La Jornada
Hace aproximadamente un año, la colaboración internacional Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés), en la que participa la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), publicó la primera imagen de un agujero negro. Ahora, el equipo ha observado en detalle un chorro de material a alta velocidad emergiendo de otro hoyo negro supermasivo.
Laurent Loinard y Alice Pasetto, investigadores del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica, explicaron ayer que observaciones realizadas en abril de 2017 del cuásar 3C 279, una galaxia a 5 mil millones de años luz de distancia, muestran que en el centro tiene un punto que brilla cuando arroja algo de gas en dos finos chorros de plasma (gas muy caliente), de forma parecida a una manguera, a velocidades cercanas a la de la luz.
El centro brilla intensamente cuando cantidades masivas de gases y estrellas caen en el gigantesco agujero negro supermasivo, el cual tiene una masa mil millones de veces superior a la del Sol y 200 veces mayor que el hoyo que se encuentra en el centro de la Vía Láctea, de acuerdo con los especialistas.
El Telescopio Horizonte de Sucesos, que consiste en varios radiotelescopios instalados en distintos puntos de la Tierra y conectados virtualmente, muestra los detalles más nítidos, tan pequeños como un año luz de distancia, para ver mejor el chorro hasta el disco de acreción que se espera exista en su base, y ver el chorro y el disco en acción.
Los datos analizados de forma reciente muestran que el chorro, usualmente considerado recto, tiene una forma inesperadamente torcida en la base. Además, por primera vez se han observado características perpendiculares al chorro, que en un principio podrían interpretarse como el disco de acreción de donde los chorros son expulsados en la dirección polar o perpendicular.
Laurent Loinard, miembro de la colaboración del EHT, explicó en una conferencia de prensa por Internet que los astrónomos sospechan “que hay agujeros negros supermasivos en el centro de todas las galaxias. Cuando ellos absorben material a una tasa grande, producen fenómenos muy energéticos como la eyección de material en forma de jets o chorros colimados que se mueven a velocidades cercanas a la de la luz. Sin embargo, aún no entendemos los detalles de cómo suceden exactamente” esos fenómenos.
Las observaciones, publicadas este martes en Astronomy & Astrophysics, son muy relevantes, porque proveen por primera vez una vista de muy alta resolución de la región donde se forman estos jets en el caso del cuásar 3C 279”, sostuvo.
Destacó que es fundamental para la UNAM participar en estos proyectos de frontera.