(proceso.com.mx).-
Para la investigadora y profesora de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, Patricia Rosas Lopátegui, donde imparte el curso “Mujeres transgresoras”, Amparo Dávila es una de los personajes a abordar, pues es “una de las grandes voces innovadoras de las letras mexicanas” y pionera del feminismo en México:
“Pertenece al grupo de mediados del siglo XX, es realmente singular, aunque su obra se catalogue como literatura de horror o fantástica. En realidad, para ella sus temas están tomados de la realidad, y así me lo dijo en entrevista: ‘Entonces quiere decir que así es la vida, horrorosa o fantástica’.”
Acotó:
“Lo verdaderamente estupendo es cómo maneja la palabra escrita para adoptar una realidad fantástica y el reflejo de la condición humana. Yo creo que si no escribió más fue porque era una perfeccionista, una orfebre de la palabra de esos mundos. Ella fue descubierta por Alfonso Reyes y Julio Cortázar, y este último le llegó a escribir para decirle que estaba maravillado por sus cuentos, situación que la empujó a seguir escribiendo, porque su padre le decía ‘y tú cómo piensas escribir, tener éxito frente a estas grandes plumas’, a lo que ella le llegó a contestar: ‘Si no lo hago, no sabré’.”
– Eso habla de una mujer muy distinta para la época, casi innovadora del feminismo ¿no?
– Sí, ella fue pionera del feminismo en México, estuvo casada cinco años con Pedro Coronel y se divorció. Era una mujer aparentemente dulce, tierna, apacible, pero muy sensata, y divorciarse a mediados del siglo XX no cualquiera, además de que se trazó un proyecto de vida en esa época, lo cual era transgresor.
“Para muchos, ‘El huésped’ es su gran cuento, pero en lo personal prefiero ‘El último verano’, que hace alusión del derecho de la mujer al aborto, donde la protagonista, consciente de que tiene muchos hijos, queda embarazada y habla de no querer más. Y de una manera sutil, con elementos de realismo mágico, se narra cómo lo pierde, es un tema aún muy vigente”.
Para finalizar:
“Al lado de Guadalupe Dueñas, Elena Garro, Inés Arredondo, Rosario Castellanos, es una de las mujeres que contribuyó a la liberación femenina”.