escucharlos tocar y después intercambiar ideas. Adoro esto desde que soy un niño, es mi felicidad más profunda, puntualizó.
El canadiense relató que para él es como si cada persona tuviera un pozo desde donde se puede llegar al principio de todo, cuando no había nada, salvo el deseo de ser, y es responsabilidad del artista seguir bajando el pozo. Es oscuro y profundo, pero tienes que llegar ahí. Y entonces sales con nuevas ideas. Cuando estás cansado de adentrarte en ese hoyo, es entonces cuando dejas de ser un artista, y yo no estoy cansado todavía: sigo adentrándome y voy muy profundo.
De acuerdo con Vannelli, así como los vegetales y sus colores nutren al cuerpo, el arte es indispensable para nuestras almas. Necesitamos algo que ocupe nuestros cerebros, emociones y sentidos. Por eso nacieron las artes, explicó.
Sobre el tipo de arte al que ha dedicado casi toda su vida, dijo que la música tiene una forma de alcanzar las partes más profundas del cerebro y del sistema nervioso. La música puede calmar a un bebé o hacerlo llorar; puede hacer que las plantas crezcan mejor; el tipo incorrecto de música logrará que se desarrollen mal.
Asimismo, explicó que eligió la música luego de caminar por primera vez en un templo y escuchar un canto gregoriano entonado por un coro, lo que despertó en él una sensación nueva.
Vannelli asegura estar preparando nuevas cosas para el año próximo.
En tanto, este 29 de noviembre se presentará en el auditorio Blackberry de la Ciudad de México para ofrecer a sus seguidores un espectáculo de dos horas basado principalmente en la música que hizo durante la década de los 70.