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El “sonido Bayou” o “rock de los pantanos” perdurará en el corazón de los fans mexicanos, luego de que Creedence Clearwater Revisited ofreció un gran show de despedida de los escenarios la noche del jueves 27 de febrero en el Palacio de los Deportes CDMX.
Como parte de su gira The Final Revival Tour, regalaron para la Ciudad de México cerca de hora y media de espectáculo el bajista Stewart Stu Cook (Oakland, California, abril 25 de 1945) y el barbón baterista Doug Cosmo Clifford (Palo Alto, California, abril 24 de 1945), miembros originales del ensamble fundado en el área de la Bahía de San Francisco por los hermanos Tom y John Fogerty (también californianos) hacia 1967, como Creedence Clearwater Revival (Creedence, de origen latino, era el nombre de un amigo y significa Creencia; Clearwater se llamaba una cerveza –agua clara – y Revival como proclama de fe para el entonces cuarteto rocanrolero: un retorno a sus raíces).
Pasaban poco después de las 21:05 horas cuando emergió la agrupación también integrada por Dan McGuinness en las voces, Kurt Griffey en la guitarra y Steve Gunner en los teclados. Una gala de buen rock detonó para la apertura con “Born on the Bayou” y “Green River”, levantando los ánimos de los poco más de 15 mil que llenaron el recinto. Personas de todas edades confabularon para rendirse a los Creedence, desde sus seguidores de antaño a las nuevas generaciones. Se observaban árboles genealógicos con abuelos, padres y nietos unidos por sus ídolos.
Un velo de añoranzas vibró en cortes como “Lodi”, “Who’ll Stop the Rain”, mientras McGuinness exclamó que no hablaba bien español hizo buen intento en nuestra lengua:
“¿Hola cómo están? Estamos muy felices de estar aquí. Vamos a divertirnos un poco esta noche”.
Una producción minimalista con pantallas laterales para admirar Creedence dibujaron la velada concentrada en los artistas. Luego de entonar “Hey Tonight”, el cordial Stu tomó la palabra siendo recibido con alaridos ensordecedores, presentando a su vez a cada integrante entre aplausos y estridentes clamores que se llevó especialmente su camarada Cosmo. Ambos miembros del Salón de la Fama del Rock and Roll y fundadores de este grupo que va más allá de las nostalgias mostraron su profundo cariño a nuestro país y en correspondencia, los presentes cantaron cada rola.
Así, sonaron “Long as I Can See the light”, “I Put a Spell on You” y “Down on the Corner”, misma que imprimió una de las estampas catárticas del recital. “Lookin’ Out my Back Door”, la tradicional “Midnight Special” y la rola política antibélica “Bad Moon Rising”, dieron paso firme a la presentación con una genialidad en cada uno de sus músicos.
Sin lugar a dudas, Kurt Griffey por momentos acaparó el reconocimiento de la recepción, con tremendos solos en guitarra que rasgaban los oídos para deleite del espíritu rockero, a la par de los bajeos profundos de Stu. svlqQ)
Caló fuerte en la audiencia “Proud Mary”, la balada memorable de 1969 cuya introducción en puros acordes mayores fue inspirada a su autor John Fogerty por el ritmo y blues de la vieja Nueva Orleans “Fortune Teller”, entre miradas lacrimosas las multitudes corearon al unísono: Big wheel keep on turnin’ (“gran rueda que continúa girando”) en evocación a los barcos de molino que navegaban el río Mississippi),
Con “Fortunate Son”, otra rola contra la Guerra de Vietnam de John Fogerty, parecía que llegaba el cerrojazo al desaparecer los ejecutantes tras escena, pero rápidamente en breve receso retornaron ante los sollozos multitudinarios: “¡Crídens, Crídens, Crídens!”
El encore enfiló “Molina” y en el pleno éxtasis “Have You Ever Seen the Rain?”, que volvió a popularizar el difunto Juan Gabriel en español hacia 2016. (https://youtu.be/tqnfoRXKgLs)
“Ustedes son una gran audiencia”, reconoció McGuinness para obsequiar en el ocaso un par más: “Travelin’ Band” (muy al estilo del pionero Ricardito) y “Up Around the Bend” (con la energía de la mancuerna rocanrolera de Leiber & Stroller). Stu Cook y Doug Cosmo Clifford pasaron al filo del entarimado como figuras emblemáticas de los primigenios Creedence para ceñirse con el resto de la banda para entre abrazos tomarse una foto final con su fanaticada al fondo, la cual los aclamaba incesantemente sin querer dejarlos ir, cuando el reloj marcaba las 22:30.
Pero el momento inevitable estaba concretado y no solamente culminaba un show: Creedence Clearwater Revisited se despedía definitivamente de su fanaticada capitalina dando fin a un capítulo, una historia musical que abrazarán de recuerdos eternos los afortunados que asistieron.
Pero a esta historia le faltaba lo mejor: una fecha más de los Creedence Clearwater Revisited en nuestro país será en Isla San Marcos, Aguascalientes, este sábado 29 de febrero.