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Jorge Dubatti, teórico y “filósofo teatral” argentino, apareció en un video de la Cátedra Bergman para analizar, a través de la pantalla, la imperante presencia del teatro en tiempos de pandemia.
El investigador, quien ha trabajado desde hace casi dos décadas el concepto de filosofía del teatro como una metodología de análisis para la escena, abre la conversación a un tema que se ha vuelto controversial en las ahora enclaustradas esferas escénicas: ¿Es el teatro grabado, teatro?
Esta crisis surge a partir de las diversas máscaras que porta este arte en el encierro. Aquí, en México, los esfuerzos por crear y difundir puestas en escena virtuales han convocado a múltiples artistas, de los que resaltan las plataformas de la Compañía Nacional de Teatro, Teatro UNAM, La Teatrería y Tercera Llamada. Además de incontables grupos y artistas independientes que se han colocado frente a la cámara para repensar y rehacer el teatro en medio de una pandemia global.
Defensor del convivio
Dubatti, defensor del “convivio” como elemento esencial para la vida y la escena, afirma que esta experiencia es, antes que nada, “un vasto laboratorio de percepción del convivio en nuestras vidas”; ahí, el recuerdo de la convivencia permanece y se hace presente en los telefonemas, clases a distancia, juntas en video-llamada, y sí, en el teatro.
Y así como los teatreros se han aventurado a repensar los modos de hacer arte, es también lugar del espectador virtual buscar desde dónde mirar esa criatura extraña del video-teatro que queda a un clic de distancia.
En su breve pero poderosa explicación, Dubatti nos guía en la importancia de ver “lo que es” y no lo que se espera que sea. Porque el video-teatro ni es teatro ni es video. Es ese ente novedoso que aún estamos por conocer y se presenta como una luz (aunque virtual) en momentos de crisis.