Reyes Mart{inez Torrijos
La Jornada
El reconocido director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel se definió como ‘‘un hijo del sueño del maestro José Antonio Abreu, que ya se ha expandido por el mundo”, durante la conferencia de prensa por los conciertos que dirigirá en el Palacio de Bellas Artes y el Auditorio Nacional al frente de la Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil).
‘‘Cuando le preguntaban, ¿dónde más quiere llegar?, él decía: ‘a un sistema mundial’. Existe ya. Cuando ves un niño en Japón, Escocia, México, Argentina e Italia que forman parte de un sistema de orquestas, el sueño se está realizando”, sostuvo.
LA Phil realiza una gira mundial por su centenario. Del 12 al 14 de noviembre lo hace en el país, al mismo tiempo que se celebra medio siglo de la hermandad de las ciudades de México y Los Ángeles, y los 85 años del Palacio de Bellas Artes.
Para Dudamel, el deseo del creador del Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles, Infantiles y Pre Infantiles de Venezuela, ‘‘no era sólo estar en un sitio, sino que se multiplicara. Para mí es esencial que lo hiciera en el aspecto trasformador del espíritu, en el alma de la comunidad”.
Recordó que de los primeros grandes artistas que creyeron en la música como herramienta de acción social fueron Carlos Chávez, Eduardo Mata y Arturo Márquez. En los años 70 y 80 estuvieron viniendo a Venezuela. Ese concepto del arte como un elemento esencial en el crecimiento y la educación de nuestros niños viene aupado y abrazado por México siempre.
Expresó que uno de sus ‘‘orgullos es la Youth Orchestra Los Ángeles (YOLA), inspirada en el sistema de orquestas de Venezuela, que ahora reúne 95 músicos, que vienen y van a compartir con las juventudes musicales mexicanas. ¡Qué más bello regalo para todo ese trabajo que se ha desarrollado durante tantos años de ver el arte como parte del corazón de la comunidad, como elemento esencial de trasformación!”
Adelantó que LA Phil abrirá en 2020 ‘‘un centro diseñado por Frank Gehry, con las dimensiones exactas del escenario del Walt Disney Concert Hall, en una comunidad necesitada, Inglewood, donde los niños van a tener el espacio más maravilloso para hacer música.
‘‘El maestro Abreu siempre decía algo muy importante: la cultura para los pobres no puede ser una pobre cultura. O sea, los espacios mejores acondicionados tienen que ser para los más necesitados. Y a partir de ahí se construye una identidad. Aprendí de Abreu que lo peor de ser pobre es ser nadie. El arte juega un papel esencial en la identidad de las comunidades.”