La exposición Vida americana: los muralistas mexicanos rehacen el arte estadunidense, 1925-1945, quese presenta en el Museo Whit-ney de Arte Americano, en Nueva York, propone cambiar el punto de vista acerca de la relación entre México y Estados Unidos, sobre todo para destacar el fuerte vínculo cultural que une a ese país con el nuestro, refiere Enrique Márquez, director ejecutivo de Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Esa muestra inaugurada el 12 de febrero, con unas 200 obras, principalmente de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, perfila una lectura de tal magnitud que nunca se había considerado, a propósito de la influencia de nuestros artistas en la escena cultural estadunidense, opina el también poeta.
‘‘Vivimos una época de mucha tensión política, a veces de confrontación, y muchas personas piensan que nuestra relación es exclusivamente con el presidente Trump, cuando la historia de los vínculos culturales es poderosísima.
‘‘Por ejemplo, la huella de losmuralistas en la obra de Jackson Pollock fue lo que nos animó a realizar esta exposición”, añade el funcionario en entrevista conLa Jornada.
Como adelantó este diario el 15 de enero, la exposición Vida americana, con curaduría de Bárbara Haskell, cuya investigación le llevó 15 años, es patrocinada por Fomento Cultural Banamex (FCB), por conducto de Citibanamex.
Qué hacer para destacar los cruces entre dos culturas
Enrique Márquez detalla que la Secretaría de Cultura federal participó impulsando la selección de las obras y para conseguir que algunas se incorporaran. A la SRE correspondió la gestión del traslado de las piezas.
‘‘Nos han preguntado si la traeremos a México, pero considero que no tendría el mismo significado. En cambio, estamos preparando otros proyectos que no sólo van a divulgar y a trabajar con los vínculos culturales de los mexicanos e hispanos que viven allá, sino con la sociedad estadunidense.
‘‘Con la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, estamos conformando un programa muy ambicioso que tiene una orientación: qué hacer para subrayar los cruces entre las dos culturas”, continúa el funcionario.
Desde esa línea, se prepara una magna exposición acerca de la generación beat, adelanta Márquez, quien narra que hace cuatro años tuvo oportunidad de ver en el Centro Pompidou de París la muestra Beat Generation.
‘‘Estoy solicitando, junto con la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, que venga a México parte de esa muestra que es impresionante: exhibieron en una vitrina de 34 metros de largo todo el manuscrito de En el camino, de Jack Kerouac.
‘‘Lo importante es que se vea cómo ellos: Kerouac, Allen Ginsberg y William S. Burroughs, dejaron una huella muy importante. Por lo pronto ya hay quien ubicó los cuartos de azotea donde vivieron entre las colonias Condesa y Roma. Estaría padrísimo hacer esa exposición primero en el Palacio de Bellas Artes y luego llevarla a Estados Unidos, porque además En el camino tiene un registro impresionantede los espacios de México, y Kerouac tiene otro librazo que es Mexico City Blues. Todo eso casi no se conoce.
‘‘A los mexicanos hay que decirles también que no seamos tan estereotipados, que nuestra relación con Estados Unidos no es sólo con un gobierno. Esa es la función de la cultura, no sólo la exhibición sino crear una conciencia y sociedades mejor integradas”, concluye el director ejecutivo de Diplomacia Cultural de la SRE.
Obras de alrededor de 60 artistas
La exposición Vida americana: los muralistas mexicanos rehacen el arte estadunidense, 1925-1945 se enfoca en los ‘‘tres grandes” muralistas de México (Rivera, Siqueiros y Orozco) y en el arte del país del norte creado en ese periodo; sin embargo, incluye obras de alrededor de 60 artistas de ambas naciones cuya interrelación detonó ‘‘narrativas épicas acerca de la historia de Estados Unidos y su vida cotidiana, para utilizar su arte como protesta ante las injusticias económicas, sociales y raciales”.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) colaboró con el préstamo de 14 obras provenientes de los museos Nacional de Arte, de Arte Moderno y Carrillo Gil. La exposición concluirá el 17 de mayo.